Obras del v. p. m. fray Luis de Granada, Volumen 8

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M. Rivadeneyra, 1860
 

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Página 146 - No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
Página 71 - Camina pues la Virgen en busca del Hijo , dándole el deseo de verle las fuerzas que el dolor le quitaba. Oyó dcnde lejos el ruido de las armas, y el tropel de la gente, y el clamor de los pregones con que lo iban pregonando. Ve luego resplandecer los hierros de las lanzas y alabardas , que asomaban por lo alto ; halla en el camino las gotas y el rastro de la sangre , que bastaban ya para mostrarle los pasos del Hijo, y guiarla sin otra guia.
Página 1 - amor, sigue el Apóstol, es sufrido, es "benigno, huélgase con la verdad, todo "lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, "todo lo lleva bien.
Página 71 - Rey de los ángeles caminar paso á paso con aquella carga tan pesada, temblando las rodillas, inclinado el cuerpo, los ojos mesurados, el rostro sangriento, con aquella guirnalda en la cabeza, y con aquellos tan vergonzosos clamores y pregones que daban contra él?
Página 57 - Y estando ellos cenando dijo : En verdad os digo que uno de vosotros me ha de vender.
Página 47 - Pues la hermosura del no se puede explicar con palabras ; porque si en este valle de lágrimas y lugar de destierro crió Dios cosas tan admirables y de tanta hermosura , ¿qué...
Página 42 - ¿Qué sentido, qué palabras, qué juicio hay en el mundo que pueda sentir ni encarescer esto como es ? Pues no es esta la mayor de las penas que allí se pasan ; otra hay sin comparación mayor, que es la que llaman los teólogos pena de daño ; la cual es haber de carescer para siempre de la vista de Dios, y de su gloriosa compañía.
Página 74 - Rey mío, cosido con un madero; no hay quien sostenga tu cuerpo sino tres garfios de hierro; de ellos cuelga tu sagrada carne, sin tener otro refrigerio.
Página 29 - Otros inestimables provechos sacarás desta mesma consideración. Porque si consideras atentamente todas estas miserias susodichas, luego se te abrirán los ojos, y maravillarte has de la ceguedad de los hombres; y comenzarás á decir : ¿pues de qué se ensobcrbesce este miserable linaje de Adam?
Página 40 - ... el cual estaba vestido de una vestidura blanca como la nieve, y sus cabellos eran también blancos, así como una lana limpia. El trono en que estaba...

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