Odio a los indiferentes

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Grupo Planeta (GBS), 6 oct 2011 - 112 páginas
Un 27 de abril de 1937, moría Antonio Gramsci en un hospital penitenciario, apenas 6 días después de haber recobrado formalmente la libertad, tras cumplir, en situación penosísima, más de 10 años de cárcel, condenado por un tribunal de la Italia fascista. Este libro es una llamada de atención, una llamada a la inteligencia necesaria para cambiar y puede tomarse también como una respuesta, punto por punto, a la hoja de ruta neoliberal trazada por la Unión Europea, los organismos financieros internacionales y los mercados para escapar de sus propias crisis. : "Soy partidista, estoy vivo, siento ya en la consciencia de los de mi parte el pulso de la actividad de la ciudad futura que los de mi parte están construyendo. Y en ella, la cadena social no gravita sobre unos pocos; nada de cuanto en ella sucede es por acaso, ni producto de la fatalidad, sino obra inteligente de los ciudadanos. Nadie en ella está mirando desde la ventana el sacrificio y la sangría de los pocos. Vivo, soy partidista. Por eso odio a quien no toma partido, odio a los indiferentes." El libro concluye con un apéndice donde se recoge una intervención de Gramsci en el Parlamento italiano, con motivo del proyecto de Ley del Gobierno de Mussolini por el que se proscribían las entidades secretas, como la masonería. Gramsci acude ardientemente en contra de esta Ley, porque si bien, y lo admite, la masonería es una institución de carácter burgués, y a él como líder del Partido Comunista, debería satisfacerle, pues, su cierre, Gramsci presiente que esa proscripción es sólo el inicio, la prueba de otra más o menos inmediata que acabará afectando a su partido. Esta amplitud de miras demuestra, sin duda, su talla como político (vista ya su talla como pensador y como escritor). Y desde luego, su perspicacia. El debate referido tiene lugar en 1925. Apenas un año después, Gramsci sería arrestado por las autoridades del Gobierno de Mussolini, su partido disuelto, y él sólo saldría de la cárcel para vivir sus últimos días.
 

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Índice

Nota editorial
9
Antes que nada
19
La asistencia es un derecho no un regalo
25
La política y los políticos
31
Todo está bien Ilusionistas e ilusos
37
La educación y la familia
43
Un deber moral La familia
50
La libertad y la ley
55
La historia es siempre contemporánea La barba
61
Los males del Estado italiano
71
Contra la guerra
79
Mentira y resignación La guerra y el porvenir
85
Una ley liberticida
95
Sobre el autor
105
Página de créditos

Términos y frases comunes

Sobre el autor (2011)

Antonio Gramsci (Ales, Cagliari 1891 – Roma 1937). Llegado a Turín con una beca de estudios desde la postergada Italia meridional, se formó durante algunos años en filología en la universidad, pero durante la Primera Guerra Mundial pasó a dedicarse exclusivamente al periodismo y, sobre todo a la política, primero en las filas del socialismo y más tarde en las del comunismo. Empieza su actividad como redactor en 1916, en el semanario de la sección socialista de Turín Il Grido del Popolo y en Avanti! De 1919 a 1920 es secretario de redacción del semanario L’Ordine nuovo y participa en el movimiento de los consejos de fábrica de Turín. En enero de 1921 se convierte en uno de los cofundadores del Partido Comunista Italiano, del que será nombrado secretario general en 1924. Dos años antes, conoce a la que será su mujer, Julia Schucht, en un viaje a Moscú como representante del partido italiano en el ejecutivo de la Internacional comunista. Elegido como miembro del Parlamento en abril de 1924, es arrestado en noviembre de 1926, coincidiendo con la prohibición de todos los partidos de la oposición por el régimen fascista. Es condenado por el Tribunal Especial a veinte años de prisión. Sus reflexiones de esos años se han reunido en sus Cuadernos de la cárcel. Muere pocos días después de ser liberado, tras una larga enfermedad testimoniada en sus Cartas desde la cárcel.

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