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" Sentóse el licenciado Cabra y echó la bendición. Comieron una comida eterna, sin principio ni fin. Trajeron caldo en unas escudillas de madera, tan claro, que en comer una dellas peligraba Narciso más que en la fuente. "
Enciclopedia moderna: diccionario universal de literatura, ciencias, artes ... - Página 781
de Francisco de Paula Mellado - 1851
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Optimal Control and Estimation

Robert F. Stengel - 1994 - 716 páginas
...vivían en el pupilaje estaban como leznas, con unas caras que parecían se afeitaban con diaquilón. Sentóse el licenciado Cabra y echó la bendición....escudillas de madera, tan claro, que en comer una dellas peligraba Narciso más que en la fuente. Noté con la ansia que los macilentos dedos se echaban...
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Programa de diversificación curricular del ámbito lingüístico y social ...

Jesús Arranz Fernández - 2000 - 172 páginas
...el pupilaje de antes estaban como leznas, con unas caras que parecía se afeitaban con diaquilón. Sentóse el licenciado Cabra y echó la bendición....Comieron una comida eterna, sin principio ni fin. Trujeron caldo en unas escudillas de madera, tan claro, que en comer una dellas peligrara Narciso más...
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Introducción a la gran literatura: a través del arte del buen comer

Héctor Zagal Arreguín - 2000 - 252 páginas
...en comparación con el del epicúreo tío de Azorín. La descripción de Quevedo acalambra el alma: Sentóse el licenciado Cabra y echó la bendición....Comieron una comida eterna, sin principio ni fin. Trujeron caldo en unas escudillas de madera, tan claro, que en comer una délias peligrara Narciso...
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Ocio y vida cotidiana en el mundo hispánico en la Edad Moderna

2007 - 812 páginas
...después de Cuaresma, en poder de la hambre viva, porque tal lacería no admite encarecimiento. (...) Sentóse el licenciado Cabra y echó la bendición. Comieron una comida eterna, sin principio ni fin.14 Trajeron caldo en unas escudillas de madera, tan claro, que en comer una dellas peligrara Narciso...
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castellano

Elvira Collados - 1963 - 652 páginas
...vivían en el pupilaje estaban como leznas, con unas caras que parecían se afeitaban con diaquilón. Sentóse el licenciado Cabra, y echó la bendición;...claro, que en comer una de ellas peligraba Narciso más que en la fuente. Noté con la ansia que los macilentos dedos se echaban a nado tras un garbauzo...
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Sueños, Los / El Buscon / Sonetos

382 páginas
...como leznas, con unas caras que parecía se afeitaban con diaquilón1 Sentóse el licenciado Cabra; echó la bendición; comieron una comida eterna, sin...unas escudillas de madera, tan claro, que en comer en una de ellas peligrara Narciso más que en la fuente. Noté la ansia con que los macilentos dedos...
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