TOмo la pluma para demostrar que la revolucion es la paz, la reaccion la guerra. Examinaré para esto qué piden hoy los reaccionarios, qué los revolucionarios; estudiaré la situacion de unos y otros. Soy demócrata; pero el espíritu de partido no prevalecerá nunca en mi sobre la voz de la verdad. Diré con la mano en el corazon todo lo que siento acerca de los hombres y las cosas. Las iras del poder no me amedrentan; la idea de que voy á comprometer mi porvenir no pesa un solo adarme en la balanza de mis juicios. Hace dos años quise publicar bajo el título de ¿Qué es la economía política? qué debe ser? mis estudios sobre las causas orgánicas de los males que afligen á los pueblos. La autoridad fiscal trató de imponerme condiciones; y antes de aceptarlas me condené al silencio. Hoy va á quedar aquella obra refundida en esta. Nuestra revolucion no es puramente política; es social. Moderados y progresistas lo confiesan, hechos verdaderamente alarmantes lo confirman; para no verlo seria preciso cerrar los ojos á la luz. Mis estudios sociales pueden pues, y deben, tener un lugar en este libro. Se me ha dirigido no pocas veces el cargo de que escribo con virulencia, y hasta amigos y correligionarios me han aconsejado que temple algun tanto la ruda energía de mis formas; mas confieso que no está en mi mano. La fuerza de mi lenguaje es y |