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gobernacion que el Rei Don Enrique tenia en estos réinos, y acatada la poca edad del Rei Don Alonso y de la infanta Doña Isabel su hermana, determinaron prender á su tio el arzobispo de Toledo Don Alonso Carrillo, á quien miraban como obstáculo para sus proyectos, y que el maestre, abocándose con Don Enrique y Don Alonso, les diese á entender que la prision se habia hecho por su servício y por la paz y concórdia de todos: é así apoderado de los dos Reyes los prendiese, y con voluntad de la infanta ó forzosamente el maestre casase con ella, á fin de poder haber estos réinos á su voluntad, creyendo que como quiera que muchos grandes en ellos obiese á quien desto despluguiese, por dádivas ó por fuerza los atraeria á su voluntad.

El cronista Diego Enriquez del Castillo, conviniendo en la existencia del intento de casar el maestre con la infanta Doña Isabel, refiere sinó con positiva contradiccion á lo menos con alguna variedad las circunstáncias. Dice (1) que estando el Rei Don Enrique por este tiempo en Segobia, vino el arzobispo de Sevilla Don Alonso de Fonseca con un trato secreto, grave é no honesto, por parte de Don Pedro Giron, maestre de Calatrava, con acuerdo é consentimiento del marqués de Villena su hermano: diciendo, que si el Rei le daba á la infanta Doña Isabel su hermana por muger, que lo vernia á servir con tres mill lanzas á su costa é le prestaria setenta mill doblas, é su hermano el marqués de Villena prometia de se venir luego á su servicio y traer al príncipe su hermano é ponello en su poder en tal manera, que seria luego mas pacífico Rei que de primero. É como el Rei estaba deseoso de la paz segun su conaceptó el trato con deliberada gana de lo hacer. . . . . É como el concierto del casamiento estuviese capitulado con las seguridades é firmezas que para ello convenian para entrambas las partes, el Rei con grand placer, esperando la venida del maestre de Calatrava, envióle á decir que se viniese lo mas presto que pudiese.

dicion.

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(1) Cap. 85.

Á consecuencia el maestre, como continúa Enriquez del Castillo, partió luego de Almagro con grand poder así de gente como de dinero: pero acometido en el camino de una esquinéncia ó garrotillo, murió arrebatadamente en Villarrúbia cerca de Villa- Real, hoi Ciudad-Real, á los 43 años de edad, blasfemando, segun cuenta Paléncia (1), porque no le daba Dios cuarenta dias mas de vida. Enriquez del Castillo asegura (2) que de la muerte suya fue el Rei mui pesante; porque se tenia por cierto que con su venida recobraria su estado.

La nueva del viage é intenciones del maestre, habia sido para la infanta un motivo de afliccion y de amargura. Como la infanta Doña Isabel, dice Paléncia (3), fuese certificada del propósito con que el maestre de Calatrava venia, estuvo un dia y una noche sin comer ni dormir, en mui devota contemplacion, suplicando á nuestro Señor umilmente que le pluguiese de una de dos cosas, hacer matar á ella ó á él, porque este casamiento no hubiese efecto.

Si como indican las particularidades de los sucesos que va mos refiriendo, Doña Isabel profesaba inclinacion al príncipe Don Fernando, no padeceria poco su corazon cuando algun tiempo después vió tratarse y estar á punto de efectuarse su casamiento con Doña Beatriz Pacheco, hija del marqués de Villena. Los apuros en que por este tiempo se hallaba el Rei Don Juan de Aragon, continuando los catalanes en negarle la obediencia, y aguardándose por momentos que entrase por los Pirineos á sostenerlos el duque de Lorena, hijo del de Anjou á quien habian proclamado Rei en Barcelona, le forzaban á solicitar socorros de los grandes castellanos de su parcialidad, que eran los que seguían el bando del infante Rei Don Alonso. Mas el précio que ponia á estos socorros el marqués de Villena era el matrimónio del príncipe de Aragon con Doña Beatriz. No habiendo podido hacer Rei de Castilla á su hermano, trataba de hacer Réina de Aragon á su hija. Tuvo la infanta Doña Isabel el disgusto de que el príncipe consintie(3) Año XI.

Décad. I lib. 9, cap. I.

(2) Cap. 85.

se tambien en este proyecto, y

este proyecto, y de que lo apoyase el almirante Don Fadrique, que hasta entonces habia sostenido siempre con teson el desígnio de casarla con su nieto: y estuvo concertada la boda, señalado el plazo para realizarse y nombrados los testigos que habian de presenciarla (1). Esto era por el mes de júnio de 1467. Pero fuese que el marqués temió la odiosidad y la envídia de los demás grandes que le habia de suscitar este enlace; ó que el Rei Don Juan que preferia en su interior el de Doña Isabel, diese largas; ó que las revueltas de Castilla y la batalla de Olmedo acaecida el 20 de agosto durante estos tratos, hicieron lugar á otras trazas é ideas; ó que el marqués, levantando todavia mas sus deseos, pensase en casar á su hija con el infante Rei Don Alonso, como algunos creyeron; lo cierto es que no pasó adelante el concierto, y que volvió á nacer y promoverse el de la boda entre Isabel y Fernando.

El principal agente para su conclusion era en este tiempo Don Alonso Carrillo, arzobispo de Toledo; y el Rei de Aragon para conciliar mas autoridad á su hijo, le dió el título y dignidad de Rei de Sicília. En tal coyuntura sobrevino el fallecimiento del infante Don Alonso á 5 de júlio de 1468: y este incidente por el cual se acercaba Doña Isabel á la sucesion del cetro castellano, aumento, como era natural, el interés del Rei Don Juan en efectuar el enlace (2).

Todavia fue mayor este interés cuando á poco mas de dos meses de la muerte del infante, el Rei Don Enrique, avistándose con su hermana Doña Isabel el 19 de setiembre en los Toros de Guisando, la reconoció por heredera de Castilla con exclusion de la princesa Doña Juana, de quien afirmó con juramento no ser hija suya (3). Entre los artículos del concierto que entonces hicieron Don Enrique y Doña Isabel (4), se estipuló que ésta hubiese de ca

(1) Zurita anales lib. 18, cap. 10.
(2) El mismo, lib. 18, cap. 16.
(3) Paléncia crón. de Don Enrique,
parte II.

(4) Hai cópia en la biblioteca real

en el manuscrito señalado Dd 131, al fol. 25, de la coleccion diplomática de Burriel. La fecha del concierto es del 18 de setiembre, víspera de las vistas.

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sar con quien el dicho señor Rei acordare et determinare de voluntad de la dicha señora infanta, et acuerdo et consejo de los dichos arzobispo (de Sevilla Don Alonso de Fonseca) et maestre (de Santia go Don Juan Pacheco) et Conde (de Plaséncia D. Alvaro de Estúñiga). Por otros artículos el Rei se obligó á solicitar su divórcio con la Réina Doña Juana y á hacerla salir de sus réinos, poniendo todos los médios para que no llevase consigo á su hija; quedando la persona de ésta en poder del Rei para disponer de ella con acuerdo y consentimiento de Doña Isabel, del arzobispo, del maestre y del conde.

Las nuevas circunstancias, que tanto valor añadian á la mano. de Isabel, despertaron en vários príncipes el pensamiento de pedirla por esposa. El Rei Luis de Fráncia la pedia para su hermano Carlos, Duque de Berri, que hasta entonces era el heredero presuntivo de la corona por no tener el Rei hijos varones. Don Alonso de Portugal renovaba su pretension anterior, esforzándola ahora con el pretexto de que esta boda seria una indemnizacion de la afrenta y agrávio que se hacia á su sobrina. Otro pretendiente habia, hermano de Eduardo IV, Rei de Inglaterra, el primero de la casa de York en tiempo de las sangrientas discórdias entre ella y la de Lancaster (1).

(1) Por la carta que la princesa Do-
ña Isabel escribió á su hermano Don
Enrique desde Valladolid á 12 de oc
tubre de 1469, y se halla inserta en el
cap. 136 de la crónica escrita por Die-
go Enriquez del Castillo, consta que
por el tiempo de los conciertos, esto es
por setiembre de 1468, se proponia el
casamiento de Doña Isabel con un her-
mano del Rei de Inglaterra. Lo era à
Ja sazon Eduardo IV de la família de
Yorck, rival y enemiga de la de Lan-
caster, en tiempo que herbian las fac-
ciones de la rosa blanca, distintivo de
la primera, y de la rosa roja, insígnia
de la segunda. Facciones de las mas
sangrientas que nos presenta la história
de los furores de los hombres, y que

durante treinta años convirtieron á Inglaterra en un teatro de horror, llegando segun Felipe de Comines (Memórias cap. 12) á ochenta los príncipes de la sangre real de Inglaterra que perecieron en ellas de muerte violenta.

Eduardo IV tuvo dos hermanos. El mayor de ellos fué Jorge, duque de Clarence, príncipe revoltoso, de carac ter pérfido y atroz, que asesinó á sangre fria y por su misma mano al príncipe de Gales Eduardo, hijo de Enrique VI de la casa de Lancaster, jóven de 18 años de edad, que habia sido hecho prisionero en la batalla de Tenksbury el 4 de mayo de 1471. Después de una vida inquieta, el Rei su hermano cansado de sus repetidas

Don Juan Pacheco habia vuelto á la privanza del Rei Don Enrique despues de la muerte del infante Don Alonso, á quien se dijo que habia hecho envenenar en una trucha (1). Aumentado su poder con el maestrazgo de Santiago que habia conseguido durante las revueltas del réino, era la cabeza de un partido que sin decidirse irrevocablemente por ninguno de estos novios, se fijaba en que no se verificase el casamiento de Isabel con el principe de Aragon Don Fernando. Él y vários grandes temian, que si llegaba á dominar el influjo aragonés, como era de recélar verificado el enlace, perderian los estados que anteriormente habian poseido en Castilla el Rei Don Juan de Aragon y su hermano el infante Don Enrique, y despues se habian repartido entre ellos. El maestre (á quien ya llamaremos con este nombre en adelante) dispuso que el Rei y su hermana viniesen á la villa de Ocaña, de que era señor como maestre de Santiago, pensando que así estarian á su querer ý mando. Y como

infidelidades, lo puso preso en la Torre de Londres, y le hizo quitar la vida el año de 1478. Diosele á escoger el género de muerte, y eligió morir ahogado en un tonel de malvasia. El otro hermano fué Ricardo, duque de Glocester, príncipe contrahecho de su persona, corcobado, seco de un brazo, y mas disforme todavia por su conducia feroz y sanguinária. Concurrió con su hermano Jorge al asesinato del prín. cipe de Gales. Despues de la muerte de Eduardo IV, destronó á su sobrino Eduardo V, lo encerró en la Torre de Londres junto con su hermano menor Ricardo, duque de Yorck, los mandó matar y se ciñió la corona. La Providéncia no dejó impune tanta maldad; y á poco mas de dos años pereció miserablemente en una batalla ganada por el conde de Richemond, de la casa de Lancaster, que reinó con el nom. bre de Enrique VII.

Cual de estos dos hermanos, Jorge 6 Ricardo, fuese el nóvio de Isabel, es dificil averiguarlo por falta de docu

mentos. Ambos pudieron serlo, porque ambos eran solteros en la época del convénio de los Toros de Guisando. Jorge estuvo tratado de casar en 1466 con la mas rica heredera de Europa, María nieta de Felipe el Bueno, duque de Borgoña, hija de Carlos el Atrevido, sucesor de Felipe: pero no se verificó el matrimónio, y María casó con el archiduque Maximiliano, padre del Rei de Castilla Don Felipe el Hermoso, por donde se agregaron los estados de Borgoñía á la casa de Aústria. Finalmente Jorge casó en 1466 con una hija del conde de. Varvick, enemigo mortal de su hermano el Rei Eduardo IV. Por lo que toca á Ricardo, casó en 1471 con Ana, otra hija del conde de Varvick, viuda del príncipe de Gales á quien acababa de asesinar. Ana murió en 1484, y se sospechó que la habia hecho envenenar su marido.

(1) Paléncia, crón. de Don Enrique año XIII.

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