Don Quijote, poeta: narración cervantesca, escrita con motivo de la celebración en la Habana del 3er. centenario de la publicación de la obra maestra de Cervantes

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La Moderna poesia, 1905 - 44 páginas
 

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Pasajes populares

Página 41 - Este que veis aquí, de rostro aguileno, de cabello castaño, frente lisa y desembarazada, de alegres ojos, y de nariz corva aunque bien proporcionada ; las barbas de plata...
Página 20 - Dios que imite estos varones que moran nuestras plazas macilentos, de la virtud infames histriones; esos inmundos trágicos, atentos al aplauso común, cuyas entrañas son infaustos y oscuros monumentos. ¡ Cuan callada que pasa las montañas el aura, respirando mansamente! ¡ Qué gárrula y sonante por las cañas!; ¡ qué muda la virtud por el prudente! ¡qué redundante y llena de ruido por el vano, ambicioso y aparente!
Página 15 - Capítulo XLI (bis) — que sigue; inocentemente apócrifo, al capítulo XLI, y que declara lo 'que en él se verá; y que es cosa que con un tantico de buena voluntad puede leerse por encima de las tapas del libro». Cuenta (donde no se dice) el escrupuloso y puntualísimo traductor del original de Cide Hamete que halló en dicho original un capítulo tan por fuera del molde de toda la historia vaciado, que se resistió a creerlo; ni más ni menos que el mismo Cide Hamete hizo con aquelen que se.
Página 32 - Tártaro, y cuyas fabulosas maravillas dio a conocer al mundo Marco Polo. Las que roen ávidas el insípido millo con que sustentan su cuerpo los degenerados hijos de los Aryas, en cien castas divididos; o pretenden, en vano, inquietar al faquir en sus perpetuas meditaciones. Las que labran sus viviendas en donde enciende aún su hoguera el...
Página 18 - ... en particular; por ser cosa de todos sabida que en obras de imaginación y de ingenio como aquella inmortal a que aludo, importa sobre todo contar las cosas con toda puntualidad cronológica y con exactitud científica sin que les falte ni sobre un ápice, porque si no, desdicen de la belleza artística... Salga, pues, mi cuento como Dios y yo lo hemos hecho, y léalo el que lo leyere —si hay quien lo...
Página 33 - ... paladar humano y la más preciosa de las esencias que supo destilar el hombre, robando a la flor su aroma suavísimo; las que beben el ácido Kumis, y ven correr sin asombro las aguas del Oxus en cuyo valle tuvo quizá su origen (si origen tuvo) nuestra especie; las que...
Página 34 - ... los Andes, o apagan su sed en las oceánicas corrientes del gigante Amazonas, que torna en dulces y potables las salobres aguas del Atlántico: las que sorben el jugo de la caña cuya miel acendra el sol en los polutos campos de la postrada Cuba, y otras cien especies más, cuyos nombres, caracteres y costumbres me son conocidos; pero que adrede suprimo y callo en este punto.
Página 30 - Sancho, y aquilata por ahí el temple de mi alma (de quien ya sabes que no conoce el miedo en el mundo, ni en el más temeroso suceso), con ser como era...
Página 24 - Ahora, dejar de una vez la caballería andante por las dedicaciones y ocupaciones estrictamente poéticas, eso no! Primero, porque la caballería es quien es, y yo soy quien soy; y luego, porque como alguno ha de decir ó lo ha dicho ya de nuestra patria, hay en ella "en cada esquina cuatro mil poetas...
Página 15 - ... creello; ni más ni menos que el mismo Cide Hamete hizo con aquél en que se cuenta la aventura de la cueva de Montesinos; y, así, lo dejó de lado; y, sin atreverse á hacer tampoco en la traducción mención alguna del, lo escondió y sepultó entre sus borradores más inutiles.

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