Amaya; o, Los vascos en el siglo VIII: novela histórica, Volumen 1

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Libreria Católica de San José, 1879
 

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Pasajes populares

Página 394 - ... declivios; cuándo de peñascos en montón, sin más vida que el musgo, «ni más habitantes que las águilas; cuándo de selvas derramadas, «el menor de cuyos árboles fuera orgullo de otras montañas. «Allí reinan velados vientos de nieves perdurables, y calientes «auras saturadas de azahar; allí moran desde el oso recostado en «témpanos de hielo, hasta las aves de los trópicos; y crecen en opues«tas latitudes la flora del Norte y la del Sur, hayas y fresnos, gera»nios y magnolias....
Página xiv - ¡Qué sublime espectáculo, sin par tal vez en los anales del mundo, ofrece esa tenaz y desesperada resistencia del débil contra el fuerte, coronada al fin con la victoria del poseedor pacífico y honrado contra el injusto agresor!
Página 395 - El piélago de montañas tenia sus ru396 gidos en las selvas, y su fondo azul en los vapores de los valles, sobre los cuales, flotantes en la apariencia las rocas de las cumbres, heridas por el sol con rayos horizontales, rojizas y doradas, remedaban la espuma de las olas. — ¡Hijo de Aitor, pueblo escogido por Dios para muestra perdurable de pueblos primitivos, exclamó Teodosio: yo he nacido para tí; para esposo de tu Amaya y vencedor de tu Amagoya; para cabeza de tus cuatro cabezas; para inflamar...
Página xv - ¡Gloria a Dios y lancémonos a las tinieblas de lo pasado por entre selvas seculares y monumentos megalíticos, sin más guía que frases de la historia, fragmentos de cantares, leyendas y tradiciones, a sorprender a dos grandes pueblos en el supremo momento de su implacable lucha, para ver cómo acaban unas edades y cómo empiezan otras, y cómo viene a ser principio lo que parece fin: que fin es lo que en vascuence significa Amaya, y en lenguaje cristiano se llama Providencia!
Página vii - ... costumbres, como el ruiseñor en el soto con sus trinos y amor a la soledad, no han sido nunca ni conquistadores ni verdaderamente conquistados. Afables y sencillos, aunque celosos de su independencia, no podían carecer de esa virtud característica de las tribus patriarcales llamada hospitalidad. Tenían en grande estima lo castizo, en horror lo impuro, en menosprecio lo degenerado ; pero se apropiaban lo bueno de los extraños, procuraban vivir en paz con los vecinos, y unirse a ellos, mas...
Página 393 - Araquil con todos sus pueblos, rios, selvas y peñascos que deleitan los ojos con detalles: todo lo demás, desvanece por lo vago y dilatado; confunde el espíritu con la idea de la inmensidad. Surgen del azulado fondo de los valles ingentes masas de rocas blanquecinas, oscuros lienzos de ciclópicas murallas, montes revueltos y desordenados como despojos de guerra de Titanes. Por una parte lo más profundo: por otra lo más empinado: golfos que ciñen los suaves y templados valles de Aitor, cimas...
Página xv - ... que frases de la historia, fragmentos de cantares, leyendas y tradiciones, a sorprender a dos grandes pueblos en el supremo momento de su implacable lucha, para ver cómo acaban unas edades y cómo empiezan otras, y cómo viene a ser principio lo que parece fin; que fin es lo que en vascuence significa Amaya, y en lenguaje cristiano se llama Providencia ! PRIMERA PARTE LIBRO PRIMERO CAPITULO PRIMERO Del habla que tuvieron el rey j su ministro.
Página vii - Los aborígenes del Pirineo occidental, donde anidan todavía con su primitivo Idioma y costumbres, como el ruiseñor en el soto con sus trinos y amor a la soledad, no han sido nunca ni conquistadores ni verdaderamente conquistados. Afables y sencillos, aunque celosos de su independencia, no podían carecer de esa virtud característica de las tribus patriarcales llamada hospitalidad. Tenían en grande estima lo castizo, en horror lo impuro, en menosprecio...
Página 443 - DE LA HISTORIA DE LOS CONFLICTOS ENTRE LA RELIGION Y LA CIENCIA, de...

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