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HERNAN CORTÉS.

CARTAS

Escritas al Emperador Cárlos V desde 15 de mayo de 1522 hasta 10 de octubre de 1530 sobre la conquista de la Nueva España y descubrimiento de la mar del Sur, y las varias expediciones que mandó hacer para la especiería. Y al fin un memorial que presentó á S. M. en Valladolid á 3 de febrero de 1544, pidiendo mandase juntar otros jueces para la determinacion del pleito que tenia pendiente con el fiscal sobre la escritura de merced que S. M. le hizo. Dichas cartas originales, firmadas del mismo Hernan Cortés, y algunas por duplicado, se hallan en el archivo general de Indias de Sevilla entre los primeros legajos rotulados de Patronato Real, de donde se han copiado.

CARTA DE HERNAN CORTES AL EMPERADOR CARLOS V.

Cuyuacan 15 de mayo de 1522.

Muy alto y potentísimo Príncipe, muy católico é invictísimo Emperador, Rey y Señor. Con la presente envio á vuestra Cesárea Majestad larga y particular

y

relacion de las cosas subcedidas en esta Nueva España, que por órden es tercera, despues que yo á ella vine, la poblé y conquisté con los trabajos y peligros que por ella y por las otras vuestra Alteza puede mandar ver, la que envío juntamente con los oficiales de vuestra Majestad, que á todo ó lo mas se han hallado presentes. Suplico á vuestra Alteza la mande recibir é oir beninamente, pues en ella se verán obras no de nuestras manos, mas de Dios, con cuyo favor á V. M. se han hecho tantos servicios en estas partes, que por no me alargar los dejo de significar, y tambien por ser yo en parte ministro de ellos. Lo que á V. A. quiero solamente hacer saber es, que despues que en esta tierra estoy, que ha mas de tres años, siempre he escripto y avisado á V. M. y á los de su Consejo de Indias, cosas que importaban mucho á su servicio y nunca hasta agora de cosas dellas he habido respuesta. La cabsa creo ha sido ó no ser bien recibidas mis cartas y servicios, ó la distancia de la tierra, ó la negligencia de las personas que solicitan mis negocios, é lo mismo ha acaecido á los pobladores é conquistadores desta Nueva España que allá tienen sus procuradores. Y viendo esto y la mucha necesidad que hay de informar á V. M. de las cosas de acá, agora tornan de nuevo á enviar sus procuradores; y porque dellos, y de los que tienen mi poder V. A. será muy particularmente avisado, en esta no me alargaré mas de suplicar á V. Cesárea M. tenga por bien de mandar dar abdiencia á los unos y á los otros y recibir dellos el servicio y muestra que á V. A. hacemos desta su abundantísima tierra.

nueva y

Por la relacion que agora envío, verá V. M. la solicitud y diligencia que yo he puesto en descubrir la mar

del Sur (*), y como gracias á nuestro Señor la he descubierto por tres partes, lo cual puede V. A. tener por uno de los mas señalados servicios que en las Indias se han hecho, y tambien verá como para descubrir y saber todo el secreto, que sin dubda, segun la noticia tenemos, se han de hallar maravillosas cosas, he comenzado á hacer cerca de la costa, bien noventa leguas destas provincias, navíos y bergantines; y porque antes de agora, teniendo alguna noticia de la dicha mar, yo avisé á los que tienen mi poder de ciertas cosas que se habian de suplicar á V. M. para la mejor y mas breve expedicion del dicho descubrimiento, y despues acá no solamente yo lo he descubierto la dicha mar, pero aun en cierta costa della tengo poblados doscientos y cincuenta españoles en que hay cuarenta de caballo; y porque aquel aviso mio no sé si se habrá recibido, porque fué por diversas vias, la persona que agora envío con mi poder, informará á.V. A. muy larga y particularmente desta negociacion, suplico á V. Cesárea M. tenga por bien de le mandar oir, porque este negocio es de tanta importancia que es mucha razon que V. A. le tenga en mas que á todo el resto de las Indias, segun de lo que, como digo, tenemos relacion.

Potentísimo Señor: Dios nuestro Señor la vida y muy Real Persona y muy poderoso estado de V. Cesárea M. conserve y abmente con acrecentamiento de muchos mas reinos y señoríos como su Real corazon desea. De Cuyuacan á 15 dias de mayo de 1522 años. Potentísimo Señor: de vuestra Cesárea Majestad muy humilde siervo y vasallo que los muy Reales pies y manos de vuestra Alteza besa. Hernando Cortés.

(*) Descubrimiento de la mar del Sur.

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CARTA DE HERNAN CORTES AL EMPERADOR CARLOS V.

que

Temixtitan 11 de setiembre de 1526.

Sacra Cesárea Católica Majestad. Porque por lo que tengo escripto á V. M. así del cabo de Honduras ó de las Hibueras, como desde la isla de Cuba viniendo ya de camino á esta Nueva España, estará V. M. informado de lo que ha subcedido despues que los procuradores Diego de Ocampo y Francisco de Montejo fueron despachados, agora informaré á V. M. brevemente de lo ha pasado despues de mi llegada; y porque el despacho postrero que envié desde Cuba, fué encaminado por via algo dubdosa, irá con la presente lo que entonces escribí, suplico humildemente á V. M. mande ver lo uno y lo otro. Así mesmo envío agora á V. M. con la presente una relacion bien larga y particular de todo lo que me subcedió en el camino que hice á las Hibueras, y al cabo della hago saber á V. M. muy por extenso lo que ha pasado y se ha hecho en esta Nueva España despues que yo partí de la isla de Cuba para ella. Y porque podria ser que por la larga escriptura V. M. no lo pudie-se todo ver, tocaré en esta subcintamente en ello para que con relacion mas breve V. M. sea informado, como quiera que todavía suplico á V. M. á lo menos que al Presidente y á los de su Consejo de las Indias mande bien ver y examinar la dicha relacion para que vista informen á V. M. de lo que en ella digo.

Yo me hice á la vela del puerto de la Habana de Cuba á 16 de mayo, y llegué al Puerto de San Juan desta Nueva España á 24 de mayo deste año de 1526. Víneme á la villa de Medellin que está á dos leguas del dicho Puerto, y supe allí muchas cosas de las que habian pasado en

mi absencia, y de otras bien peligrosas que se tramaban creyendo que hobiera mas dilacion en mi venida, y no quiero encarecer á V. M. el servicio que en la presteza della hice posponiendo mil peligros, pues es tan notorio cuantos alborotos y escándalos dentre los españoles y malos tratamientos de los naturales se evitaron con mi llegada, porque como estaban tan recientes los males y daños hechos por Gonzalo de Salazar y Pedro Armildez, y por los que los siguieron, habia tanto desasosiego; y como quiera que el tesorero Alonso de Estrada y el contador Rodrigo de Albornoz los tenian presos, cada dia habia mil movimientos y alborotos que llevaban muy mal remedio si Dios no lo remediaba con su mano, ó como lo remedió con mi venida, lo cual se mostró bien en el regocijo y alegría que nostraron en ella, así los naturales como los españoles.

ra,

Yo me partí luego para esta cibdad de Temixtitan y llegado hallé ser verdad todo lo que escribí á V. M. desde la isla de Cuba, así acerca de los agravios y afrentas hechas á mis debdos y amigos, y á mi hacienda, como á los naturales, y pudiera estenderme mas entonces y agosalvo que por ser la cosa tan pública no quiero repetirla mas. Hallé presos á Salazar y Armildez, y otros que fueron agresores en todos los daños pasados, y movieron y levantaron la tierra á voz de comunidad; y aunque á muchos de ellos Alonso de Estrada y Rodrigo de Albornoz habian sacado de algunos monesterios, yo les hice volver y restituir á ellos, dado caso que segun la calidad de sus delitos no debian gozar de la inmunidad de la iglesia; pero por ser cosas que demas de tocar á los vasallos de V. M., tocaban á mi persona, yo holgué que fuesen restituidos; y porque no me acusasen de apasionado,

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