Obras poeticas de d. José de Espronceda, Volumen 46Baudry, 1856 - 291 páginas |
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Términos y frases comunes
acaso acento Adan afan agita aire ALBERTO LISTA alegre aliento alma amor anhelo ansia ansiedad ardiente aroma arroja beso blando brazos brilla calle calma canto céfiro cielo colores confuso corazon delirio despues DIABLO MUNDO dolor dulce encanto espanto esperanza Espronceda estrépito estruendo eterno fantasía FELIX fiera flores frente furor gente gloria grito Guadalete hermosa hermosura Homero huracan Hurra ilusion impía infeliz inocente JOSÉ DE ESPRONCEDA JOSÉ ESPRONCEDA JUGADOR PRIMERO JUGADOR TERCERO labios lágrimas lánguido lanza llanto llora loco luego mancebo mano MANOLA mece mente mira Montemar mozo muerte mujer musulman noble noche nubes ojos Oscar paso pecho pensamiento perdido placer poema poeta PRIMER GUAPO pura rayo respira rompe rostro ruido rumor SALADA sangre semblante serena siente silencio sombra Súbito sueño Supe amar suspira tambien TERCER GUAPO Teudis tormenta torno triste turba umbría vaga vaiven ventura viento vive Voguemos vuelo Yoigo
Pasajes populares
Página 50 - Bajel pirata que llaman Por su bravura el Temido, En todo mar conocido Del uno al otro confín. La luna en el mar riela, En la lona gime el viento, Y alza en blando movimiento Olas de plata y azul...
Página 183 - Teresa, que te veo aérea como dorada mariposa, ensueño delicioso del deseo, sobre tallo gentil temprana rosa, del amor venturoso devaneo, angélica, purísima y dichosa, y oigo tu voz dulcísima, y respiro tu aliento perfumado en tu suspiro. Y aun miro aquellos ojos que robaron a los cielos su azul, y las rosadas tintas sobre la nieve, que envidiaron las de Mayo serenas alboradas...
Página 47 - Con doble resplandor esclarecía!!! Goza tu juventud y tu hermosura, ¡Oh sol!, que cuando el pavoroso día Llegue que el orbe estalle y se desprenda De la potente mano Del Padre soberano, Y allá a la eternidad también descienda, Deshecho en mil pedazos, destrozado Y en piélagos de fuego Envuelto para siempre y sepultado; De cien tormentas al horrible estruendo, En tinieblas sin fin tu llama pura Entonces morirá: noche sombría Cubrirá eterna la celeste cumbre: Ni aun quedará reliquia de tu...
Página 186 - Y alegre, audaz, ansioso, enamorado, en tus brazos en lánguido abandono, de glorias y deleites rodeado, levantar para ti soñé yo un trono, y allí tú venturosa y yo a tu lado, vencer del mundo el implacable encono, y en un tiempo sin horas ni medida ver como un sueño resbalar la vida.
Página 81 - desespera y muere». «Muere, infeliz: la vida es un tormento, un engaño, el placer; no hay en la tierra paz para ti, ni dicha, ni contento, sino eterna ambición y eterna guerra. «Que así castiga Dios el alma osada, que aspira loca, en su delirio insano, de la verdad para el mortal velada a descubrir el insondable arcano.
Página 181 - Al impaciente y amoroso anhelo, La mujer y la voz de su dulzura Que inspira al alma celestial ternura; A un tiempo mismo en rápida tormenta, Mi alma alborotaban de contino...
Página 184 - ¡ay! agostó la flor de tu pureza? Tú fuiste un tiempo cristalino río, manantial de purísima limpieza; después torrente de color sombrío, rompiendo entre peñascos y maleza, y estanque, en fin, de aguas corrompidas, entre fétido fango detenidas.
Página 45 - Al término sombroso de Occidente, Las orlas de tu ardiente vestidura Tiendes en pompa, augusto soberano. Y el mundo bañas en tu lumbre pura. Vivido lanzas de tu frente el...
Página 185 - Los años ¡ay! de la ilusión pasaron, las dulces esperanzas que trajeron con sus blancos ensueños se llevaron, y el porvenir de oscuridad vistieron: las rosas del amor se marchitaron, las flores en abrojos convirtieron, y de afán tanto y tan soñada gloria sólo quedó una tumba, una memoria.
Página 182 - ¡Una mujer! Deslizase en el cielo Allá en la noche desprendida estrella. Si aroma el aire recogió en el suelo, Es el aroma que le presta ella.