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tomar á cámbio ha pasado de cincuenta millones. Y esto es conforme á las notícias de Mercado: á estas férias (de Medina) dice, van de todas naciones, de Sevilla, de Lisboa, de Burgos, de Barcelona, de Flandes y Floréncia, ó á pagar seguros ó á tomar cámbios ó darlos; finalmente es una frágua de cédulas que cuasi no se ve blanca sino todo letras, las cuales son en dos maneras, unas en banco, otras en contado (1). Respondiendo Luis Valle al reparo XXV del marqués de Estepa, dice así: todos los hombres de negócios, y la experiència de las férias le muestra que por créditos y débitos y por entrar y salir un mismo dinero y cuenta suben las férias y tratos al colmo que se ve, yendo y viniendo á ellas los mercaderes con solo tinta y papel, y llegando á la cumbre que los vemos en Noramberghe y Génova y en el resto de Europa. Y con efecto nádie ignora que las cuentas de un comerciante por los diferentes giros y operaciones mercantiles pueden y aun suelen ser de cantidades mayores que sus capitales.

Esta consideracion que debiera ocurrir desde luego al tratar del presente asunto, disminuye y templa en gran manera la enormidad aparente de la cantidad señalada por Luis Valle, sin disminuir la idea del movimiento y circulacion comercial de las férias de Medina: la cual sin duda debió ser mui grande, si se piensa que dichas férias, segun se ve por las ordenanzas del consulado de Burgos y por la Suma de Mercado , eran donde se negociaban las operaciones, se estipulaban los seguros, se hacian los pagamentos, y se saldaban las cuentas de todo el comércio español, cuyas factorias abrazaban vários paises extrangeros: que la contratacion de América aumentó la importáncia de las férias de Medina, las cuales sclian atrasarse cuando se atrasaban las flotas, como refiere Mercado; y por último que ellas eran el punto donde venian á parar y finiquitarse las cuentas y cálculos de todo el comércio de España é Indias (2).

(1) Suna lib. 4, cap. 4.
(2) El cambio y comércio del dine-
ro era sinduda un ramo mui impor-

tante de contratacion en las férias de Medina. Entre los papeles del archivo de Simancas (Estado, núm. 144)

Pero en el tiempo mismo que nos admira la riqueza de las férias de Medina del Campo, iba á menos la indústria y poblacion de Castilla. La Réina católica habia dado los primeros pasos y puesto los cimientos de la sólida prosperidad nacional. Mas la empresa de elevar la nacion al último grado de lustre y esplendor, no podia ser obra de un solo reinado: faltaba mucho que hacer, y no siempre se habia acertado en lo que se hizo. Al tiempo y á la experiència pertenecia ir corrigiendo las equivocaciones de los princípios : por desgrácia, en vez de disminuirse crecieron las faltas, y prevaleciendo en los reinados inmediatos el método de las prohibiciones y reglamentos, se tomó el camino opuesto al que debiera seguirse tanto en las cosas de la Península como en las de Ultramar.

Aquí se presenta á nuestra atencion uno de los asuntos mas graves y trascendentales que pudieran ocuparla: lo que fué, y lo que conviniera haber sido la conducta de la nacion que descubrió y ocupó las Indias. Si fuera inoportuno empren

hai una relacion autorizada del dinero que se negoció por parte de la real hacienda en la féria de octubre del año 1564, y ascendió á 309506981 maravedis. En el mismo papel hai una nota tambien autorizada, de los principales géneros que se llevaban á las férias de Medina con expresion de sus procedéncias. Dice entre otras cosas lo siguiente:

"De Flandes lencerias, tapicerias, paños, cera y otras mercaderias de muchas suertes.

De Francia lenceria, mercerias y papel y otras mercaderias.

De Barcelona paños y coral. De Valéncia paños y sedas labradas y muchas suertes de especeria.

De Cuenca é de Huete mucha suma de paños.

De Toledo paños y sedas labradas y en madeja, y boneteria, en gran suma de todas estas dichas mercaderias. De Cibdad Real paños.

De Segóbia y Villacastin gran suma de paños.

De Granada mucha suma de seda labrada y en madeja.

De Yepes y Ocaña los jabones y otras suertes de especeria.

De Córdoba guadamacies y jaeceria y boneteria y otras mercaderias.

De Sevilla jabones y azúcares y otras suertes de mercaderias en suma.

De Lisbona la especeria y otras mercaderias, y de Portugal lenceria,

Como las dos férias principales son las de Medina del Campo, todas estas mercaderias acuden allí como á casa própia. Cosa mui notória es que el mejor sítio que en España hai para férias es Medina del Campe por estar en el médio de todo y el pueblo ser mui aparejado para ello, ansi en los aposentos como en los bas.imentos y en todo lo que se requiere para este efecto."

der aquí el examen de esta matéria con la extension que corresponde á su importáncia, á lo menos la naturaleza de nuestro propósito y de las investigaciones que hacemos acerca del sistema económico del gobierno durante el reinado de Doña Isabel y los que le siguieron, no nos permiten dejar de bosquejarlo.

El descubrimiento de la América habia puesto á Castilla en una situacion única en los anales del mundo é imposible ya de repetirse. Las ventajas de los pueblos antiguos mas célebres por los progresos de su navegacion, y lo floreciente de su comércio fueron mezquinas y despreciables, si se comparan con las de Castilla en la época inmediata al descubrimiento.

¿Que plan debiera proponerse la nacion descubridora para sacar todo el provecho posible de la posesion de tantos, tan dilatados, tan feraces y tan ricos paises?

Establecer la sociedad entre las tribus de sus habitantes que apenas la conocian; mejorarla donde la halló establecida; introducir los instrumentos y la práctica de las artes de necesidad; cuidar de la conservacion y multiplicación de los naturales; perfeccionar progresivamente su estado civil; comunicarles las inclinaciones, los gustos y con ellos las necesidades de los pueblos civilizados; promover su aplicacion á los ramos de indústria propios de su suelo y de su clima, y volver luego con sus productos á enriquecer la metrópoli, y á proporcionarle nuevas comodidades para la vida, y nuevas ocasiones y matérias de trabajo.

La metrópoli debia proveer á sus colónias de todos los artículos territoriales é industriales, de necesidad ó de regalo, que la superioridad de su civilizacion le proporcionaba; multiplicar sut remesas, satisfacer con profusion las necesidades de sus nuevos domínios, justificar de este modo la exclusion de los extrangeros en los mercados de Ultramar, y concentrando así el comércio en sus manos, fomentar con él y mantener una marina mercantil floreciente.

Ente las operaciones industriales de las colónias merecian la principal atencion y aprécio de la metrópoli las culturas y

labores privativas de aquellos paises, en que no pudiendo competir los demás de Europa, era natural y aun forzoso que recibiesen la lei en el comércio. La mayor parte de los grandes artículos de la contratacion actual entre el nuevo y antíguo mundo, cacao, tabaco, azucar, café y otros no lo fueron sino en tiempos posteriores al descubrimiento: algunas de estas producciones no eran indígenas y fueron introducidas allá por los europeos. El objeto que desde luego se llevó, y con razon, la atencion preferente de los descubridores fué la abundáncia de los metales preciosos, y por lo tanto merecio la del gobierno y de las leyes. El fin á que hubieron de aspirar al pronto todas las providéncias gubernativas, fué el beneficiar y alentar con los metales de los nuevos establecimientos la indústria peninsular: fomentar sus empresas con las anticipaciones y facilidades que proporciona el estado creciente de la plata: quitarle todos los estorbos para que se dirigiese libremente á trocar sus efectos por la plata y oro de América; fomentar la elaboracion de las minas y los demás productos ultramarinos con los envios de España, lo mismo que las fábricas y labores de España con los retornos ultramarinos; devolver labrados de mil maneras los metales ricos á las colonias que los enviaban en barras, al modo que lo hace Inglaterra con las lanas y el hierro del continente; y excitar de esta suerte aquende y allende el mar la laboriosidad y los trabajos útiles y productivos. El inconveniente del encarecimiento de la mano de obra que hubo de seguir á la superabundáncia de plata en la Península, se hubiera retardado y templado con la multiplicacion y concurréncia de las labores y jornales, cop la emision progresiva de la moneda á los paises extrangeros, con el consumo de los metales preciosos en los artefactos de todas clases; y aunque siempre quedaria desnivelada á favor de España la masa totai de la plata europea, pudiera disminuirse la diferencia fomentando su salida para otras naciones. Á España después de la conquista de Méjico y del Perú le conving la extraccion de la plata, como á Suecia la del hierro : España debió inundar los mercados de Europa de muebles, joyas, telas,

bordados, adornos, y utensílios de oro y plata de todas formas, en que como dueña casi exclusiva de la primera matéria tenia una inmensa ventaja sobre los extrangeros: y este era el médio mas conducente y oportuno para neutralizar la subida de la mano de obra en la Península, que, siguiéndose otro camino, necesariamente habia de hacerla tributária de la indústria extrangera é incapaz de competir con ella. España podia valerse del influjo y preponderáncia política que disfrutó por considerable tiempo en Europa, para introducir y extender el uso, la moda y el consumo de las manufacturas de plata, aprovechando para si las ganancias de su fabricacion; y ciñéndose á prohibir la salida del metal precioso en barras, hubiera percibido siempre y á lo menos los derechos de cuño, braceage señorio en la emision de la moneda.

y

Entretanto los progresos de la civilizacion y de la indústria hubieran ido creando y promoviendo los demás cultivos y producciones de coloniales, que en manos del comércio español le hubieran asegurado igual preponderáncia que en la plata en otros muchos ramos que son ya artículos de primera necesidad entre los europeos. Las colónias hubieran llegado mui pronto á ser ricas, pobladas, florecientes; y la metrópoli, sirviendo de lazo de comunicacion entre sus territórios de Ultramar y los demás pueblos cultos, hubiera dominado en estos por su poder, como en aquellos por sus leyes. El movimiento rápido de la indústria, circulando por todas partes en torno de la Península, hubiera atraido y concentrado en ella las fábricas y fabricantes, los especuladores y los capitales de otros paises. La creacion de una marina cual correspondia al tamaño y extension del comércio de Indias y al que después era consiguiente en Europa, no podia verificarse sin que al mismo tiempo se poblasen nuestras costas y puertos de astilleros, nuestros montes de maderas de construccion, nuestros talleres de operários, y nuestros campos de las culturas que exige el estado pujante de una nacion. Así es como por un círculo saludable se hubieran sostenido mútuamente todos los géneros de indústria, y fomentado á un tiempo la

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