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nómica de aquella ciudad; y el Sr. D. Ramon Cabrera dos opúsculos publicados poco há en Fráncia, el uno sobre la construccion de algunos monumentos militares de la antigüedad, y el otro sobre la inscripcion griega del monumento hallado en Roseta, que contiene un decreto de los sacerdotes egípcios en honor de Tolomeo Epifanes.

El Sr. D. Jáime Barcalli se ha desprendido generosamente á favor de la Académia de 22 monedas góticas de oro que ha podido recoger del hallazgo de Reus, de que se habló anteriormente, y que junto con otras servirán de materiales en la disertacion proyectada para la ilustracion de esta parte curiosa de la numismática. El Sr. D. Manuel Garcia de Valdeavellano ha remitido desde Montenegro de los Cameros una moneda de plata de los Reyes católicos; y el Sr. D. Andrés Gomez de Somorrostro, nombrado ya con honor en otras partes de este discurso, ha enviado dos hermosas monedas de cobre acuñadas en Segóbia, una el año de 1812 con el busto del Rei, que Dios guarde, y otra con motivo de la visita que hizo S. M. á la casa de moneda de dicha ciudad en el de 1817.

Ha recibido la Académia con mui particular estimacion el ejemplar, que le ha regalado la real sociedad económica de esta corte, de la edicion que ha hecho de la Agricultura de Gabriel Alonso de Herrera: edicion tan honrosa para el buen nombre de este célebre escritor, cuyo libro corria afeado con los borrones que habia dejado caer sobre él la ignoráncia y negligéncia de sus anteriores editores, como á la sociedad misma por el esmero con que ha ajustado el texto á su pureza primitiva, con que ha ilustrado el asunto en sábias notas, llenas de la luz á que en estos tiempos ha llegado la ciéncia de la agricultura, y con que ha adornado la obra insertando las notícias biográficas de Herrera y otros oportunos apéndices. La Académia aprovecha gustosa esta ocasion de manifestar su gratitud á un ilustre cuerpo de quien ha recibido frecuentes pruebas de consideracion y de aprécio.

Nuestras comunicaciones literárias con los paises extrangeros en este último año se han reducido á la reclamacion que ha hecho la biblioteca del Instituto real de Fráncia de la continuacion de nuestras Memórias, á la propuesta que nos ha hecho la real sociedad de an

ticuários de la misma nacion de que uno y otro cuerpo se envien mútuamente sus obras, y á la consulta que nos ha dirigido el Sr. D. Carlos Victor de Hautefort, intendente jubilado de los ejércitos franceses, quien al tiempo de remitirnos un ejemplar de la memória que ha publicado en los Anales enciclopédicos sobre la antigua ciudad española de Cantábria, nos pedia notícias sobre ciertas variantes geográficas de Plinio, y materiales inéditos para ilustrar la obra que trabaja actualmente con el título de Cuadro geográfico histórico y arqueológico de Cesaraugusta y de su convento jurídico bajo el império romano. Hemos llegado al fin de este discurso, y estamos en el caso de desempeñar el doloroso oficio prescrito por una loable costumbre de hacer mencion de las pérdidas que nos ha causado en el discurso de este año la inevitable necesidad de la muerte. La Academia ignoraba hasta ahora la de dos beneméritos individuos suyos, los Sres. D. Vicente, y D. Francisco Martinez Falero, vecinos de la villa de Sahelices, que fallecieron hace algunos años. La parte que tuvieron estos celosos correspondientes en el descubrimiento de las antigüedades de Cabeza del Griego, y en las diligéncias de la Académia para ilustrarlas, está consignada en la coleccion de nuestras Memórias. A la misma clase de correspondientes pertenecian el Sr. D. Juan Ramis, vecino de Puerto Mahon en la isla de Menorca, donde falleció á 12 de febrero del año próximo pasado, dejando muestras de su laboriosidad en várias composiciones relativas á la história de aquella isla; y el Sr. D. Jáime de Rodoreda, literato conocido por su instruccion histórica, por su aficion á las letras humanas y por su trato familiar con las musas latinas, que murió en Barcelona á 30 de marzo del mismo año. Poco después tuvo la Académia la sensible notícia de haber fallecido en el monastério del Escorial el R. P. Fr. Patricio de la Torre, monge de S. Gerónimo, que á imitacion de su santo fundador sobresalia en el estúdio y conocimiento de las lenguas orientales, y auxiliado por la generosa proteccion del Gobierno emprendió el via. ge de Marruecos, donde residió durante algunos años con el fin de perfeccionarse en el idioma árabe. Y últimamente el Sr. D. Joaquin António del Camino, canónigo de la santa iglésia catedral de Lugo, falleció en esta ciudad á fines del mes de setiembre, dejando larga y

agradable memória de sí en el público literário de España, no solo por las Memórias impresas de la Académia, en que figura como escritor de la mas sana y juiciosa crítica, no solo por su traduccion de Tertuliano y otras producciones de su docta pluma, sino tambien y aun mucho mas por lo acendrado y ejemplar de sus virtudes, tanto civiles como cristianas y sacerdotales. De la clase de honorários, ha tenido la Académia la desgrácia de perder al Exmo. Señor D. Gerónimo Giron y Motezuma, marqués de las Amarillas, indivíduo de número de la Académia de buenas letras de Barcelona y de la sociedad de Sevilla, quien á la distinguida reputacion militar que empezó á adquirir en lejanas expediciones ultramarinas, reunia una sobresaliente instruccion, y una aficion particular á las ciéncias y á todo género de conocimientos útiles. Otra falta mui sensible para la Académia ha sido la del Exmo. Sr. D. Francisco Saavedra, del Consejo de Estado, quien después de una larga carrera de méritos y servicios, después de haber conservado siempre intacta una gran reputacion en las coyunturas mas dificiles y escabrosas, en la corte y en el retiro, en la prosperidad y en la desgrácia, en el seno de la paz y en la turbulencia y agitacion de las convulsiones políticas, habia dedicado los últimos años de su vida á la direccion de obras de utilidad pública y al fomento de la prosperidad nacional, у falleció finalmente el 25 de noviembre último en Sevilla su pátria, llorado de todos, y especialmente de las personas de instruccion y de letras, á quienes honró y amó siempre.

Enmédio de tan grandes pérdidas la Académia se consuela con la esperanza de que los dignos indivíduos que ha adquirido nuevamente, la indemnizarán de ellas en lo posible, siguiendo los ejemplos de los que les han precedido, y contribuyendo con sus tareas á sostener el antiguo lustre y esplendor del cuerpo.

RELACION

que comprende el año académico desde 1 de diciembre de 1819 hasta 30 de noviembre de 1820. Leida en la junta de 2 de marzo de 1821.

SEÑORES

El estado de la Académia al principiar el último año académico

en 1 de diciembre de 1819, presentaba el mismo aspecto que en los años anteriores. Igual celo en sus indivíduos para promover el instituto del cuerpo, y propagar la ilustracion de nuestra história; é iguales si no mayores dificultades para lograr el fruto correspondiente á su celo.

Habia espirado el triénio señalado en los estatutos para el oficio de director que con suma satisfaccion del cuerpo habia desempeñado el Sr. D. Francisco Martinez Marina: pero su nombramiento para una canongia de Lérida y su salida forzosa de la corte nos habia privado no solo de uno de nuestros mas útiles y apreciables compañeros, sino tambien de la cantidad de académicos necesários para llenar los destinos asignados á los indivíduos de número. En este conflicto la Académia, imposibilitada de cumplir con los estatutos en el reemplazo del importante puesto de director y siguiendo lo que ellos prescriben, hubo de acudir al Rei solicitando se le permitiese nombrar director entre sus indivíduos honorários. Así se dignó otorgarlo S. M.: y la eleccion que á consecuencia de ello hizo la Académia, ha justificado la rectitud de sus intenciones y el acierto de la resolucion del Gobierno.

Entretanto se acercaba la gran novedad que reparando los errores y perjuícios de los años precedentes, nos habia de restituir al estado y dignidad de ciudadanos con el restablecimiento de la lei fundamental del reino, aceptada y jurada provisionalmente por el Rei en 9 de marzo. El régimen de la libertad y de la ilustracion no podia menos de ser favorable á las letras y á los cuerpos consagra

dos á cultivarlas. Así lo experimentó mui desde luego la Académia, viendo consolidada su existéncia de un modo solemne, y asegurada su dotacion como una de las déudas de pago corriente del Estado entre las contribuciones acordadas por las Cortes; y los efectos han manifestado que no eran solo promesas y esperanzas. Es verdad que el nuevo orden de cosas ofrece motivos para aguardar grandes novedades en la forma y organizacion de la Académia, pero será para rejuvenecerse como el águila y para continuar ilustrando á la nacion de una manera mas útil y mas acorde con los demás ramos del saber humano, y mas provechosa al lustre del nombre español.

El sistema de constáncia y laboriosidad de la Académia no ha variado enmédio de circunstancias y revoluciones políticas tan extraordinárias. Apenas habia acabado de dar á luz el tomo V de sus Memórias á costa de muchos esfuerzos y venciendo mil dificultades de todas clases, cuando estaba preparando la publicacion del VI. Ya se halla concluida la impresion del elógio de la Reina católica Doña Isabel por donde empieza dicho tomo, y se entiende en la de las ilustraciones á aquel famoso reinado, tan digno de conocerse y estudiarse. Los copiosos materiales que posee la Académia para enriquecer la coleccion de sus trabajos é instruir con ellos al público en sus memórias, se ha aumentado durante el último año acadé mico con diferentes y eruditas producciones de sus indivíduos. Entre ellas se cuentan la disertacion sobre un pedestal romano que existe en la villa de Trigueros, província de Sevilla, escrita por el Sr.. D. Ignácio de Ordejon, nuestro académico correspondiente, con várias. reflexiones acerca de su objeto y de la inscripcion que conserva; y los discursos de recepcion de los señores académicos supernumerários D. Tomás Gonzalez Carvajal y D. Marcial António Lopez, el pri mero sobre las utilidades que el estúdio de la política percibe de el de la história, y el segundo con el elógio y apologia del Rei D. Pedro III de Aragon. Yo tambien he concurrido, sino con igual mérito á lo menos con iguales deseos, á aumentar el caudal académico, leyendo la confutacion de la llamada História verdadera del Rei D. Rodrigo, que Miguel de Luna, vecino morisco de Granada, publicó á principios del siglo XVII, suponiéndola traducida del arábi

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