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NOTA NECROLOGICA.

El Sr. Dr. D. Tomas Romay, uno de los hombres útiles que asociados del Escmo. Sr. D. Luis de Las Casas concurrieron á fundar la Real Sociedad Económica de Amigos del Pais, ha dejado de existir el dia 30 de Marzo, á los 84 años de edad; y aunque tirados ya los pliegos que corresponden á la presente entrega debiamos proceder á su encuadernacion, hemos creido que este triste acontecimiento merecia muy bien hacer una variacion pequeña á fin de dejarlo consignado en el periódico de la misma corporacion, testigo mas que ningun otro de los talentos de tan distinguido patricio, de sus útiles tareas, y sus importantes servicios en favor de la humanidad, de la causa de la ilustracion, del bien estar general y de la prosperidad pública.

La Sociedad Económica acostumbraba en los primeros tiempos de su fundacion cuando acontecia el fallecimiento de alguno de los miembros que se habian distinguido en hechos dignos de conservarse, acordar entre los honores póstumos un elogio ó rasgo biográfico, nombrando alguno de los socios suficientemente reputado por su saber y sus talentos: ha continuado esta práctica respecto al acuerdo y á la consignacion del hecho en las actas; pero pocas veces se ha realizado por parte de los individuos que merecieron la confianza y distincion del cuerpo patriótico. Dejaron de existir Las Casas, el Illmo. Sr. D. Luis Peñalver, el sábio y virtuoso Ramirez, el magnánimo Espada, el benemérito D. Nicolas de Cárdenas y Manzano, el ilustre D. Francisco de Arango, y el profundo Dr. D. Agustin Caballero y acaso otros que al presente no tenemos en la memoria, todos dignos de estos honores póstumos, todos merecedores de la gratitud de sus contemporáneos y del recuerdo en las edades venideras; y todavia la Sociedad es deudora de una

demostracion que parecia reclamar la justicia, la dignidad y el brillo mismo de la corporacion, en honor de tan laboriosos miembros. De todos los que acabamos de mencionar solo el fundador del instinto el gran Las Casas es el que ha recibido los honores de un elogio póstumo, y por una circunstancia que es de notarse fué trazado por la brillante y florida pluma del mismo Dr. Romay, en cuyo obsequio indicamos hoy esta misma distincion por parte de la Sociedad; porque su nombre, si bien en el órden cronológico, debe colocarse al fin de los que hemos mencionado, no así por su merecimiento, por sus brillantes cualidades, por los servicios que con su saber y sus continuos esfuerzos ha prestado constantemente al pais; en este sentido merecerá siempre uno de los lugares mas preferentes.

Nosotros no escribimos una biografia en forma porque ni las circunstancias nos lo permiten, ni nos hemos preparado como corresponde, ni debemos abrogarnos en las mismas páginas del periódico de la Sociedad el desempeño del interesante trabajo de trazar en elocuentes cuadros el mérito y los servicios del respetable amigo que hemos perdido, trabajo que solo debe ser confiado á manos hábiles, á una pluma sino tan priviligiada como la del Dr. Romay, que pueda siquiera espresar algo de aquel lenguaje del apoteosis de que tan evidentes pruebas nos ha dejado el ingenuo narrador en las virtudes del gran Las Casas, el sensible elogiador del filantropo Baylly.

Nuestro propósito no es hoy tan elevado; la gratitud, el respeto, la ingenua amistad y la justicia forman el objeto de esta breve nota. La gratitud, por los hermosos trabajos literarios que nos ha proporcionado y con los que hemos llenado numerosas páginas de este periódico; el respeto, porque lo merece siempre el talento y la virtud; la amistad, porque nos honró con ella en estrechos vínculos de consaguineidad y con sus útiles consejos; la justicia en fin, porque el hombre público que consagra su existencia al beneficio de sus semejantes, que tiene talento, genio y perseverancia para contribuir al desarrollo de todo lo útil, de todo lo que propende al progreso y bien estar de su pais, es acredor á que la posteridad deje inscrito su nombre con caracteres indelebles para perpetuar la memoria de tanto mérito, de tan nobles como desinteresados esfuerzos. Si no hemos logrado el fin en estas sentidas palabras, por lo ménos este ha sido nuestro objeto: colocar una descolorida pero imperecedora flor, arrancada del corazon lacerado, aunque aparezca pobre y humilde al lado de las bellas siempre vivas que otros han acertado á regar sobre su tumba.

APUNTES PARA LA HISTORIA

CORRESPONDIENTES

AL TERRITORIO DE PUERTO PRINCIPE.

En los números precedentes hemos publicado estensas noticias acerca de esta parte de la Isla, recogidas por una comision nombrada por el Sr. Brigadier D. Juan Rodriguez y de la Torre. durante su mando en aquella jurisdiccion, hoy insertamos como adicion á aquellos trabajos una nota circunstanciada acerca de un lugar de aquel territorio, la cual nos ha sido remitida al objeto y contiene cosas curiosas y dignas de ser conocidas, segun verán nuestros lectores á continuacion.

CUBITAS.

Este es el nombre de un lugar que ocupa casi toda la área de la hacienda de Caracamisa siete leguas al norte de la ciudad de Puerto Príncipe, y otras siete al sur del embarcadero de Guanaja. Probablemente se dió este nombre porque las muchas lomas que lo rodean lo asemejan á la ciudad de Cuba. Se compone de nueve caseríos, que los llaman barrios, distantes unos de otros algunas millas y aun algunas leguas. Sus pombres peculiares son los siguientes. La Entrada que es, el principal donde está la iglesia, y por donde se pasa para ir á la Guanaja: la Eermita Vieja, ó Čubita abajo; que es el mas antiguo, donde estuvo ántes la iglesia, y que mejor conserva la forma de pueblo: Toabaquei, en el que se encuentra una loma tan elevada que desde su cumbre se descubre á Puerto Príncipe por

una parte, y al mar por la otra, así como todo cuanto en contorno se halla á la distancia de catorce leguas: Banao, el Corojo, Limones, el Cercado, Cubita arriba, y las Cocinas. Hay barrio, como Limones, que apénas tiene cinco ó seis habitaciones: los mas poblados son la Entrada, la Ermita Vieja y Banao, pero ninguno cuenta veinte vecinos, pudiendo asegurarse que entre todos no llegan á ciento.

Segun algunas tradiciones y varios datos, ántes de la conquista de los españoles, fueron habitados estos lugares. Actualmente sus establecimientos no son otra cosa que unas estancias destinadas con especialidad al plantío y cultivo de la yuca agria para la elaboración del casabe y del almidon. Así es que el valor de ellas se regula por lo comun por el de sus tablas de yuca agria, como el de los ingenios de azúcar por el de sus cañaverales. El sitio donde se siembra aquella raiz, se llama el Otro lado, y dista unas dos leguas de sus respectivos barrios, de los que separa una serranía continuada y áspera; de suerte que, á la parte meridional de dicha se rranía, seencuentran los barrios en cordillera, aunque sin guardar forma en la direccion, ni proporcion en las distancias, y á la setentrional la labranzas. Al-' gunas de estas contienen 200.000, y hasta 300.000 cangres de yuca, sostenidos y cultivados por ocho, diez y doce negros que residen siempre allí en sus hohíos, y solo atraviesan la serrania, y van á la casa de que dependen, fuera de los casos de pura necesidad, á rayar la yuca, aprensar la catibia y quemar el casabe (1) despues de haber sacado la parte que se quiere

(1) Por quemar el casabe se entendiende hacerlo, lo que se egecuta de la manera siguiente. Despues de rayada la yuca en guallos ó pieles de levisa y de aprensada en unos macutitos de guano que se llaman sebucanes, se cierne aquella especie de bagaso que queda conocido con el nombre de catibia, en gibes mas ó ménos finos, que son unos sedazos de guano, y reducido por este medio á harina, se coje la porcion que se quiere>> en una jícara, y se echa sobre el burén [que es una losa ó pieza de barro cocido, plana, de figura redonda de una vara poco mas ó ménos de diámetro, y una pulgada de grueso asentada sobre un hornillo de piedras y barro de una vara de alto]: alli se estiende aquella harina, se asienta, se apizona y beneficia de un todo con unas tablitas de madera, hechas para ese solo efecto, hasta que bien tostado se convierte en una torta jó pan de la misma figura del burén, que es lo que se llama casabe. Es alimento comun de la gente pobre y de algunos ricos aun que nadie lo usa ya en las mesas públicas. Con todo es muy sano y grato al paladar, principalmente si se condimenta con huevos, almendras y otros ingre dientes, ó si se tuesta al tiempo de comerlo, y se unta de mantequilla. Esto se entiende si el casabe es de levisa ó guallo fino, y si no se le ha estraido ántes la naiboa ó la sustancia para almidon [como hacen ate! gunos para sacar mas provecho], porque si se usa este fraude, entonces > el casabe sabe á paja, y hace en el estómago el mismo efecto que aque lla hiciera. La tarea ordinaria de un quemador de casabe en dos bure

Lara almidon (1) cuyas operaciones principian con la noche, y concluyen con el sol del dia siguiente, aunque hay ocasiones que se invierten dos ó tres dias consecutivos, solo en quemar casabe, y aun estancias hay en que esto es lo mas corriente.

El motivo de estar tan separadas las habitaciones de las labranzas, es porque para estas es muy ingrato el terreno donde se hallan aquellas, al mismo tiempo que donde existen es el mas á propósito que se conoce para el cultivo de la yuca. Del propio modo, las habitaciones no estan donde las labranzas, por la absoluta falta de agua que allí se esperimenta, pues no tan solo no se encuentran rios, lagunas, ni otra clase de aguada natural en el Otro lado, pero ni aun artificial porque el terreno no la consiente, siendo esta la causa del vicio de la yuca que en él se siembra, no menos que de su larga conservacion bajo la tierra, y de su mucho rendimiento porque dicha raiz repugna los terrenos bajos, gruesos, arcillosos, y anegadizos. Ademas, en los puntos donde se hallan los barrios son muy cómodos y agradables, porque a la abundancia y bondad de sus aguas corrientes y estancadas se reune á la suavidad de su temperatura que es la mas saludable de toda la jurisdiccion de Puerto Príncipe en términos de servir aquellos de refugio en tiempo de peste y de convalecencia á los que la necesitan. A todo lo cual se agrega la hermosura de las Sabanas que los rodean, y los golpes de vista que presentan y proporcionan tan bellos como admirables.

De cuanto se ha espuesto con respecto á los barrios debe esceptuarse el de las Cocinas, pues este que es el mas moderno, y consta de ocho ó diez habitac iones, se encuentra ubicado en el otro lado, y por consiguiente sus habitantes se hallan en el mismo caso que los negros de los otros barrios que cultivan las labranzas con relacion del agua, teniendo que atravesar la serranía y venirla á buscar semanal ó mensualmente á fuera. es decir, á uno de los otros barrios, ó donde mejor les acomode,

nes á un mismo tiempo jerizando y atizando la candela otro, se regula á tres cientas tortas por dia, desde que sale el sol hasta que se pone. Es trabajo tan re cio, asi como rayar y aprensar la yuca, que no sé que se haya dedicado á él muger ninguna, ni aun obligada.

(1) El almidon se saca de la yuca rayada y no aprensada; la cual se echa en un paño de coleta, ó de otro lienzo semejante, y se cuela con mucha agua á fuerza de amazarla y esprimirla. El sedimento que resulta de esta operacion, se convierte en una pasta muy blanca que despues se sa ca de la canoa ó batea en que está asentada, botando el agua y se pone al sol, para que se seque y blanquee mas, lo que se llama almidon. Su uso principalmente, es para darle lustre á la ropa que se lava, y para pegar lienzos, papeles y otras cosas puesta en una cazuela ó paila á la candela con el agua correspon diente y meneándola todo con un palo, hasta que se convierte en una especie de glúten.

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