Imágenes de página
PDF
ePub

que fué desplomándose un balcon á que estaba asomado en Alcalá de Henares.

BATALLA III.

Quincuagena I.

Diál. 21. D. Bernardo de Rojas, marqués de Dénia, mayordomo mayor del Rei catolico.

Diál. 25. D. Juan Tellez Giron, tercero conde de Ureña.
Diál. 26. D. Alvar Perez Osório, marqués de Astorga.

Diál. 29. D. Pedro de Toledo, marqués de Villafranca, virė rei de Nápoles.

Diál. 30. D. Juan de Rojas, primero marqués de Poza. Diál. D. Francisco Sotomayor y Zúñiga, segundo duque de Bejar.

Diálogos de lugar incierto.

El Cardenal D. Pedro Gonzalez.

Cardenal Cisneros.

El reverendísimo é notable varon D. Fernando de Talavera, primero arzobispo de Granada.

D. Diego Hurtado de Mendoza, arzobispo de Sevilla, patriarca de Alejandria.

D. Diego de Deza, arzobispo de Sevilla.

D. Alonso de Acebedo y Fonseca, arzobispo de Santiago. El Beato Pascuásio, obispo de Búrgos, ejemplo de buenos prelados.

D. Juan de Zúñiga, último maestre de Alcántara, cardenal. D. Garci Lopez Padilla, último maestre de Calatrava. D. Diego Lopez de Haro, y su hijo D. Luis Mendez de Sotomayor,, señor del Cárpio.

D. Fernando de Rojas, embajador en Roma.

D. Antonio de la Cueva, señor de Ladrada, capitan de cien ginetes de las guardas.

D. Bernardino Manrique, señor de las Amalayuelas, maestresala del Rei católico.

D. Diego de Castilla, señor de Herrera de Valdecañas, caballerizo mayor del príncipe D. Juan.

Juan de Bracamonte, señor de Peñaranda.
Gutierre Velazquez, señor de Villabaquerin. '

D. Fadrique Manrique, mariscal de Zamora.

Rui Diaz de Mendoza, señor de Moron y maestresala de la Réina católica.

D. Fernando de Rojas, hermano del marqués de Dénia.
D. Cárlos de Arellano, mariscal de Bozovia.

D. Diego Osório, hermano de D. Antonio de Acuña el comunero, obispo de Zamora.

D. Alonso de Lugo, adelantado de la isla de Tenerife.
D. Alvaro de Bazan, el viejo.

Martin Cabrero, camarero del Rei católico.

D. Fernando de Torres, báile de Valéncia, camarero de Rei católico.

Diálogos que se citan en várias partes como escritos,
Y que no se han encontrado.

BATALLA I.

Quincuagena L

Diál. 4. Duque de Cardona.

Diál. 5.

D. Alonso de Cárdenas.

Diál. 6. D. Enrique de Guzman, duque de Medinasidónia. Diál. 12. D. Pedro Manrique, duque de Nájera.

Diál. 24. D. Luis Ponce de Leon, primer marqués de Zahara.

Diál. 26. D. Juan de Beamonte, conde de Lerin.

Diál. 27. De la casa del marqués de Comares.

Diál. 31. Conde de Benalcazar.

Lugar incierto. Juan Cabrero, camarero del Rei católico.

[ocr errors][merged small]

Diál. 47. D. Juan de Moncada.

Diál. 48. Mosen Berenguer Doms.

Diál. 49. D. Pedro Cardona, gobernador de Cataluña. Diál. 50. D. Luis de Requesens el sordo, tambien gobernador de Cataluña.

Quincuagena III.

Diál. 33. De los Castillas.

Personas de quienes Oviedo ofrece escribir diálogos.

Príncipe D. Juan.

Conde de Cabra.

D. Fadrique de Toledo, primer duque de Alba.

D. Luis de Mendoza, segundo marqués de Mondejar.

D. Fadrique Enriquez de Rivera, primer marqués de Tarifa.
Conde de Salvatierra.

D. Pedro Fajardo, primer marqués de los Velez.

D. Rodrigo Ponce de Leon, duque de Cádiz.

D. Alvaro de Estúñiga, duque de Bejar.

D. Fadrique Enriquez, almirante de Castilla.

D. Alonso de Arellano, conde de Aguilar.

D. Juan de Rivera, asistente de Sevilla, primer marqués de Montemayor.

Señor Hernando de Alarcon.

Mariscal Arias Pardo de Saavedra.

Hernan Darias de Saavedra, conde del Castellar.

Mosen Juan Coloma.

Rodrigo de Vivero.

Juan Gaitan (de Toledo).

Adelantado D. Antonio de Padilla.

Pedro Lopez de Padilla (capitan de hombres de armas en la guerra de Granada, y padre del famoso Juan de Padilla).

Tom. VI. N. I.

Gg

António de Fonseca, embajador de los Reyes católicos al de Francia.

D. Alonso Carrillo el cojo, señor de Pinto.

D. Juan Manrique, padre de D. Fadrique el mariscal de Zamora.

D. Gonzalo Chacon, contador mayor.

ILUSTRACION XI.

I. Influencia del gobierno de la Réina Doña Isabel en la prosperidad nacional de su tiempo y de los siguientes. II. Reflexiones sobre el descubrimiento, comércio y gobernacion de las Indias. III. Descripcion y examen del sistema económico de Castilla en el reinado de Carlos V.

S. I.

la

La época de confusion y trastorno que precedió al reinado de Doña Isabel no pudo menos de ser perjudicial para prosperidad interior del réino. Enmedio de las violéncias y de la anarquia como era dable que medrasen la poblacion y la riૐ queza? En otro lugar de estas ilustraciones (1) se dió alguna dea del estado en que se hallaba Castilla al subir al trono Doña Isabel, y de ella puede deducirse facilmente el abatimiento en que era forzoso estuviesen la agricultura, los oficios y el tráfico. Sin hablar de otros daños mas palpables por mas materiales y groseros, la corrupcion de la moneda que se padecia generalmente en aquel tiempo, era una calamidad comun á todos los géneros de indústria, cuyos productos habian de trocarse por ella. Un escritor coetáneo, de quien publicó un largo fragmento Fr. Liciniano Saez en el tratado de las monedas de Enrique IV, dice así: Como el réino estaba en costumbre de no tener mas de cinco casas reales, donde la moneda se labrase, él (Rei don Enrique) dió licencia en el término de tres

(1) Ilustr. II,

años como en el réino ovo ciento é cincuenta casas por sus cartas é mandamientos. Y con estas ovo mui muchas mas de falso, que públicamente sin ningun temor labraban cuand falsamente podian y querian; y esto no solamente en las fortalezas roqueras, mas en las cibdades y villas en las casas de quien queria, tanto que como plateros ó otros oficios se podiera hacer á las puertas. Y en las casas donde labraban con facultad del Rei, la moneda que en este mes hacian, en el segundo la deshacian y tornaban á lei mas baja, é con esto ovo tan grandes negociaciones en las casas de las monedas, que non habia en el réino otro trato. Y habia casa que rentaba en el dia al señor doscientos mil maravedís sin las ganáncias de los monederos y negociantes. Vino el réino á esta causa en tan gran confusion que la vara de paño que solia valer doscientos maravedis, llegó á valer 600, é el marco de plata, que valia mill é quinientos, llegó á valer seis mill, y el quintal de cobre, , que valia dos mill, llegó á valer doce mill, tanto que Flandes nin otros réinos non podieron bastar á traer tanto cobre, é non quedó en el réino caldera nin cántaro que quisiesen vender, que seis veces mas de lo que valia non lo comprasen. Fué la confusion tan grande, que la moneda de vellon que era un cuarto de real, que valia cinco maravedís (diez blancas) fecho en casa real con licéncia del Rei, non valia una blanca, ni la tenia de lei. Y ya veniendo las cosas en tan grand extremo desordenadas, dióse baja de moneda, quel cuarto que valia cinco maravedis valiese tres blancas . Y como vino la baja, unos depositaban dineros de las debdas que debian, y otros antes del plazo pagaban á los précios altos, y los que lo habian de recebir non lo queriendo tomar, nacian muchos pléitos y debates y muertes de hombres, y confusion tan grande, que las gentes non sabian que hacer nin como vivir, que todo el réino absolutamente vino en tiempo de se perder, y por los caminos non hallaban que comer los caminantes por la moneda que nin puena nin mala nin por ningun précio non la tomaban los labradores: tanto eran cada dia de las muchas falsedades engañados, de manera que en Castilla vivian las gentes como entre guineos sin lei y sin moneda, dando pan por vino, y asi trocando unas cosas por otras.

[ocr errors]
« AnteriorContinuar »