Semanario pintoresco español: Lectura de las familias. Enciclopedia popular

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Semanario pintoresco., 1850
 

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Página 92 - Antes que pase adelante os quiero decir que consideréis qué será ver este castillo tan resplandeciente y hermoso, esta perla oriental, este árbol de vida que está plantado en las mismas aguas vivas de la vida que es Dios, cuando cae en un pecado mortal.
Página 225 - ¿Qué se hicieron las damas, sus tocados, sus vestidos, sus olores? ¿Qué se hicieron las llamas de los fuegos encendidos de amadores? ¿Qué se hizo aquel trovar, las músicas acordadas que tañían? ¿Qué se hizo aquel danzar, aquellas ropas chapadas que traían?
Página 205 - Juzgas del órden y del bien: responde! Tus sabios, tus astrónomos profundos, ¿Podrán decir cómo hago inalterable La eterna ley, que de infinitos mundos Que corren el espacio inmensurable, El movimiento y curso determina, Sin que choquen jamás en rudo encuentro, Y por qué los fecunda é ilumina Encadenado un sol en cada centro?
Página 272 - Era del año la estación florida En que el mentido robador de Europa Media luna las armas de .su frente, Y el sol todos los rayos de su pelo, Luciente honor del cielo, En campos de zafiro pace estrellas...
Página 134 - Si te busco y te llamo, es desvarío de lo mucho que sufro y que te adoro. Yo nunca te veré, porque no tienes ser humano, ni forma, ni presencia: yo siempre te amaré, porque en esencia a el alma mía como amante vienes.
Página 256 - Recuerde el alma dormida, avive el seso y despierte, contemplando cómo se pasa la vida, cómo se viene la muerte tan callando; cuan presto se va el placer, cómo después de acordado da dolor, cómo, a nuestro parecer, cualquiera tiempo pasado fue mejor.
Página 114 - Juro a tus plantas que insensato he sido De placer en placer corriendo en pos, Cuando en el mismo valle hemos nacido, Niña gentil, para adorarnos, dos. Torrentes brota de armonía el alma; Huyamos a los bosques a cantar; Dénos la sombra tu inocente palma, Y reposo tu virgen Soledad.
Página 60 - Vds. que era tremebunda ; y sin embargo , como yu no me tenia á mí mismo por torpe tirando al sable , no me inquietaba mas de lo razonable el resultado del combate. Decir que alguna vez la carne flaca no se revelase contra el espíritu , seria necia fanfarronada ; porque como dice Ercilla, « El miedo es natural en el prudente , El saberlo vencer es ser valiente.
Página 134 - Aquí estoy aguardando en una peña a que venga el que adora el alma mía; ¿por qué no ha de venir, si es tan risueña la gruta que formé por si venía? ¿Qué tristeza ha de haber donde hay zarzales todos en flor, y acacias olorosas, y cayendo en el agua blancas rosas, y entre la espuma lirios virginales?
Página 92 - A la que esperaban muerta, recibieron con alma; mas el cuerpo peor que muerto, para dar pena verle. El extremo de flaqueza no se puede decir, que sólo los huesos tenía ya.

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