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catedral, contener las ideas altivas de los que se contemplaban como señores independientes, y defenderlas en caso necesario, si, como se rezelaba, pasaban los franceses á su conquista. Los portugueses por su parte, libres de la oposicion y reclamaciones de los castellanos, continuaron pacíficamente los descubrimientos de la costa de Africa interrumpidos desde la muerte del infante D. Enrique. Sucedió á D. Alonso v su hijo D. Juan 11 en el año 1481, y se propuso seguir aquella empresa con mayor empeño y mejor direccion. Para esto formó una junta de matemáticos, que establecieron las reglas de navegar por la altura del sol: envió una armada á la costa de Guinea; concluyó un convenio de paz y amistad con el señor de aquella tierra; é hizo fabricar en la Mina del Oro la fortaleza que se llamó de San Jorge, que en poco tiempo llegó á ser pueblo de consideracion, y aun ciudad distinguida con grandes privilegios. Asegurado así de lo descubierto hasta entonces, adelantó Diego Cam en 1484 hasta el Rio Zaire, que viene á dar en el reino de Congo, y Juan Alfonso de Aveiro descubrió en 1486 el reino de Benin; cuyos reyes y súbditos abrazaron el cristianismo. Allí tuvieron acerca del Preste Juan y de lo interior del pais algunas noticias, que aumentaron sus esperanzas de hallar por aquella via la India oriental. Entre tanto Bartolomé Diaz y Juan Infante, reconocieron trescientas cincuenta leguas de la costa, descubriendo por los 33° 42' Sur la isla de Santa Cruz, y en seguida el cabo que llamaron Tormentoso por las tormentas que pasaron para doblarle, y que el rey D. Juan intituló de Buena Esperanza, por que le prometia para descubrir la India y hacer direc

la

tamente su comercio.

26. Deseoso de comprobar las especies vagas que se oian y adquirir un conocimiento seguro de la existencia del Preste Juan y de su poderío, comisionó el mismo rey D. Juan 11 á Juan Pedro de Covillan y á Alfonso de Paiva en 1487. Embarcáronse en Barcelona para Nápoles, y de alli pasaron sucesivamente á Rodas, á Alejandría, al Cairo (á la sazon corte de los soldanes de Egip

to) y á la ciudad de Adem, situada en la boca del mar Bermejo, donde se dividieron ambos compañeros. Paiva se dirigió á la Etiopia, y Covillan á la India, donde visitó las ciudades de Cananor, Calicut y Goa. Informóse de la extension de aquellas tierras, de sus dominios, frutos, riquezas, comercio y costumbres de sus habitantes. Regresó por Zofala á Adem y al Cairo, y allí supo la muerte de Paiva. Resuelto á volverse á Portugal, recibió por medio de unos judíos cartas del rey D. Juan, y conforme á sus órdenes partió para Ormuz, en donde se acumulaban todas las drogas y riquezas orientales que se repartian por Europa. Llegó por último á la corte del Preste Juan, que ya era muerto, y su sucesor, llamado Alejandro, le recibió muy bien, apreciando su embajada y ofreciendo despacharle favorablemente; pero á pocos dias murió tambien este príncipe y le sustituyó su hermano Naut, que no quiso desprenderse de Covillan ni dejarle salir de su reino. Pasados algunos años sucedió á Naut su hijo David, y este le estableció en aquel pais, gobernándose por su direccion, y dando muestras de apreciar su talento y la instruccion que tenia en varias lenguas: de modo, que cuando en el año 1515 envió el rey D. Manuel una solemne embajada á aquella corte con D. Rodrigo de Lima, este reclamó á Covillan, y se le negó la venida, diciendo el príncipe que sus antecesores le habian dado tierras y heredades para que las disfrutase con la muger y los hijos que tenia. Entonces pudo manifestar á Francisco Alvarez, capellan del rey, las noticias que adquirió en sus viages y en los años de su residencia allí; y con estas y con las observaciones propias escribió Alvarez una historia de las Cosas de Etiopia'.

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27. Por muerte del rey D. Juan ocupó el trono de Portugal el rey D. Manuel, que muy luego envió á Vasco de Gama á continuar los descubrimientos en 8 de Julio de 1497. Despues de tres meses y de recios tempo

I

Barros, Da Asia, Dec. 1., lib. 3.o, cap. .°Puente, Comp. de las hist. de la India, lib. 3.o, caps. 1.o y 2.°

rales, reconoció el golfo de Santa Elena, montó el cabo de Buena Esperanza el 20 de Noviembre, llegó á la angra de S. Blas, avistó la isla de Santa Cruz, y pasando por delante de la tierra de Natal, descubrió un rio que llamó del Cobre ó Aguada de la Paz, por la que conservaron con él los naturales. A otro muy grande que reconoció el 25 de Enero de 1498, cincuenta leguas mas allá de Zofala, apellidó el Rio de las Buenas señales, á causa de las que le lisonjearon por haber adquirido conocimiento de que hácia el nacimiento del sol habia gente blanca que navegaba en naos como las que llevaba. La vió efectivamente cuando llegó á la isla de Mozambique á principios de Marzo: allí fue recibido con confianza y amistad: visitó Gama al rey de la tierra, que le facilitó pilotos para que lo guiasen á la India. Lleváronle á la isla de Monzaba, muy cercana á la tierra firme de Etiopia; y descubierta por los portugueses la traicion y engaño que preparaban para acabar con ellos, siguieron su derrota, valiéndose de la direccion de un moro de confianza. Así pudo Gama visitar al rey de Melinde, que le obsequió y prometió su amistad: corrió la costa de Malavar, y el 18 de Mayo fondeó á dos leguas de Calicut. Bajó á tierra y dió la embajada de parte de su soberano al Zamori ó emperador de aquel pais, que le recibió con gran pompa y ostentacion. Ofrecióle entablar con Portugal un comercio recíproco, de que hasta entonces estaban apoderados los mahometanos, que con este objeto acudian á la Meca ó estaban situados en los puertos de la Arabia feliz, del mar Rojo, y del seno Pérsico; y con tan favorable respuesta regresó á Portugal, aportando á Cascaes el 19 de Julio de 1499 . Acontecimiento notable en la historia moderna que supo celebrar el ilustre Camoens en sus Lusiadas, uniendo las glorias militares de estos intrépidos argonáutas á los laureles que consiguió de la posteridad, que coloca su nombre al lado de los cantores de Aquiles y de Eneas.

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1 Barros, Da Asia, Dec. 1.a, lib. 4.o-Puente, Comp. de las hist. de la Ind. Or. lib. 3.o, cap. 1.o y 2.o

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28. Estas expediciones á las costas de Africa, á las Canarias, y las armadas que se aprestaban contra los motenian en actividad á los marinos españoles, ya mucho mas respetables desde que unidas las coronas de Castilla y Aragon se habia alzado la prohibicion de comercio entre ambos reinos aun de las cosas antes vedadas, y se preparaban todos reunidos á expeler de la península á los moros que la habian ocupado muy cerca de ocho siglos. Repitieron los Reyes-Católicos la observancia de muchas leyes de sus antecesores en beneficio del comercio y de la navegacion, y publicaron otras nuevas. En el ordenamiento de las córtes de Toledo, fecho en 28 de Mayo de 1480, mandaron que en los puertos de mar de los reinos de Castilla, no se llevasen precios de los navíos que se perdiesen ó anegasen, y que cuanto de ellos se salvase fuese para sus dueños, como ya lo habia ordenado D. Alfonso xi en 1348. Estando en Córdoba á 28 de Setiembre de 1482 dieron salvoconducto á todos los mercaderes y navegantes que iban á las partes de Africa, y de allí á otros reinos extrangeros, y traian oro, cera, cobre, añil, cueros &c., mandando no detener ni embargar sus personas ni mercaderías, con tal que no llevasen cosas prohibidas, ni fuesen al reino de Granada, ni pasasen estrecho 3. Hallándose en Tarazona á 22 de Marzo de 1480 confirmaron á los mareantes de los puertos de Galicia, que fuesen armados por los maestres de las naos, los usos, costumbres y libertades que tenian de tiempo inmemorial, segun lo disponia el fuero de Leon, é intentaban usurparles otros marineros no armados en la forma prevenida. Consistian principalmente estos privilegios: 1.° en que to do marinero que fuese condenado á muerte gozase en esta

2

Ordenamiento de 1480, ley 112.
Ordenamiento de 1480, ley 78.

del

3 Arch. de la Ciudad de Sevilla, lib. 2.o de Céd. Reales, fol. 183. (Ext. de Muñoz).

4 Los fueros de Leon que publicó el M. Risco en el tomo xxxv de la España sagrada, fueron establecidos el año 1020 en el célebre concilio que se tuvo en aquella ciudad. Véase la hist. de Leon, del mismo autor, tomo 1, pág. 250.

pena la distincion de hijodalgo, salvo en el delito de traicion: 2.° que pudiese sacar su quintalada de toda la mercadería que trajese por la mar: si fuere sardina, cinco millares; si otro pescado, cuatro quintales; si vino, el cuarto de un tonel; si pan, cuatro fanegas; si sal, medio moyo, sin pagar de esto diezmo ni otro derecho alguno '. A solicitud de la provincia de Guipúzcoa repitieron en 20 de Diciembre de 1491 lo mandado ya por D. Enrique 111 y D. Juan 11, para que los extrangeros que traian mercaderías á nuestros puertos las inventariasen, y no pudiesen extraer su valor en oro, plata ó moneda, sino en otras mercaderías de estos reinos, dando fianza de hacerlo así; pues los ingleses iban á emplear en vinos y géneros de Francia la moneda que sacaban de España. Esta disposicion la repitió el ReyCatólico hallándose en Zaragoza á 3 de Agosto de 1498, y á solicitud del prior y cónsules de Burgos en Alcalá de Henares á 11 de Febrero de 1503 2. Mas adelante renovaron la pragmática de Enrique III para que en los fletes y cargamentos fuesen preferidos siempre los navíos de los naturales á los extrangeros 3: establecieron premios para los que á su costa construyesen navíos desde mas de mil toneles hasta seiscientos, teniéndolos aparejados y dispuestos para todo: prohibieron que la venta de naves españolas se hiciese á extrangeros sin preceder carta ó licencia expresa, firmada de los Reyes : que no se llevasen diez. mos ni otros derechos á los navíos que aportasen á cualesquiera puertos si no descargaban las mercaderías que conducian. Finalmente, fueron tantas y tan atinadas las providencias que tomaron los Reyes-Católicos, desde que ocuparon el trono, para la prosperidad del comercio y na

I Véase el apéndice á la Colec. diplom., núm. 8, pág. 393. 2 Ramirez, Lib. de Pragm., folios 293 v. 294 v. 316 v. 3 Se expidió en Granada á 3 de Setiembre de 1500. Ramirez, Lib. de Bulas y Pragm. fol. 298 v. Véase el apéndice á nuestra Disertac. sobre las Cruzadas.

4. En Alfaro á 10 de Noviembre de 1495.. Ramirez, fol. 300. 5 En Granada á 11 de Agosto de 1501.- Ramirez, fol. 301. En Medina del Campo á 20 de Abril de 1494. Fue general esta providencia y dada á peticion de la provincia de Guipúzcoa.

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