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amigo D. Juan Bautista Muñoz, pudo aun aprovecharse de estas noticias para el tomo I de su historia del Nuevo Mundo en que á la sazon se ocupaba. Para el reconocimiento de la biblioteca alta del Escorial, donde se conservan tantos preciosos manuscritos, nos fué muy útil la detenida inspeccion y lectura que hicimos de la biblioteca ó catálogo razonado que de todos ellos habia formado y conservaba manuscrito el doctísimo D. Francisco Perez Bayer, que no solo nos le franqueó generosamente, sino que le debimos particulares instrucciones para el mas puntual desempeño de nuestra vasta comision. Fruto de ella fueron veinte y cuatro volúmenes en folio, de buenas copias, la mayor parte de expediciones militares y batallas de mar, papeles de gobierno y administracion, varios derroteros, viages y obras facultativas.

39. Satisfechos de haber reconocido y aprovechado estos ricos depósitos literarios en la corte, nos trasladamos á Sevilla en Febrero de 1793 con el ansia de encontrar en el archivo general de Indias, recientemente establecido allí, cuanto pudiese saciar nuestra curiosidad y deseo. La acumulacion de papeles llevados de Simancas en gran número, los antiguos que existian de los tribunales y oficinas de la corte, y los de la casa de Contratacion, fué el primer embarazo y obstáculo que se nos presentó, sin embargo de que el comisionado para el arreglo D. Juan Agustin Cean Bermudez, literato metódico, laborioso é inteligente, habia comenzado á coordinar y formar excelentes índices de aquella parte que el ministerio y los tribunales necesitaban con mas frecuencia para su instruccion y sus resoluciones. Sin embargo de carecer de guia para hallar entre los papeles antiguos con facilidad y prontitud lo que mas convenia á nuestra comision, que eran las relaciones de los viages y descubrimientos de ultramar, los diarios y derroteros de las navegaciones &c. que estaban entre los papeles remitidos de Simancas, empezamos á reconocer sus legajos y á copiar cuanto íbamos hallando de estas materias; y cuando mas empeñados estábamos en estas indagaciones, la guerra declarada á la

Francia revolucionaria, nos llamó como militar y marino á las escuadras que ya se armaban y disponian; pero el ministerio no desatendió por esto la comision, antes bien para continuarla nos previno que dejando tarea é instrucciones á los oficiales y amanuenses que habian de quedar en Sevilla, pasásemos á inspeccionar sus trabajos hechos, y prepararles los que habian de hacer, siempre que por invernada ó estacionalmente hubiese de permanecer la escuadra en el puerto de Cádiz, como lo hicimos á fines de 1794. Así pudo continuarse hasta Julio de 1795, por D. Josef de Bazterrechea, oficial entonces del ministerio de marina, el reconocimiento y acopio en el archivo general de Indias, en el del colegio de S. Telmo, en la biblioteca de S. Acacio, que es la pública de la ciudad, y en las de algunos conventos y de particulares, especialmente en la del conde del Aguila, muy rica de manuscritos y preciosidades literarias; recogiendo diez y siete gruesos volúmenes en folio, de copias de papeles muy importantes. Sin embargo de tan exquisitas diligencias, quedó sin apurar, como deseabamos, la copiosa mina de los papeles de Indias, ya por las atenciones de la guerra que hicieron suspender la comision hasta circunstancias mas favorables, ya por la dificultad que ofrece un archivo general todavía no bien clasificado ni dispuesto.

40. Mucho adelantó despues en esto el Sr. comisionado D. Juan Cean Bermudez, cuyos índices, por su claridad y hermosura, pueden ser modelos para continuar los trabajos de esta clase. ¡Ojalá tuviera imitadores! porque los archivos generales del reino en tanto son útiles y necesarios, en cuanto por su arreglo y buen orden en la colocacion, y por la claridad y buen método de sus inventarios, pueden auxiliar al gobierno con prontitud en lo que necesita con urgencia, y á los particulares en lo que oportunamente les conviene para su derecho privado, ó para su instruccion. Pero esto no puede lograrse sin que se unan en la persona escogida para coordinar tales establecimientos, genio á propósito y perseverancia, con ins truccion en la historia y geografía, en la política y diplo

TOMO I.

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macia, en la paleografía, en las lenguas y en otros estudios subsidiarios. Solo así ha podido arreglarse despues de un saqueo y trastorno espantoso ocasionado por las tropas de Bonaparte en el Real y general archivo de Simancas, este inmenso y rico depósito de los papeles de la monarquía española. Por su importancia fué una de las primeras atenciones del Rey nuestro Señor cuando regresó de Francia en 1814, y el acierto de su eleccion en D. Tomas Gonzalez, hoy dignidad de maestrescuela de la santa iglesia de Plasencia, completó la obra, con satisfaccion de todos los verdaderos amantes de su patria. El archivo general de la corona de Aragon, situado en Barcelona, ha tenido una fortuna semejante en la eleccion para su archivero del Sr. D. Próspero Bofarrul, que ha colocado é inscrito por clases y fechas los antiguos libros de registro que se conservan desde los primeros condes de Barcelona; y cuando lleguen á completarse los índices individuales de articulos y materias contenidas en aquellos apreciables volúmenes, ni el gobierno ni los particulares tendrán que sufrir los perjuicios de las dilaciones, ó de que no se encuentre lo que está sepultado ó envuelto dentro de antiguos é inconexos legajos, como muchas veces ha sucedido.

41. Aun antes de encargársenos esta comision, habia presentado al ministerio el teniente de navío D. Josef de Vargas y Ponce, un plan para escribir la historia general de la marina española, vasto y complicadísimo, en términos que habiéndose mandado pasar, de orden del Rey, á informe del sabio y juicioso general D. Josef Varela, creyó conveniente dejar mas expedito el buen desempeño del autor, limitándole á la historia militar y política de la marina, proponiendo sugetos que desempeñasen en disertaciones separadas la historia científica de la náutica, de la arquitectura naval y de otros ramos facultativos, y encomendando tambien á otro oficial la coordinacion y publicacion de nuestros antiguos viages, en lo cual le merecimos especial memoria; pero ulteriores acontecimientos retardaron la resolucion de este plan, porque á la verdad era preciso reunir antes. los materiales. Ya se contaba

en 1798 con los que habiamos reunido en nuestra comision, con los que el mismo Vargas habia acopiado en Cartagena, con los que iba juntando el teniente de navío D. Juan Sans de Barutell en el de Barcelona, y debia continuar en el de Simancas, y con las colecciones donadas ó adquiridas del contador principal D. Manuel de Zalvide y del capitan de navío D. Pedro de Leiva. Entonces, pues, con arreglo al informe de D. Josef Vare la se mandó á Vargas que emprendiese desde luego la historia general de la marina; encargándosenos al mismo tiempo coordinar, ilustrar y publicar la coleccion de nuestros antiguos viages, sin desatender por esta causa el desempeño de las obligaciones del empleo que teniamos en la secretaría de estado y del despacho de marina: obligaciones asiduas y constantes que precisándonos á vivir continuamente en los Sitios Reales, no daban lugar á un trabajo extraordinario que requiere una aplicacion particular, mayor sosiego de ánimo, y los auxilios que no podian encontrarse fuera de Madrid. A estas obligaciones sucedieron otras no menos perentorias, cuales eran las de ministro contador-fiscal del supremo consejo de Almirantazgo; y poco despues sobrevino la gloriosa revolucion, que suscitó en una nacion generosa y amante de sus reyes la absurda política y la ambicion desmesurada de Bonaparte. Sin embargo, llevados de nuestra aficion á esta clase de investigaciones, no hemos cesado de indagar y adquirir constantemente copias de cuantos documentos hemos sabido existian en la Real ácademia de la Historia, en la coleccion de D. Juan Bautista Muñoz, en algunas bibliotecas, ó en poder de varios amigos particulares que nos han favorecido con generosidad. Los acontecimientos posteriores tampoco han sido propios para alentar esta empresa, hasta que habiéndose dignado el Rey nuestro Señor confiarnos la direccion interina del Depósito hidrográfico, creimos que uno de los medios de corresponder á su soberana confianza, y de acreditarle nuestra gratitud, era el de aplicarnos á una tarea en que veiamos enlazados los derechos del trono y la gloria nacional sobre bases y documentos

irresistibles; y que por desgraciadas que pareciesen las circunstancias de los tiempos, no dejaban de ser oportunas para reclamar lo usurpado, apoyar la verdad y la justicia, sellar los labios á la maledicencia, y manifestar las sofisterías de la deslealtad y de la ambicion; y en fin, para arrancar la máscara á ciertos escritores venales que con apariencias de filosofismo contribuyen á difundir y sostener la corrupcion de las costumbres de este siglo. No solo oyó el Rey nuestro Señor con benignidad la propuesta, sino que, siempre generoso y protector de las ideas útiles, mandó que la impresion de la coleccion de viages se hiciese por cuenta de su gobierno en la imprenta Real.

42. Esta honra, que excedió nuestros deseos y aun al concepto que habiamos formado de nuestro trabajo, nos empeñó por lo mismo en dar á los viages de Colon, que íbamos á publicar los primeros, toda la ilustracion y autenticidad que fuera posible. Exigialo tambien la aceptacion con que en general se oian y publicaban en estos tiempos los sucesos de aquel ilustre descubridor, y la magnificencia y esmero con que se habia publicado en Génova el Códice Colombo-americano, con varios documentos de los que el mismo almirante hacia copiar y legalizar al salir para sus. viages, depositándolos ya en aquella ciudad, su patria, ya en el monasterio de cartujos de las Cuevas en Sevilla, ya en poder de sus hijos, para asegurar su conservacion en el caso de un naufragio ó desgracia durante sus expediciones. Con la misma idea solicitamos del excmo. señor duque de Veragua el competente permiso para reconocer el archivo de su ilustre casa; y con una franqueza digna de toda gratitud nos facilitó su examen y reconocimiento. ¡Qué de noticias preciosas y desconocidas hemos hallado alli, que ilustran estos primeros tomos de nuestra coleccion! ¡Con cuánto placer vimos y reconocimos cartas y documentos de puño propio del gran Colon y de su hijo D. Fernando! Ya, ya no perecerán, exclamamos entonces, como estan expues tos á perecer los originales, y el público disfrutará de estas cartas, de la curiosa relacion de Diego Mendez, y de

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