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El consumo de pólvora era grande; y así fuera de la que se fabricaba de órden de los Reyes, se traia de Valéncia, Barcelona, Sicília, Portugal y Flandes, y se guardaba en cuebas subterráneas, que se hacian á propósito en los mismos reales.

Las novedades introducidas en el método de atacar las plazas, nacidas todas de la invencion de la pólvora, no habian excluido aun enteramente el uso de los ingénios ó máquinas antíguas destinadas al mismo objeto. Empleáronse todavia en la guerra de Granada, y con ellas se lanzaban no solo piedras sino tambien mixtos o cuerpos incendiários, á semejanza de los que después se llamaron carcasas, para incendiar y destruir los pueblos sitiados. Así se hizo en los sítios de Ronda y de Loja; y en el de Moclin uno de ellos voló el almacen de pólvora de los moros, y los obligó á rendirse.

Esta breve descripcion del ramo de artilleria y de sus dependéncias, manifiesta que se trataba con empeño de adelantar el arte, pero que este se hallaba todavia en mantillas y mui distante de la sencillez y movilidad á que le han llevado los tiempos modernos. Eran necesários grandísimos aparatos para el transporte de tantos, tan diversos y tan complicados artículos. Llegó á dos mil el número de los carruages destinados al servício de la artilleria: iban tirados por bueyes, y divididos en partidas de á ciento, cada una al cuidado de un gefe diputado para ello.

La conduccion de este tren inmenso necesitaba de caminos proporcionados que no siempre habia en país tan fragoso y cortado de montañas como el de Granada. Para hacerlos en las ocurréncias, se formaron cuerpos numerosos de gastadores ó peones. En doce dias abrieron seis mil de ellos un camiRo de tres leguas para conducir la artilleria que habia de batir las fortalezas de Cambil y Harrabal el año de 1485, por los mandamientos é gran solicitud que la Réina facia, como dice Pulgar; el cual, como testigo de vista, habla de estas obras con admiracion y espanto. Bernaldez escribe en el mismo tono de los cerros y puertos hechos caminos è carriles .\... que es

cosa increible a quien no ha visto los pasos por do tan gruesas lombardas é tan grande artilleria pasaba (1).·

No podian hacerse caminos sin fabricarse muchos puentes sobre rios, acéquias y barrancos; y para este fin se tomaron tambien las disposiciones convenientes. En la marcha del ejército castellano para formar el sítio de Velezmálaga, precedia un cuerpo de dos mil pontoneros con otro de cuatro mil gastadores para abrir y habilitar los caminos. Entre los equipages

de la artilleria habia carros destinados á llevar la madera necesária para facer pontones por do pasasen las acéquias é arroyos fondos (2).

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El que compare con estos preparativos y precauciones los apuros en que por falta de ellas se vió el infante Don Fernando de Antequera para retirar dos lombardas que se desmontaron al levantar el sitio de Setenil el año de 1407 (3), tendrá nuevos datos para graduar los progresos que hizo en este intervalo el arte de la guerra.

En lo restante del reinado de Doña Isabel no pudieron menos de crecer y perfeccionarse los conocimientos pertenecientes á la tormentária: y por de pronto se abandonaron en teramente las antíguas máquinas de tiro, que aunque de várias hechuras y tamaños se comprendian bajo el nombre general de ingenios. En Medina del Campo.se. estableció un parque cuantioso de artilleria que ocasionó despues el incendio y destruc cion de gran parte de la villa en tiempo de las comunidades. Otros depósitos hizo formar la Réina en Madrid y Fuenterra bia (4). El calibre de las piezas se fué reduciendo progresivamente y ya se miraba como excesivo el de tres tiros que en 1520 habia en el alcazar de Madrid capaces de arrojar balas de quintal. Pero donde hacia mas progresos el arte de la fundicion y fábrica de cañones, era en las partes de Alemánia y de Flan

(1) História de los Reyes católicos, cap. 82.

(2) Palgar crón. parte III, cap. 59. (3) Crón. de Don Pedro Niño, far

te II, cap. 42.

(4) Sandoval história de Carlos Va lib. V, §. 48.

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, que

des. El marqués de Tarifa Don Fadrique Enriquez de Ribera hizo construir un hermoso cañon de bronce ví en Cadiz el año de 1810, y tenia el nombre del marqués y el del fundidor Had: Mich: Nossen año de 10DXVI. De Alemánia trajo el emperador Don Carlos en su venida á España el año de 1522 un tren de setenta y cuatro piezas de artilleria, cuyos nombres, dimensiones, calibres y demás circunstáncias pueden verse en Sandoval (1). El uso de los calibres pequeños se extendia rápidamente, y en la misma proporcion se aumentaba el número de piezas. El año 1532 en la expedicion de Hungria el ejército del Gran Turco Soliman traia trescientas piezas de artilleria menuda, que la mayor de ellas no tiraba la bala mayor que un huevo de ansar (2). Pero volvamos á nuestro propósito.

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Los cuerpos de peones que con diferentes destinos acom ́pañaban y seguian al ejército castellano en la guerra de Granada, fueron los que construyeron las obras inmensas que se hicieron en varios sítios y señaladamente en el de Baza. Lo numeroso de la guarnicion que segun Bernaldez pasaba de veinte mil hombres, y el deseo de quitar todos los socorros á la plaza, movieron á hacer obras de circunvalación que teniande largo no menos que tres léguas. La una légua era de trinchera y foso, ó como decian entonces, palizada y cava, en la cual se introdujeron las águas que bajaban de la sierra. Fortalecian esta línea quince.castillos de tápias con sus torres y almenas edificados de trescientos en trescientos pasos. A sus dos extremidades se hallaban los dos campamentos en que se habia repartido el ejército, fortificados con grandes, cavas, palizadas y otras defensas. Las dos léguas restantes que comprendian la falda de la sierra, donde al princípio se habia construido un castillo, se cercaron con un foso y dos murallones anchos de piedra, tierra y fagina, uno contra las salidas de la guarnicion, y otro contra los que intentasen socorrer la plaza. En estas últimas obras trabajaron por mas de dos meses diez mil peo

1) Sandoval, lib. X. §.2.

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2) El mismo lib. XIX, §. 7.

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nes. Fué ingeniosa invencion la de un castillo de madera que se conducia en piezas, y se armaba en el parage conveniente para que á su abrigo pudiese construirse otro de fábrica mas sólida. La tala que se hizo de la huerta de la ciudad para facilitar los ataques, costó cuarenta dias de trabajo á cuatro mil gastadores.

Tantas y tan enormes obras exigian no solo un gran número de trabajadores que las levantasen, sino tambien de tropas que las guarneciesen y defendiesen. En efecto, los ejércitos cristianos eran numerosos: el que sitió á Baza, era de ochenta mil infantes y quince mil caballos, como asegura Pedro Martir de Angleria que asistió en aquella empresa. Bernaldez cuenta que cuatro años antes, al empezar la campaña de 1485, constaba el ejército de doce á trece mil caballos y mas de ochenta mil infantes, artilleros, carruageros &c. Las relaciones de Pulgar van conformes.

La construccion de la ciudad de Santafé á corta distáncia de la de Granada se hizo á competència por la gente de las ciudades, y duró ochenta dias. Era un vasto cuartel fortificado con fosos, murallas y torres, caballerizas para mil caballos y habitaciones encima para los ginetes. El objeto de esta obra era dejarla guarnecida en el caso de haberse de levantar el asédio de Granada, y seguir talando la Vega y molestando á los moros interin se volvia á la empresa (1). Tenia cuatrocientos pasos de largo y trescientos de ancho con sus calles y cuatro puertas, que se veian desde la plaza que se trazó en el centro. Los cortesanos querian que se pusiese á la nueva poblacion el nombre de Isabela, pero lo reusó la Réina, y le dió el de Santafé que todavia conserva.

Siendo tan considerable el número de las tropas castellanas, hubieron de ser grandes los gastos y diligéncias para procurar la abundancia de provisiones, mucho mas en un país talado y destruido de propósito, donde á veces era menester surtir de víveres no solo á las tropas, sino tambien á las mis

(1) Pedro Martir, epist. XCI.

mas gentes que se quedaban á morar en los pueblos, sin mar · cercana ni rios navegables que facilitasen las conducciones. En la campaña de 1483 iban, dice Pulgar (1) con los bastimentos y artilleria fasta ochenta mil bestias de recuage, inclusas tréinta mil que llevaban víveres para abastecer la plaza de Alhama. En la campaña de 1486 andaban conduciendo provisiones veinte mil caballerias. Catorce mil se empleaban solo en llevar harina y cebada al real sobre Baza en 1489; y para ello, siendo tiempo de llúvias, se abrieron por espácio de siete leguas dos sendas, una para los que iban y otra para los que venian, á fin de que no se incomodasen mútuamente. Cada doscientas caballerias formaban una division ó brigada como ahora se llamaria, con un gefe que cuidaba y respondia de ella. Y en el real habia oficiales que recibian los efectos y los vendian con arreglo á las disposiciones de la Réina.

Los hospitales de campaña son otra de las novedades que nos presenta la guerra de Granada: invencion benéfica desconecida en los tiempos precedentes. Pulgar refiriendo los sucesos de la campaña de 1484 dice: é para curar los feridos é los dolien tes, la Réina enviaba siempre á los reales seis tiendas grandes é las camas é ropa necesária para los feridos y enfermos: y enviaba físicos é cirujanos é medicinas é homes que los sirviesen, é mandaba que no llevasen précio alguno porqué ella lo mandaba pagar: y estas tiendas con todo este aparejo se llamaban en los reales el hospital de la Reina. Pedro Martir de Angleria poco ha citado, uno de los sábios extrangeros que atrajo y fijó en España la liberalidad de Isabel, militaba en el ejército el año de 1489, y escribia desde el cerco de Baza al cardenal Arcimboldo, arzobispo de Milan: hospitalia tentoria quatuor ingentia, providum Reginae pietatis inventum, est operae pretium videre: ad remedium haec et medelam non sauciorum modo sed quovis morbo laborantium erecta. Medicorum, pharmacopolarum, chirurgorumque et reliquorum ad ministeria addictorum is est numerus, is est ordo, ea diligentia, rerum ea copia, ut neque suburbano vestro

(1) Crón. parte III, cap. 21.

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