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101. 1.o Inicial.

La silbante s.

A. Seguida de vocal persiste ó cambia en j, en ó en ch (1):

a) La lev general es que persista: securu seguro, solu solo, superare sobrar. En vez de s puede nallarse ç en los manuscritos: çervicio.

b) Cambia en z (c); sappa zapa, serare cerrar setaceu cedazo, sulfure azufre. subbullire zabullir y zambullir, etcétera.

c) Cambia en j: Salone Jalón, sapone jabón, Setabi Játiva, Sucro Júcar, serica jerga, syringa jeringa, etc.

d) Cambia en ch: sibilare chillar, chiflar y silbar; socculu choclo, etc.

B. Seguida de consonante.-La's inici.. seguida de consonante engendró ante ella el sonido e que persiste en castellano, m、nos cuando la consonante es c palatal, en cuyo caso se pierde la s por disimilación.

a) Scamnu escaño, striptura escritura, spina espina, sterile estéril, sphera esfera, smaragdu esmeralda, spartu esparto, etc.

b) Scienția ciencia, scintilla centella, scisma cisma, sceptrum cetro; pero no se pierde en voces cultas: escena de scena, escision de scissione, etc.

102. 2.° Interna.-La s interna intervocal, si es doble cambia en sencilla (2), si sencilla, permanece.

(1) El cambio de sen j, ch y se debe á influencia árabe. Los árabes pronunciaron nuestra s mojada, dándole el valor de silbante palatal x, y la transcribían por ello mismo que la x. Este sonido intermedio entre el de s y el de j lo conserva todavía el valenciano; así: Sucro valenciano Xucar (pron chiucar, haciendo chocar el aire en el punto del paladar intermedio entre ch y s), castellan› Júcar. El sonido palatal que representaba esta x pasó á gutural en unas palabras dando j; quedó 2, silbante palatal en otras, y palatal fuerte en muy pocas: comp. cisma y chisme.

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(2) Antiguamente se onservaban las dos: apriessa: y también se duplicaba siendo inicial: sse, etc. (Véase núms. 23 y 97.)

crassu graso
sponsa esposa

passu paso

massa masa, etc.

pausare posar

causa cosa, etc.

También cambia en j en algunos casos: vesica vejiga, *tiseras (tonsoria) tijeras, heresia herejía, etc., y en insubulu enjullo, inserere ingerir, etc.

103. 3.o Final.-Persiste en castellano.

Coronas coronas, annos años, amas amas, magis más, minus menos, times temes. La s del nom. sing. se perdió con el caso, á excepción de algunos nombres propios, como Deus Dios, Carolus Carlos, etc.

104. 4.° S interna ante otra consonante.

A. Ante muda gutural, dental, labial y también ante nasal y líquida persiste la s (1).

Musca mosca, sesecu sesgo, iste este, respondere responder, asinu asno, existimare ant. asmar, insula isla. Pero cambia en z en el suf. verbal sco, ante o, a; cresco crezco, crezca, etc.

B. Ante muda palatal ce, ci, se pierde la s por disimilación (2); crescit crece, nascere naçer, fasce haz, etc.; pero fascina fajina.

C. Ante la semivocal (iot) j. (V. núm. 112.)

D. Ante el nexo tr.

Nostro ant. nueso, vostro ant. vueso, amuesenoslo por amuestrenoslo, etc., hoy nuestro, vuestro.

Síntesis de los cambios de las nasales, líquidas y silbantes.

Nasales (núms. 85-91).

1.o Las nasales ny m persisten en castellano en principio y en medio de dicción; pero en fin sólo se tolera la n matre madre, bona buena, quem quien

(1) También la influencia árabe se nota en nombres propios de pueblos, como Zaragoza de Cesar augusta, Cazlona de Castulone, y en algunos otros como biznaga de pastinaca, mediante el ár. öliş biçnaca, en los que vemos reducido á z el

nexo st.

(2) Antiguamente se conservaba: conosçie, etc.; pero también dozientos por doscientos.

2. La m intervocal, duplicada, se debilita en m: flamma llama; pero la doble n y los nexos ng y ni se funden en el sonido ñ:

annu año, cingere ceñir, seniore señor

3.o Las nasales son incompatibles combinadas entre sí, y también ante consonante líquida. Por tanto: El grupo nm se disimila en Im ó rm: an(i)ma alma. El grupo mn se asimila en nn = ñ: damnare dañar:

NOTA. Si el grupo mn se produjo en romance por pérdida de vocal intermedia, disimila la n en r é interpone el sonido b: nom(i)nare nomnar, nombrar.

N ante r (nr) exige la interposición de una d: ven(i)ré vendré.

M ante l ó r (ml, mr) exige la interposición del sonido b:

sim(u)lare semblar, com(e)rás ant. combrás

Líquidas l y r (núms. 92-100).

1. Las consonantes líquidas l y r persisten en castellano en principio, medio y fin de palabra; pero el sonido de la doble / intervocal se reduce á ll ó á l:

luna luna ferru hierro

fera fiera
nullu nulo

sale sal

illa ella

2. En medio de palabra.

A. Son compatibles las líquidas l y r ante consonante muda y nasal; pero la l' puede vocalizarse cambiando en u si le precede a y en i (y) si le precede u y le sigue t:

virgine virgen

arma arma

porta puerta turpe torpe
altu alto; pero

turnu turno

alt(e ru (autru) otro multu (muyto) mucho

B. Son incompatibles la r y la 1, combinadas entre sí y ante s. En el primer caso se interpone entre las dos una d; en el segundo se convierte la r en s perdiéndose después:

sal(i)ré saldré val(e)ré valdré, cursu coso.
De culcita cócedra y cólcedra.

3. Los sonidos I y r cambian con frecuencia uno por

otro:

arbitriu albedrío, sulcu surco

Silbante s (núms. 101-104).

Las inicial, seguida de vocal, persiste por regla general en castellano, habiendo cambiado en algunas palabras por influencia de la pronunciación de los moriscos, en j, en ch ó en z:

solu solo, sapone jabón, sulfure azufre, sibilare chillar

Seguida la s de consonante se pierde ante la palatal c; en otro caso engendra ante ella una e:

scientia ciencia, scamnu escaño, sphera esfera

La s en medio de palabra es compatible antè toda consonante, menos ante la palatal c (ce, ci), en cuyo caso se pierde, y en el sufijo sco que cambia en z ante o, a. crescere crecer, cresco crezco, crezca, etc.

La s final persiste en castellano: annos años, etc.

3.o Cambios originados en la fonética latino-castellana por el sonido semivocal i (yot), ya primario, ya secundario.

Los estudiaremos en las consonantes guturales, dentales, labiales, nasales, líquidas y silbante.

105. 1.° Guturales.-La gutural fuerte c, ch, qu, seguida de i en medio de dicción, se combina con ella produciendo el sonido

(c):

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(1) Y también ç; abraçó, abraçaua, embraçan.

Si al grupo ci precede s, el sonido resultante es jó ch: fascia faja, ascia hacha.

106. 2.° Dentales. La dental fuerte t seguida de yot tuvo ya en latín el sonido de c que continuó en castellano, representándose con la ç: pretiu precio, precioso, preçiada; gratia graçia, vocatione vocación. Así quedaron estas y otras muchas dicciones en castellano; pero en otras, siguiendo el mismo procedimiento que acabamos de ver en las guturales, se combinaron los dos sonidos. (t convertido en ç é i, iot) dando la ; (c). ༢

Ambas formas vemos para una misma palabra en los antiguos textos: de donatione tenemos donation, donación y donazón; malquerencia y malquerenza. Distinguiremos pues:

A. Ti intervocal.

pigritia pereza

duritia dureza

*capitia cabeza, cabeça

*acutiare aguzar

ratione, razón y racion
puteu pozo

tristitia tristeza

platea plaza

B. Ti precedida de muda fuerte gutural ó labial: cti, pti; los tres sonidos se funden en el de : captiare cazar, collactiu collazo; pero si la c va precedida de n resulta el sonido ch: sanctiu Sancho, *pinctiare pinchar.

C. Ti precedida de consonante semivocal ó nasal, también da (c).

martiu marzo

altiare alzar y alçó
fortia fuerza

linteolu lenzuelo

cum+initiare comenzar
pantice panza y pancha (1)

Este sufijo ha tenido dos

D. Ti en sufijo -tico -tica. desarrollos. En el uno ha dado -cho -cha; en el otro -che dialectal. Este sonido che pasó luego á gutural (je) en castellano; pero en catalán conserva su valor de palatal.

(1) Pero absinthiu ajenjo tal vez por influencia del sonido silbante, como en angoja, congoja de angustia: uzo de ostiu.

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