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su mayor perfeccion, no han podido igualar á los Arabes en la ostentacion, y en la magnificencia. Se encuentra en ellos mas finura, y un gusto mas delicado. Pero en lo que toca á la pompa, al aparato, y á la profusion, los exceden los Mahometanos ciertamente (1).

En España, apenas llegaron á formar su monarquía, quando empezaron luego á manifestar su aficion á las obras públicas, á las diversiones, y á todos los demás ramos del luxo. En el año de 760, Abdurrhamen empezó ya á edificar unos suntuosos palacios, y jardines para su recreacion. La magnifica Catedral de Córdova no es mas que la mitad de la gran mezquita que empezó él mismo en 786, y havia acabado ya su hijo Isem en 795. Todavía quedan repartidos por el reyno, y particularmente en Granada, muchos vestigios del ardor con que promovian las artes, y las hacian servir á la pública comodidad. Ebn Alkhativi, que escribió la historia de aquella Ciudad, hace una relacion bastante circunstanciada de las costumbres de sus habitadores; por la que

(1) Para formar alguna idea del luxo de los Arabes, bastará leer algo de la vida de Gabriel Bachtishua, Mé. dico del Califa Rashid, traducida del Arabe por Salomon Negri Damasceno, y pu

blicada por el Inglés Freind, en su Historia de Medicina, y algunos articulos de la Biblioteca Oriental de Herbelot, como Haround Rascbid, Mabadi, Roctader, Mostan ser, Rectadi, Hasan.

se puede conocer el gran luxo que reynaba todavía en un tiempo en que la monarquía Arabigo-Española havia decaido, y se iba acercando á su ruina (1).

Este luxo de los Moros se fue comunicando primero á los Españoles, que quedaron bajo de su dominacion, y luego á los mismos conquistadores, sus mortales enemigos. En quanto á los primeros, no es de estrañar que quienes les daban la ley, les comunicáran su aficion á los placeres, diversiones, vestidos, comida, y demás usos de la vida civil. La novedad, el aparato, la finura, siempre hacen una impresion agra

(1) Eorum (de los Granadinos) fere vestes sunt Persicae, Virgatae, Bissinae, pretiosissimae, laneae, sub tilissimae, sericae, xilinae, atque aliae, ex tenuissimis filis contextae.Palio Africano, seu Tunetano (vulgo Albornóz) hyeme induuntur, aestate vero sindone alba. Ita que tales eos in templo aspicias, quales in amoeno pra to verni flores spectantur. Sua non desunt civibus otia, qui tempore vindimiae in rura suburbana quotannis sese conferre solent; alii vero suis viribus & armis alia praedia una cum suis domesticis petunt, indeque hostes aggresuri, illorum confinia incursionibus vexare audent. In ter nobilium autem ornamenta, quae hodie in usu sunt, sese offerunt cingulum, bal

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teum, fasciae crurales, cala-
tica auro purisimo argento.
que mira arte intertexta, prae.;
ter varios pedum ornatus. Ex
lapidibus vero praetiosis hya-
cinthum crisolitum, sma-
ragdum lectissimum, & alia
complura gemmarum genera
ostentant. Mulieres denique
sunt venustae, atque statu-,
rae mediae: ita ut proce-
ras non nisi raro in illis re-
perias molles comam pra-
missam nutriunt: dentium
candore insignes & odore fra-
gantes exquisito; gresu agi-
les, ingenio acuto
nis lepore praeditae. Caete-
rum aetatis nostrae mulierum'
eo processit ostentatio,simul-
que ars sese laute, opulenter
magnificeque vestiendi atque'
ornandi, ut illarum luxum in-
saniam pene dixeris Biblioth.
Arabigo Escurialensis tom. 201

sermo

dable en los sentidos, y excitan el deseo, particularmente de los que no tienen cierto grado de maduréz, para resistirse á los estímulos de las pasiones. Por otra parte, la necesidad de complacer á los que mandan hace como indispensable el acomodarse á sus gustos, y modo de pensar; y así es que los Españoles sujetos á los Moros, se acostumbraron muy presto á su modo de vivir, tomando de ellos hasta su misma lengua. Alvaro Cordovés se quejaba de esto por los años de 860, y muchos doctos, y zelosos Prelados, y Sacerdotes, huvieron de escribir en árabigo sus obras de religion, para que fueran mas bien recibidas, y entendidas de sus paisanos.

Aunque no con tanta rapidéz, tambien los conquistadores, no obstante su aversion á los enemigos declarados de la religion, y de la patria, fueron tomando de ellos varios usos, y costumbres, y muchos géneros de luxo. En las escrituras, que existen anteriores al siglo XI, se hace algunas veces mencion de alhajas, joyas, ropas, y muebles, que no pudieron venir de otra parte, que de las provincias de España, sujetas al dominio de los Mahometanos. Tales son las telas de seda, paños de oro, y varias alhajas, y muebles, que en su hechura misma y en su nombre estan denotando su origen arabe. Con las demas provincias de Eu-.

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ropa teniamos muy corta comunicacion aquellas eran todavía mas barbaras que la

nuestra.

Desde los primeros tiempos de la conquis ta, los Reyes de España hacian muchas veces treguas con los Moros, en cuyo caso ha-vía libre comunicacion, y comercio mutuo entre ellos; otras los ricos homes, que se te-› nian por desaforados, y aun los mismos Reyes, destronados por sus parientes, buscaban asilo en las tierras de los Mahometanos. En todos estos casos era mui regular, que en cambio de los frutos del pais, y por infinitos modos pasaran á los Españoles muchos généros de luxo.

Los Españoles Muzárabes restituidos á la obediencia de sus señores primitivos, estando acostumbrados á vivir á la morisca, debieron contribuir en gran manera á comunicarlo á sus conciudadanos, enseñándoles los adelan-a tamientos de los Moros en la agricultura, in-: dustria, artes, y oficios. El gran número de voces que conserva nuestra lengua todavía, relativas á todos aquellos ramos, á los pesos, y medidas, monedas, alhajas, instrumentos, vestidos, comidas rentas, fiestas, fiestas, fundaciones públicas, y hasta de los oficios de gobierno, manifiestan bien claramente el gran-: de influxo que tubieron las costumbres de los Arabes en las nuestras.

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Aunque hasta el siglo XI hemos dicho,

que hubo bastante comercio, y comunicacion entre los Moros, y los Españoles, desde este siglo fue creciendo mucho mas, por la complicacion de intereses, que resultó de la multitud de pequeños estados, á que quedó reducida por entonces toda la peninsula.

Dividida la monarquía Arabigo-Española despues de la muerte del desgraciado Isen, y reunidos por otra parte Leon, y Castilla en Don Fernando I, se adelantaron prodigiosamente las conquistas en los paises sarracenos. Se ganó buena parte de Portugal: se desembarazó toda Castilla la Vieja, y ganaron algunas plazas importantes de la Nueva:. últimamente se hicieron tributarios los Reyes de Toledo, Sevilla, y Zaragoza.

y

Su hijo Don Alonso VI, casando con Zayda, formó una poderosa alianza con su suegro Abenabet, Rey de Sevilla ; y si la venida de los Almoravides no huviera desbaratado el bien acertado plan que tenia proyec tado su política, huviera conseguido hacerse Señor de la mayor parte de quanto tenian los Mahometanos en España. Pero no hizo poco con la conquista de Toledo, y de otras plazas importantes, cuya reduccion añadió á su poder fuerzas muy considerables, y á su tesoro una cantidad muy grande de riquezas.

En su tiempo sucedió tambien la conquista de Valencia por el Cid, que aunque desfigurada con muchos cuentos, nacidos de la cré

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