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tando allí mismo de la prision de Quivía, rey de Veragua, exclama Casas:»¿Y quién habia constituido juez "al almirante, y con qué jurisdiccion para castigallos? »¿Con cuál causa legítima, y con qué justicia el almiran» te condenaba todo aquel pueblo á que á los españoles sirviese?" Trata de cuando los fué á prender el adelantado, y concluye: » Pero no fueron dignos de ser » alumbrados para no caer en tan intolerable yerro, pues » no pretendian sino buscar oro por su propio interese y cudicia, errando cerca de los primeros principios." Y al fin del capítulo añade: » Maravillosa cierto fué por » aquellos tiempos la ceguedad que cerca del venir á es,, tas tierras, y tratar á las gentes dellas como si fueran » las del Africa, en los entendimientos primero del almi»rante, y despues de las demas se hobo engendrad o." Reflexionando Casas sobre la manera con que refiere Don Hernando Colon aquellos sucesos y prisiones, dice (capítulo 29): » Por lo cual parece la poca cuenta que Don

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Hernando hace de los crímenes que allí se hicieron, prendiendo tan injustamente aquella gente, y de haber sido causa de que aquellos tristes se ahorcasen, y de >> tan grande escándalo como quedó por toda aquella » tierra, é infamia del nombre cristiano."......» Item, si » era maravilla que ocurriesen las desdichas que D. Fer»nando dice al almirante y á toda su compañía, y que » todos los elementos y cielos, y lo que en ellos se con» tiene, le fuesen contrarios, haciendo él y los suyos á "aquellas gentes inocentes, que nunca le hicieron inju »ria ni daño, tan irreparables daños y execrables inju » rias é injusticias." En el cap. 37 extracta Casas un mémorial de Colon en que ponderaba los daños y perjuicios que padecia en sus rentas, la utilidad que producian los indios, la pérdida ó mengua que de ellos se experimen taba; y como queriéndose disculpar de haberlos enviado esclavos, decia que era con propósito de que instruidos en la fe y en nuestras costumbres y artes, volviesen á su tierra para enseñar á los otros; y á esto añade nuestro religioso autor: Donosa ignorancia fué la suya,

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»si ignorancia fué y no codicia; la cual tengo ya por » cierto que le acarreó las angustias que le vinieron.... En » lo demas verdad dijo; porque así fueron muertos y me» noscabados los vecinos y moradores naturales desta isla. » Pero él lloraba el diezmo del oro que sacáran si no mu» rieran, y los otros intereses temporales que por aquella ❞ causa perdia." Y en el cap. 38, entre otros pasages muy notables del zelo evangélico de Casas, despues de referir la muerte del almirante, con la angustia, amargura y trabajos que padeció en sus últimos tiempos, concluye: » Esto no fué sin juicio y beneplácito divino....... Quien bien quisiere advertir é considerar lo la historia con » verdad hasta aquí ha contado de los agravios, guerras »é injusticias, captiverios y opresiones, despojos de se»ñorios y estados y tierras, y privacion de propia y na

que

tural libertad y de infinitas vidas que á reyes y á seño»res naturales, y á chicos y á grandes en esta isla (la Es "pañola) y tambien en Veragua, hizo y consintió ha»cer absurda y desordenadamente el almirante, no te»niendo jurisdiccion alguna sobre ellos, ni alguna justa » causa; antes siendo él súbdito dellos, por estar en sus tierras, reinos y señoríos, donde tenian jurisdicion natural y la usaban y administraban; no con mucha difi»cultad, ni aun con demasiada temeridad podrá sentir » que todos estos infortunios y adversidades, angustias y penalidades, fueron de aquellas culpas el pago y el » castigo." Tales son algunas pinceladas con que retrata Casas la conducta humana, prudente y desinteresada de Colon: pintura que podrá ser exagerada por el carácter de este escritor, pero no inventada ni falsa, estando conforme con la que hicieron otros escritores coetáneos, de donde la tomaron Solórzano en su Política Indiana I , y Nuix en sus Reflexiones imparciales ; y lo que es mas, acorde tambien con varias disposiciones y rasgos del almirante, que podrán advertirse en los documentos que se

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I Lib. 1, capítulos 9, 10 y 11, y lib. 11, cap. 1.

2 Reflexion 4, § 1, pág. 258.

publican, por mas que no tengan semejanza con los retratos de él que acaban de hacer el Sr. Bossi y su traductor, no tanto por el natural, cuanto por las extravagancias de su imaginacion y capricho. ¡Y qué! ¿menguará por esto la gloria del gran Colon como descubridor de un nuevo mundo? No por cierto: sus defectos fueron propios de la condicion y fragilidad humana, adquiridos tal vez en su educacion, en su carrera y en su pais, donde el tráfico y la negociacion formaban el principal ramo de la riqueza pública y privada. Alejandro, dominado de la cólera, y despues de la supersticion : Alcíbiades lleno de admirables prendas y de infames vicios: César reuniendo á cualidades eminentes una ambicion desordenada por el mando universal, que era su ídolo', segun la expresion de Ciceron, no dejan de presentarse en las plumas de Plutarco y de Cornelio Nepote, como hombres dignos de ser admirados por todos los siglos. Pero si la verdad obligó á estos historiadores á no disimular tales defectos, para ejemplo ý correccion de sus semejantes, tambien supieron aprovechar estas sombras para dar mayor realce y brillo á unas pinturas, que no quieren, ó no saben imitar los modernos, acaso por carecer de la integridad, rectitud y demas virtudes que caracterizaban á los que en la antigüedad escribian como maestros de la moral pública.

58. No puede negarse á Fr. Bartolomé de las Casas un zelo fervoroso á favor de los indios. Vino á España para abogar por ellos, y en Mayo de 1517 llegó á Aranda, donde estaba la corte, y enfermo el célebre cardenal Jimenez de Cisneros. Por esta causa no pudo negociar con él, y pasó á Valladolid á esperar al rey D. Carlos 1, que en efecto llegó muy pronto cuando ya habia muerto el cardenal. El jóven príncipe, de diez y siete años, en un pais extraño, ignorando el idioma castellano, y dominado por los flamencos que le acompañaban, expidió por sugestion de estos muchas cédulas de repartimientos y

I Véanse las págs. 112, 145, 176 y otras del tom. 11 de esta Colec.

mercedes en las Indias, y diversas licencias para llevar esclavos á aquellos dominios, sin embargo de la prohibicion que para ello habia. Conoció Casas que el camino de lograr sus pretensiones era captarse el favor, y seguir las ideas de los flamencos, y lo logró, especialmente el de Mr. de Laxao, sumiller de corps y uno de los mas favorecidos del rey; pero como viese que sus opiniones y proyectos podrian sin embargo tener alguna dificultad, segun la conducta codiciosa de los nuevos huéspedes *, varió de plan, y propuso entre otros remedios, que á los castellanos que vivian en las Indias se diese saca de ne-gros, para que asi fuesen los indios mas aliviados en las granjerías y en las minas. Bajo este supuesto se trató de los esclavos que serian menester para las cuatro islas Española, Fernandina, S. Juan (Puerto Rico) y Jamaica: se pidió informe á los oficiales de la casa de contratacion de Sevilla, y contestaron que cuatro mil. Entonces los flamencos se aprovecharon de su influencia y obtuvieron este permiso, que vendieron á los genoveses en 240 ducados, con condicion de que por ocho años no diese el rey otro: merced (dice Antonio de Herrera) que fue muy dañosa para la poblacion de aquellas islas y para los indios. Dedúcese de esta narracion verídica y cierta: 1.° que el lic. Casas, por aliviar á los indios, estableció y autorizó el tráfico de los negros para las islas del Nuevo-Mundo, como si estos no fueran racionales. ¡ Admirable contradiccion del espíritu humano! 2.° que no fue ron españoles los que agenciaron esta infame negociacion é intervinieron en ella, sino flamencos codiciosos, y genoveses traficantes. ¿Y quién diria entonces al lic. Casas,

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I Véase á Sandoval en su Hist. del emperador Cárlos v, lib. 2, SS 40 y 41, y lib. 3, § 16.

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2 Herrera, Déc. 2, lib. 2, caps. 16 y 20.- Casas presentó al gran canciller el memorial que se le habia mandado hacer para el remedio de las Indias, cuando ya hacia dos años y medio que andaba en la corte, y en el tercer artículo proponia que para las cuatro islas se permitiese á todo vecino llevar francamente dos negros y dos negras. Muñoz le copió para su coleccion.

que estos negros que como esclavos trasportaba desde las costas de Africa para aliviar á los indios en sus faenas y labores, se habian de levantar con el pais y erigir un im-i perio, independiente, con aprobacion y reconocimiento de las naciones cristianas y cultas de la Europa, en la misma isla Española, que fue el primer establecimiento ya morada de los europeos en el Nuevo-Mundo? ¿Y qué dirán ahora el Sr. Bossi y su traductor, cuando ni aun en Colon ni en Casas hallen el consuelo que en vano buscaban sus miradas de humanidad entre los demas espa ñoles?

59. Ciertamente es necesario compadecerse de esta falta de juicio, de estas ideas absurdas, de esta crasa ignorancia, y de esta fatal preocupacion con que algunos extrangeros escriben de las cosas de España. El descubrimiento de la América, dice el traductor frances de Bossi, pertenece enteramente á la Italia, porque en ella nació Colon. Bien se percibe á primera vista la absurdidad de este argumento, porque el casual nacimiento de una persona no da derechos á su patria sobre lo que pueda grangearse durante su vida con su industria é ingenio, y mucho menos cuando se ha naturalizado en otro pais, contrayendo con él las mas sagradas obligaciones. Pero á mayor abundamiento no dice Ramusio, escritor italiano que floreció antes de mediado el siglo XVI, que Colon propuso primero á la Señoría de Génova su proyecto de dirigirse á

I Prefacio del traductor, pág. I.El Sr. Bossi atribuye gratuitamente al fanatismo religioso de los españoles la sangrienta destruccion de los indios, y deduce que hubiera sido una felicidad para todo el mundo que otros, y no ellos, hubiesen aportado los primeros á aquellas costas, y establecídose allí (Ilustrac. 21, pág. 164). Pero ademas de la falsedad que en sí envuelve la primera suposicion, no mandaba allá Colon que era italiano y muy religioso? ¿no dice el obispo Casas que el único título para la ocupacion de aquellos paises era la conversion de sus naturales á la religion católica? ¿no era entonces España la nacion mas culta y poderosa de la Europa? ¿no hicieron despues las demas naciones mayores atrocidades en sus conquistas? Pero la ignorancia ó la malicia son los agentes que mueven la pluma de esta clase de escritores, á merced de cierta política ambiciosa que atropella por todos los derechos, y promueve la division y la discordia entre los hombres.

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