| Ramón Menéndez Pidal - 1899 - 298 páginas
...la naturaleza, ni imaginar la más discreta imaginación humana. Despabilé los ojos, limpíémelos, y vi que no dormía, sino que realmente estaba despierto....los pechos, por certificarme si era yo mismo el que allí estaba, ó alguna fantasma vana y contrahecha ; pero el tacto, el sentimiento, los discursos... | |
| Francisco Martínez y González - 1905 - 76 páginas
...prado que puede criar la naturaleza ni imaginar la más dis•creta imaginación humana. Despabilé los ojos, limpiémelos, y vi que no dormía, sino...los pechos por certificarme si era yo mismo el que allí estaba, ó alguna fantasma vana y contrahecha; pero el tacto, el sentimiento, los discursos concertados... | |
| Francisco Martínez y González - 1905 - 136 páginas
...imaginar la más discreta imaginacion humana. Despabilé los ojos, limpíemelos, y vi qui no dormia, sino que realmente estaba despierto. Con todo esto...los pechos por certificarme si era yo mismo el que allí estaba, ó alguna fantasma vana y contrahecha; pero el tacto, el sentimiento, los discursos concertados... | |
| Miguel de Cervantes Saavedra - 1913 - 570 páginas
...deleitoso prado que puede criar la naturaleza, ni imaginar la más discreta imaginación humana. Despabilé los ojos, limpiémelos, y vi que no dormía, sino...despierto; con todo esto, me tenté la cabeza y los 4 A tiempo, cuando, que hoy diríamos á tiempo ó á tal tiempo, que, como queda advertido en nota... | |
| Miguel de Cervantes Saavedra - 1916 - 506 páginas
...la naturaleza, ni imaginar la más discreta imaginación humana. Despabilé los ojos, limpíemelos, y vi que no dormía, sino que realmente estaba despierto;...tenté la cabeza y los pechos, por certificarme si era 20 yo mismo el que allí estaba, ó alguna fantasma vana y contrahecha; pero el tacto, el sentimiento,... | |
| Ramón Menéndez Pidal - 1917 - 396 páginas
...la naturaleza, ni imaginar la más discreta imaginación humana. Despabilé los ojos, limpíémelos, y vi que no dormía, sino que realmente estaba despierto....los pechos, por certificarme si era yo mismo el que allí estaba, o alguna fantasma vana y contrahecha; pero el tacto, el sentimiento, los discursos concertados... | |
| Américo Castro - 1925 - 472 páginas
...Quijote relativas a su permanencia en la cueva de Montesinos : «Despabilé los ojos, limpíemelos, y vi que no dormía, sino que realmente estaba despierto;...los pechos por certificarme si era yo mismo el que allí estaba o alguna fantasma vana y contrahecha; pero el tacto, el sentimiento, los discursos concertados... | |
| Ramón Menéndez Pidal - 1928 - 394 páginas
...la naturaleza, ni imaginar la más discreta imaginación humana. Despabilé los ojos, limpíémelos, y vi que no dormía, sino que realmente estaba despierto....los pechos, por certificarme si era yo mismo el que _allí estaba, o alguna fantasma vana y contrahecha ; pero el tacto, el sentimiento, los discursos... | |
| Maureen Ihrie - 1982 - 134 páginas
...ojos, limpiemelos, y vi que no dorrm'a, sino que realmente estaba despierto; con todo esto, me tente la cabeza y los pechos, por certificarme si era yo mismo el que allf estaba, o alguna fantasma vana y contrahecha; pero el tacto, el sentimiento, los discursos concertados... | |
| Isaac Felipe Azofeifa - 1984 - 524 páginas
...bajen hasta el fondo y cuando reaparece, cuenta entre otras cosas, lo siguiente: Despabilé los ojos y vi que no dormía sino que realmente estaba despierto;...los pechos por certificarme si era yo mismo el que estaba allí o alguna fantasma vana y contrahecha; por el tacto, el sentimiento, los discursos concertados... | |
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