Navarra y Logroño, Volumen 2

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D. Cortezo y ca, 1886
 

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Página 77 - Visto el artículo 10 de la ley de 16 de agosto de 1841 , que establece que la Diputación provincial, en cuanto á la administración de productos de los Propios, rentas, efectos vecinales, arbitrios y propiedades de los pueblos y de la provincia, tendrá las mismas facultades que ejercían el Consejo de Navarra y la Diputación del reino, y además las que siendo compatibles con esta, tengan ó tuvieren las otras Diputaciones provinciales de la monarquía.
Página 414 - Apartado del camino , Por un valle muy cerrado, Vi venir un caballero En un herido caballo. De la sangre que le corre Deja un lastimoso rastro; Una muerte por cimera, Y un crucifijo en la mano...
Página 414 - Que le resistiese el campo! ¡Qué es de tus famosos hechos De que el mundo está poblado ? Qué es de tu fuerza encantada ? Qué es de tu valor, Orlando ? Los Ulos de Dnrindana No mellan al castellano, Ni este fuerte y duro acero Pudo resistir su brazo.
Página 8 - ... desde el principio de la guerra contra los africanos, por costumbres, simpatías y necesidades que les eran comunes , caminaron tambien acordes en sus instituciones civiles , hasta que la division de las...
Página 409 - ¿Qué se habían hecho los ofrecimientos y compromisos de Ben Alarabi? ¿Es que se arrepintió de su obra al ver á Carlos presentarse, no como auxiliar, sino con el aire y ostentación de quien va á enseñorearse de un reino? ¿O...
Página 173 - Él es de quien está escrito: Mira que yo envío mi ángel ante tu presencia, el cual irá delante de ti disponiéndote el camino.
Página 438 - Sin embargo, las constituciones de la Real Casa y Monasterio de nuestra Señora de Roncesvalles...
Página 73 - Se confirman los fueros de las provincias Vascongadas y de Navarra , sin perjuicio de la unidad constitucional de la monarquía.
Página 414 - Durindana, no mellan al castellano, ni este fuerte y duro acero pudo resistir su brazo.— Estando en esta congoja alzó los ojos Orlando, y por una cuesta arriba huyendo vio á Garlo-Magno, solo, triste y sin corona, de sangre todo bañado, y al dolor de verlo así muerto cayó del caballo.
Página 14 - Pasión : introducíanse en la caldera nueve piedras pequeñas, envueltas en un trapo colgado de un hilo, que se ataba á las asas, de modo que las piedras tocasen en el fondo.

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