Cantos populares españoles, Volumen 2

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F. Álvarez y c.a, 1882
 

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Página 364 - Al rey, la hacienda y la vida se ha de dar; pero el honor es patrimonio del alma, y el alma sólo es de Dios.
Página 289 - Uno Dos Tres Cuatro Cinco Seis Siete Ocho Nueve Diez Once Doce Trece Catorce Quince Diez y seis Diez y siete Diez y ocho Diez y nueve Veinte...
Página 225 - No me mires, que miran que nos miramos; miremos la manera de no mirarnos. No nos miremos, y cuando no nos miren nos miraremos.
Página 193 - Por una mirada un mundo; por una sonrisa, un cielo; por un beso... ¡yo no sé qué te diera por un beso!
Página 384 - Ojos hidrópicos creo que mis ojos deben ser; pues cuando es muerte el beber, beben más, y desta suerte, viendo que el ver me da muerte, estoy muriendo por ver. Pero véate yo y muera; que no sé, rendido ya, si el verte muerte me da, el no verte qué me diera. Fuera...
Página 233 - Que se me ya olvidando Cómo se quiere. •—Eso es mentira; Que lo que bien se aprende Nunca se olvida. 2195 Fuiste mi primer amor; Tú me enseñaste á querer; No me enseñes á olvidar, Que no lo quiero aprender. 2196 Todo el saber del mundo Que yo tuviera, Queriendo como quiero, No me valiera. Queriendo tanto, Díganme los que quieren: ¿Habrá hombre sabio? 2197 Ni la cencia ni er sabé 54 M' ha serbiito de na; Que m' ha puesto tu queré Sujeto á tu boluntá.
Página 187 - Las flores del romero, niña Isabel, hoy son flores azules, mañana serán miel. Celosa estás, la niña, celosa estás de aquel dichoso, pues lo buscas; ciego, pues no te ve; ingrato, pues te enoja, y confiado, pues no se disculpa hoy de lo que hizo ayer. Enjuguen esperanzas lo que lloras por él ; que celos entre aquellos que se han querido bien, hoy son flores azules, mañana serán miel.
Página 90 - En la puerta de tu casa he de poner un letrero, con letras de oro, que digan: «Por aquí se sube al cielo.
Página 408 - ... ser tu sueño, y callado apoderarme de todos tus riquísimos despojos; aire sutil que con tus labios rojos tuvieras que beberme y respirarme; quisiera ser tu alma, y asomarme a las claras ventanas de tus ojos. Quisiera ser la música que en calma te adula el corazón: mas si constante mi fe consigue la escondida palma. ni aire sutil, ni sueño penetrante, ni música de amor, ni ser tu alma, nada es tan dulce como ser tu amante. EN LA DUDA... "Para ti, cuanto quieras...
Página 114 - Alta dev' esser senza la pianella, E bianca e rossa senza su lisciare; Larga di spalle e stretta in centurella, La bella...

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