Don Juan Tenorio: drama religioso fantástico, en dos partes

Portada
Sucesores de rivadeneyra, 1906 - 126 páginas
 

Páginas seleccionadas

Otras ediciones - Ver todo

Términos y frases comunes

Pasajes populares

Página 21 - Luis Sin duda alguna; y vinimos a apostar quién de ambos sabría obrar peor, con mejor fortuna, en el término de un año; juntándonos aquí hoy a probarlo.
Página 82 - ¿Esa es la proverbial osadía que te da al vulgo a temer? ¿Con viejos y con doncellas la muestras? ... Y ¿para qué? ¡Vive Dios! Para venir sus plantas así a lamer, mostrándote a un tiempo ajeno \de valor y de honradez.
Página 125 - INÉS Fantasmas, desvaneceos : su fe nos salva..., volveos a vuestros sepulcros, pues. La voluntad de Dios es ; de mi alma con la amargura purifiqué su alma impura, y Dios concedió a mi afán la salvación de don Juan al pie de la sepultura.
Página 75 - ¿no es verdad, gacela mía, que están respirando amor? Y estas palabras que están filtrando insensiblemente tu corazón, ya pendiente de los labios de don Juan...
Página 86 - Llamé al cielo, y no me oyó, y pues sus puertas me cierra, de mis pasos en la tierra responda el cielo y no yo.
Página 28 - ... lo que os tengo que decir. Vuestro buen padre don Diego, porque pleitos acomoda, os apalabró una boda que iba a celebrarse luego; pero por mí mismo yo, lo que erais queriendo ver, vine aquí al anochecer, y el veros me avergonzó. DON JUAN ¡Por Satanás, viejo insano, que no sé cómo he tenido calma para haberte oído sin asentarte la mano!
Página 36 - Más que un buen aragonés no ha de valer un Tenorio. Todos esos lenguaraces, espadachines de oficio, no son más que frontispicio y de poca alma capaces. Para infamar a mujeres tienen lengua, y tienen manos para osar a los ancianos o apalear a mercaderes. Mas cuando una buena espada, por un buen brazo esgrimida, con la muerte les convida, todo su valor es nada.
Página 74 - INÉS ¿Le habéis dicho...? DON JUAN Que os hallabais bajo mi amparo segura, y el aura del campo pura libre por fin respirabais. (Vase Brígida.) Cálmate, pues, vida mía; reposa aquí, y un momento olvida de tu convento la triste cárcel sombría. ¡Ah! ¿No es cierto, ángel de amor, que en esta apartada orilla más pura la luna brilla y se respira mejor?
Página 25 - Juróme al punto la gente capitán, por más valiente; juréles yo amistad franca; pero a la noche siguiente huí y les dejé sin blanca. Yo me acordé del refrán de que "quien roba al ladrón ha cien años de perdón" y me arrojé a tal desmán mirando a mi salvación.
Página 100 - JUAN. — (Fascinado.) ¡Yo estoy soñando quizás con las sombras de un Edén! SOMBRA. No; y ve que si piensas bien, a tu lado me tendrás; mas si obras mal, causarás nuestra eterna desventura. Y medita con cordura que es esta noche, don Juan, el espacio que nos dan para buscar sepultura. Adiós, pues; y en la ardua lucha en que va...

Información bibliográfica