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vino sobre esta cibdad de Tremecen, en que trujo más de 200.000 moros, y estuvo sobre ella con su ejército siete años, y para tomalla edificó la Almanzora; y púsola este nombre Almanzora, porque el Rey se llamó Muley-Almanzor, que es estos muros y torres despoblados que está edificado encima desta cibdad, lo cual edificó para tener su campo y desde allí guerreallo y ponello en subjecion y servidumbre; y cumplidos los siete años murió en esta Almanzora, no pudiéndola subjetar: estaba la victoria guardada para vuestra Señoría.

CAPÍTULO XXXII.

De lo que los caballeros moros dijeron al rey de Tremecen Muley-Babdila, de lo que el Rey les respondió,

y

de una carta que envió un

Xeque al Conde.

y

Mártes, á 13 de Hebrero del dicho año, que se contó 43: estando el rey Muley-Babdila en el Mexuar, donde estaba aposentado el Conde, vinieron al Rey algunos moros de los principales de su compañía y le dijeron: «Muley, sepa

Su Alteza como los libros de nuestra ley están profanados todos y abatidos, hechos pedazos, hollados de los cristianos por esas calles y plazas públicamente, en mucho menosprecio, vituperio y deshonra de nuestra ley; manda, Señor, con tiempo, ántes que esto pase adelante, que se remedie.» Respondió el rey Muley-Babdila: "¿Qué puedo yo hacer en eso? ¿téngoos yo que agradecer á vosotros algo? ¿pusístesme vosotros á mí en mi reino y estado? No tengo que agradecer á nadie si no es á los hijos de Juan, plega á Dios, Nuestro Señor, que, como principal Padre nuestro, que está en los cielos, nos haga tales, que imitemos al Padre que los moros nos dan, y cuyos hijos nos hacen, que es Sant Juan Baptista, que segura tenemos la gloria.»> Este dia salió de Tremecen y corrió el campo hasta el rio del Aceituno D. Martin de Córdoua hasta á vista de la cibdad de Usda; este mesmo dia vino el alcaide Abrahen á dar la obediencia al rey Babdila, éste es Alcaide de los escopeteros renegados y gente del campo, como dijimos; es de nacion vizcaino, gentil presencia de hombre, alto de cuerpo, buen rostro, obras malas, porque éste en la batalla nos dió la guerra: este propio dia comenzaron á meter el pan en el Mexuar

por mandado de su Señoría del Conde, de manera que quedase todo recogido para la gente de guerra cristianos que en la cibdad queda, que son 1.200 hombres; y Luis de Rueda, alcaide de Orán, por General dellos con otros capitanes de infantería, los cuales quedan en guarda del Rey y de la cibdad.

Domingo, 18 deste dicho mes de Hebrero, comenzaron á venir los moros vecinos de la cibdad, en que vernian más de 300 lanzas con sus mujeres, hijos y haciendas, á los cuales mandó el Conde que se aposentasen en un lugarico de 500 casas, que estará dos millas de la cibdad, entre las huertas, y vinieron dos Xeques de la Zahara, que es más de 60 leguas desta cibdad, y trujeron gran presente al Conde de muchas cargas de dátiles y otras cosas: de aquí adelante no habia dia que no viniesen muchos caballeros moros, muy generosas personas, entre los cuales vino el Mexuar del Corci, que es alcaide de la Casa real, el Secretario mayor de los Reyes, y otras valerosas personas en mucho número. En estos dias envió un Xeque principal en este reino, llamado Rafefa-ben-Alhamel, una carta al Conde, y por ser ella tal, no es razon que quede sin que della haya me

moria, porque carta tan breve y compendiosa yo no la he visto; su tenor es éste:

CARTA.

Gracias a Dios, al caballero mejor de los caballeros y Capitan de los capitanes, y que ha señoreado la mar y la tierra, y no hay quien te contradiga, en tu tiempo; el hidalgo, el honrado, el alabado, el estimado, el Señor de sus iguales y la lumbre de los de su tiempo, el Conde, Teniente del Rey de Castilla, encomiéndaseos el que desea vuestra amistad, vuestro amigo Rafefa-ben-Alhamel: despues de preguntar por vuestros negocios; vos habeis hecho lo que hacen los buenos caballeros, habeis cumplido vuestra intencion y la del Rey; querria no me desviásedes de vos. Yo soy vuestro amigo, y las gentes dicen cada uno en su parte. Esto está en vuestras manos, y la salud es á vos.

CAPÍTULO XXXIII.

De una gran cabalgada que el Conde hizo un dia que salió de Tremecen, yendo en su compañía el alcaide Abrahen.

Miércoles, á 21 de Hebrero, salió su Señoría al campo con hasta 150 lanzas, ycon hasta 1.000 peones, porque fué avisado del alcaide Abrahen que muchos alárabes habian venido á un lugar que está de Tremecen cinco millas, con muchos camellos, á llevar el trigo y cebada que en aquel lugar estaba, y áun que robaban á los moros que de la cibdad salian; y sabido por su Señoría, salió á la una hora, despues de medio dia, y el alcaide Abrahen con él delante; y porque es cristiano renegado, digo que iba con un sayuelo corto de terciopelo carmesí, y un alquicel blanco encima, con su toca arrebozado,

y

el Conde en la puerta de Fez, por donde salieron, mandó que le diesen un caballo de su caballeriza, porque el que el Alcaide llevaba no era tal; y así se hizo, que en presencia mia se apeó de su caballo y subió encima del del Conde; y aunque llegó tarde al lugar, porque ya tenian

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