Las comedias de D. Pedro Calderon de la Barca, cotejadas con las mejores ediciones hasta ahora publicadas: adornados de un retrato del poeta, Volumen 1

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E. Fleischer, 1827
 

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Página 17 - Es verdad; pues reprimamos esta fiera condición, esta furia, esta ambición, por si alguna vez soñamos: y sí haremos, pues estamos en mundo tan singular, que el vivir sólo es soñar; y la experiencia me enseña que el hombre que vive, sueña lo que es, hasta dispertar.
Página 25 - ¿Qué os admira? ¿Qué os espanta, si fue mi maestro un sueño, y estoy temiendo en mis ansias que he de dispertar y hallarme otra vez en mi cerrada prisión?
Página 12 - ¿Que quizá soñando estoy, aunque despierto me veo? No sueño, pues toco y creo lo que he sido y lo que soy.
Página 23 - ... su efeto. Por eso, tornad, tornad a la lid sangrienta luego, que entre las armas y el fuego hay mayor se'guridad que en el monte más guardado...
Página 2 - Nace el arroyo, culebra que entre flores se desata; y apenas, sierpe de plata, entre las flores se quiebra...
Página 17 - Yo sueño que estoy aquí destas prisiones cargado, y soñé que en otro estado más lisonjero me vi. ¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción, y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño, y los sueños sueños son.
Página 272 - Estas, que fueron pompa y alegría Despertando al albor de la mañana, A la tarde serán lástima vana, Durmiendo en brazos de la noche fría. Este matiz, que al cielo desafía, Iris listado de oro, nieve y grana, Será escarmiento de la vida humana: ¡Tanto se emprende en término de un día!
Página 19 - A reinar, fortuna, vamos; no me despiertes, si duermo, y si es verdad, no me aduermas. Mas sea verdad o sueño, obrar bien es lo que importa; si fuere verdad, por serlo; si no, por ganar amigos para cuando despertemos.
Página 23 - Pues si esto toca mi desengaño, si sé que es el gusto llama hermosa, que la convierte en cenizas cualquiera viento que sopla, acudamos a lo eterno; que es la fama vividora, donde ni duermen las dichas, ni las grandezas reposan.
Página 3 - Cuentan de un sabio que un día Tan pobre y mísero estaba. Que sólo se sustentaba De unas yerbas que cogía. ¿Habrá otro (entre sí decía) Más pobre y triste que yo?

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