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SEGUNDA PARTE

MORFOLOGÍA

En la fonología hemos visto las modificaciones que la palabra ha sufrido en su estructura material al pasar del latín al castellano. Veamos ahora las que ha sufrido en su forma.

Dividiremos esta parte en cinco secciones: I. Del nombre; II. Del adjetivo; III. Del artículo y pronombre; IV. Del Verbo, y V. De las palabras invariables.

I

Del nombre.

125. Casos del latín literario y del latín vulgar.Un substantivo latino que tenga completa su declinación se nos ofrece en el latín clásico con doce formas, seis en singular y seis en plural (1). El latín vulgar redujo los

(1) Primitivamente los nombres latinos tuvieron sin duda ninguna muchas más formas. En el sánscrito, lengua hermana de la latina, se nos presentan los nombres con diecinueve formas: ocho en singular, ocho en plural y tres en dual. La lengua latina al individualizarse perdió el número dual y los casos instrumental y locativo del singular, conservando la forma de éste en contados nombres. Si tenemos además en cuenta que el vocativo es por regla general igual al nominativo y que

casos á dos: el nominativo ó caso del sujeto y el acusativo ó caso del objeto. De estos dos casos sólo uno ha pasado á las lenguas romances.

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126. Valor de los casos.-Mediante las desinencias ó sufijos de caso, expresaba la lengua latina las relaciones que las palabras guardan entre sí en la o ación: así, para expresar que entre los nombres Cicerón y discurso me-diaba la relación de propiedad, ponía el latín en genitivo el nombre del poseedor y decía Ciceronis oratio. El latín vulgar, al quedarse con sólo dos casos, y las lenguas. romances con uno, tuvieron necesidad de suplir con otras palabras la idea que en el latín literario y vulgar primitivo expresaba la desinencia de caso, y de ahí las preposiones, que no son otra cosa más que un equivalente de las desinencias latinas: así en el anterior ejemplo:

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Ciceron-is oratio

Ciceron - de, discurso, es decir, discurso de Cicerón (1).

127. Equivalencia de los casos. -Las preposiciones que emplea el castellano en equivalencia y sustitución de

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el dativo y ablativo del plural son iguales, aquellas doce formas quedan reducidas á nueve en el latín clásico, ó mejor á siete en los nombres de la primera declinación (pues el genitivo y dativo del singular son iguales, y también el nominativo, vocativo y ablativo, si no tomamos en cuenta la cantidad de las vocales) y ocho en los de la segunda y tercera.

(1) El orden de colocación es indiferente. El procedimiento seguido para indicar las relaciones con los casos fué en su origen análogo al de las preposiciones, con la única diferencia que las partículas se pospusieron al nombre en vez de anteponerse: Ciceron-is, Ciceron-em, etc. Con el tiempo se pegaron estas partículas á los nombres y constituyeron la declinación clásica. Como estas partículas, por ser tan cortas, son átonas, se unen fácilmente á la palabra por cuyo acento se rigen, y de ahí que también en castellano antiguo empezó á formarse la declinación juntando las preposiciones al nombre y diciendo, por ejemplo: nominativo oro, genitivo doro (= de oro); y tal vez, de haber seguido esta tendencia, tendríamos el dativo paroro (=para oro), etc.

los casos latinos, son: de, á, para, con, desde, en, por, sin, sobre, tras, resultando la declinación:

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LATINA equivalente al CASTELlano.
Nominativo pauper... (1) El pobre.
Genitivo pauperis... Del pobre.
Dativo pauperi. . .
Acusativo pauperem.. Al pobre.

Vocativo pauper..

Ablativo paupere.

Al ó para el pobre.

Pobre ú joh pobre!

con, de, desde, en, por, sin,
sobre, tras el pobre.

128. Declinaciones.-La tendencia uniformadora que destruyó los casos redujo en el latín vulgar á tres las cinco formas de declinación que tenían los nombres en el latín literario, pasando casi todos los nombres de la quinta á la primera, y los de la cuarta á la segunda: de modo que, en general, las declinaciones en el latín vulgar son:

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(dom(i)num dueño

manum mano

leonem león

pauperem pobre

129. Géneros.

PLURAL.
dom(i)nas dueñas
dies días

dom(i)nos dueños

manus manos

leones leones

pauperes pobres

El latín vulgar desechó el género neutro, dando á los nombres que lo tenían el masculino ó el femenino, según indicaremos en los párrafos siguientes:

(1) El artículo no expresa relaciones. El substantivo puede llevarlo ó no, según esté ó no determinado. En vez de el puede también llevar el indeterminado un.

(2) Tomamos la forma del acusativo, de la que, como diremos, salieron casi todos los nombres castellanos. El caso nominativo se perdió con muy pocas excepciones en el latín vulgar ibérico.

Forma de los nombres castellanos.

Trataremos de las declinaciones distinguiendo en cada una el género y el número de los nombres.

130. Primera declinación vulgar, ó sea nombres de la primera y quinta latinas. En latín carece de nombres.

neutros.

El castellano deriva estos nombres del acusativo, terminándolos en -a en singular y en -as en plural.

vineam (1) viña
man(i)cam manga

coronam corona

pluviam lluvia

bonam buena

diem dia

vineas viñas
man(i)cas mangas

coronas coronas

pluvias lluvias
bonas buenas
*dias días

Además de estos nombres, tenemos en castellano otros terminados en -a, procedentes de las otras declinaciones, y que el latín vulgar redujo á ésta, por la semejanza que con aquéllos tenían, ya en su género, ya en su terminación. Por analogía de género el nombre, por ejemplo, nurus, us de la cuarta pasó á la primera y dió en castellano nuera, etc.

y

Por analogía de terminación, los neutros grecolatinos en -ma, como cauma, -atis, se tomaron como femeninos resultaron en castellano calma, cima, fantasma, etc. Otros cambiaron de género y declinación: pantex, -icis, m.; pantia, f. en el latín vulgar, panza y pancha en castellano; pulex, -icis, m.; pulica, f., y pulga respectivamente.

Por el contrario, de betula, f., se formó abedul, m.

131. Género. - Conservan el género latino, femeninos casi todos, excepto los que por significación, como el

(1) Recuérdese que la m final era muda en el latín vulgar. Ténganse además en cuenta las leyes de transformación de los sonidos.

cura, el trompeta, etc., son masculinos. Día es masculino, y también los en -ma de origen griego que no sean de procedencia popular, como clima, anagrama, aneurisma, etc.

De subst. masculinos latinos creó el castellano formas terminadas en a, para indicar sus correspondientes femeninos: de señor señora; de sabedor sabedora; de pecador pecadora; pero en la lengua antigua también se decía madre sabidor, fermosa pecador, etc.; de abad abadesa, de conde condesa, etc.

En castellano antiguo vemos la propheta que en latín es masc.; la animalia ó el animalia aiena, del neutro pl. lat. animalia; la testimonia, de testimonia pl. n. de

testimonium.

132. Segunda declinación vulgar: nombres de la segunda y cuarta latinas; masculinos, femeninos y neutros. 1.° Masculinos y femeninos. De esta declinación tenemos en castallano formas procedentes del nominativo y del acusativo.

A. Nominativo. El del singular lo tenemos en algunos nombres propios.como Carlos (Carolus), Marcos (Marcus), Jesús (Jesus), Dios (Deus); y el nominativo del plural nati en el antiguo nadi, hoy nadie; que se ve usado como tal en la lengua antigua: «Que á myo Cid Ruy Diaz, que nadi nol diesen posada»; pero se usa más como singular.

También proceden de este caso preste de presbyter y maestre ó mestre de magister.

B. Acusativo. Este es el caso cuya forma persiste en castellano, terminando en -o en singular y en -os en plural.

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