Relación de los naufragios y comentarios, Volumen 5

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Página 2 - ... nuestra Cámara y la otra tercia parte para el juez que lo sentenciare, y la otra tercia parte para el que lo denunciare...
Página 101 - ... muy bien, que los que iban con nosotros los comenzaron a hacer tanto mal, que les tomaban las haciendas y les saqueaban las casas, sin que otra cosa ninguna les dejasen; de esto nos pesó mucho, por ver el mal tratamiento que a aquellos que tan bien nos rescebían se hacía...
Página 350 - ... con la india, en lo qual no tuuieron mucho que hazer, porque de costumbre no son escasas de sus personas y tienen por gran afrenta negallo a nadie que se lo pida, y dizen que ¿para que se lo dieron sino para aquello?
Página 42 - ... morir de hambre. Yo, vista su voluntad, tomé mi remo, y lo mismo hicieron todos los que en mi barca estaban para ello, y bogamos hasta casi puesto el sol; mas como el gobernador llevaba la más sana y recia gente que entre toda había, en ninguna manera lo podimos seguir ni tener con ella.
Página 98 - ... tornan a poner en el cuero, y de esta manera hacen tres o cuatro veces cada moledura; y los que en este banquete, que para ellos es muy grande, se hallan, quedan las barrigas muy grandes, de la tierra y agua que han bebido...
Página 77 - Luego el pueblo nos ofreció muchas tunas, porque ya ellos tenían noticia de nosotros y cómo curábamos, y de las maravillas que nuestro Señor con nosotros obraba, que, aunque no hubiera otras, harto grandes eran abrirnos caminos por tierra tan despoblada, y darnos gente por donde muchos tiempos no la había...
Página 67 - ... que yendo adelante, llegaron a una punta de un monte orilla del agua, y que hallaron indios, que como los vieron venir metieron sus casas en sus canoas y se pasaron de la otra parte a la costa...
Página 79 - ... a buscarlos aquella noche me perdí, y plugo a Dios que hallé un árbol ardiendo, y al fuego de él pasé aquel frío aquella noche, ya la mañana yo me cargué de leña y tomé dos tizones, y...
Página 53 - La gente que allí hallamos son grandes y bien dispuestos; no tienen otras armas sino flechas y arcos, en que son por extremo diestros. Tienen los hombres la una teta horadada de una parte a otra, y algunos hay que las tienen ambas, y por el agujero que hacen, traen una caña atravesada, tan larga como dos palmos y medio, y tan gruesa como dos dedos; traen también horadado el labio de abajo, y puesto en él un pedazo de la caña delgada como medio dedo.
Página 186 - ... volvieron a meter en el agua las dichas canoas y proseguir su viaje, y fueron por el dicho río abajo hasta que llegaron al río del Paraná...