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era conocido en Italia aunque reciente, pues se miraba como gran maravilla (pág. 199): que el continuador de la crónica de Nángis, hablando de los años de 1356, expresa entre varios instrumentos bélicos canonibus (pág. 202): que Froissart, historiador frances contemporáneo, refiriendo la batalla naval de 1371, dice que los españoles estaban bien pertrechados y tenian arbalestes et canons (pág. 244): que en la guerra de Chiozza, entre los años 1378 y 1380, se descubre claramente el uso de la artillería con el nombre de bombardas, y aun juzga, con la autoridad de Andres Redenio, que á estas grandes máquinas precedieron otras, y lo confirma el mismo autor, refiriendo que en 1373 Francisco Carriarense se sirvió de bombardas contra venecianos (pág. 203) que en 1380 habia en Barcelona fábrica y depósito de estos instrumentos bélicos, que se conducian á Italia y otras partes, lo que prueba que allí tenia mayor antigüedad: que habia bombardas de bronce ó de fundicion, aunque por lo comun eran de fierro, fabricadas y reparadas por maestros herreros: que las bolas que disparaban eran de piedra y no de metal; y solo consta que arrojaban pelotas de hierro los tiros ó piezas menores, mas no las mayores de batir que eran de corta longitud, á manera de nuestros morteros, y las pequeñas como los pedreros, las cuales tiraban tambien, como las mayores, balas de piedra y no de hierro. (pág. 204 á 208).

En las crónicas de los reyes de Castilla D. Enrique 11', Don Juan 1 y D. Enrique III, ninguna noticia halla el Sr. Capmany de máquinas ó armas de fuego, y solo en la de D. Pedro Niño (cap. 42) y año 1404 encuentra que se habla de lombarda, como pieza de batir que tiraba balas de piedra y no de hierro, y que el uso de estas máquinas era muy costoso, ó por su gran mole ó por la dificultad de su conduccion. ¿Pero este silencio de las crónicas probará que no se usaba de la artillería en Castilla á mediados y fines del siglo XIV, cuando se usó desde el x11 y ent los siguientes, y con especialidad en el sitio de Gibraltar en 1306, y en los de Baza, Martos y Algeciras, como queda referido? y cuando confiesa el Sr. Capinany, hablando de la guerra que D. Fernando 1 de Aragon tuvo con el conde de Urgel en 1413, en la cual hizo tan ventajoso uso de las armas de fuego, que aquel soberano, siendo infante de Castilla, se halló en la guerra contra los moros de Granada, y en el sitio de Antequera, de donde llevó grandes experiencias é ingenieros muy prácticos é instruidos?

Deduce igualmente de la crónica de D. Alvaro de Luna que en Castilla desde 1435 á 1446 habia adelantado poco el arte de batir, aunque recibió auxilio de nuevas piezas sutiles, como

las culebrinas y espingardas: que sin embargo continuaban los ingenios, trabucos y ballestas de la antigua maquinaria, sin olvidar las hondas y los mandrones, que alternaban con la moderna artillería: que tampoco hizo esta grandes progresos durante el reinado de los Reyes-Católicos, ni aun entrado el siglo XVI, como se infiere de las cartas de Gonzalo de Ayora; y que desde el reinado del emperador Cárlos v recibieron las piezas de artillería diferentes nombres, generalmente de aves de rapiña, reduciéndose todas á la denominacion de cañones, introducida por los franceses.

Examina por fin el Sr. Capmany el principio ó introduccion de la artillería en las embarcaciones y en los combates: juzga atinadamente que debió ser posterior á la de la guerra terrestre: desestima con buena crítica la autoridad del obispo de Leon D. Pedro, que la supone en uso en el siglo x1; y afirma que ni en la marina de Aragon se usó hasta 1418, ni en la de Castilla hasta 1404. Para sostener esta opinion, y contradecir la generalmente recibida, de que el primer uso de la artillería en la mar lo hicieron los castellanos en la batalla dada á los ingleses cerca de la Rochela el año 1371, examina el texto de los historiadores coetáneos, especialmente de Froissart frances, y de Walsingham ingles, y hallando en la descripcion que hace el primero la palabra canons entre las varias armas de que usaron' en aquella batalla los bajeles españoles, dice el Sr. Capmany que no es facil adivinar qué entendió Froissart por la voz vaga canons (pág. 245), cuando anteriormente habia dicho (p. 197). que es estraño que ninguno de ambos historiadores coetáneos, y acaso el frances, testigo del suceso, nada hablen del uso de tales tiros de pólvora. Igual duda manifiesta sobre la significa-. cion de la voz canonibus (pág. 202), usada por el continuador de la crónica de Guillermo de Nángis, que publicó Duchesne en el tomo v de su coleccion, cuando especifica varios instrumentos bélicos para la defensa de las fortalezas, hablando de los años 1356, sin tener presente el Sr. Capmany que en el mismo discurso o cuestion dice que » la denominacion comun de caño» nes, introducida por los franceses en Italia en tiempo de Luis XII, se ha hecho general en Europa en la artillería moderna. Los » franceses (añade) desde tiempo antiguo acostumbraron á lla"mar á todas las armas de fuego, así manuales como de tiro, "canons indistintamente...... Las primitivas máquinas bélicas » de fuego, llamadas constantemente canons por los historiado"res franceses, se conocian ya entre los ingleses á principios » del siglo xv con el nombre vulgar de gunnas ó gonas." Con que si los franceses desde tiempo antiguo acostumbraron á llamar constantemente á las primitivas máquinas bélicas, ó á todas las

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armas de fuego sin distincion con la voz canons, es claro qué Froissart y el continuador de la crónica de Guillermo de Nángis expresaron con aquella voz las armas ó máquinas bélicas de fuego que usaron los castellanos el año 1371 en la batalla naval de la Rochela. Ni esto debe parecer extraño cuando ya se habian usado en una nao para la defensa del puerto de Barcelona el año 1359 (pág. 192), y con su auxilio sostuvieron los venecianos y genoveses combates navales en 1380 (p. 203 y 247); siendo aun mas notable, que no solo se embarcaban armas de fuego en Barcelona para defensa de las naves el año 1381 y siguientes (pág. 249), sino que entonces mismo habia en aquella ciudad fábrica y fundicion, de donde se llevaba artillería, pólvora y municiones á Italia y otras partes (pág. 204 y siguientes), como queda dicho: lo que denota conocerse allí desde mucho tiempo ántes. En vista de esto qué inconveniente hay para que la usasen las naos castellanas en esta misma época? Que lo callan sus crónicas.... ¿Por ventura las de Aragon dicen algo sobre lo mismo que el Sr. Capmany ilustra y confirma con tan preciosos documentos inéditos?

Demostrado ya que el silencio de nuestras antiguas crónicas no es prueba de que dejasen de existir las cosas o sucesos que callan, es claro ademas que la invencion de la artillería no pudo hacerse general desde luego, ya por el poderío de la costumbre y de las pasiones dominantes, ya por la falta de conocimientos para fundir las piezas y darles la forma conveniente, ya por su gran coste y mole, ya en fin por su enorme peso y dificultad de conducirlas; pues segun indica la crónica de Don Pedro Niño en el año 1404, necesitaban veinte pares de bueyes para mover y trasportar una bombarda grande (pág. 209 y siguientes). Por otra parte la fabricacion de la pólvora era escasa, y por consiguiente muy cara, como se ve en las cuentas que existen de la guerra de D. Fernando 1 de Aragon contra el conde de Urgel en 1413, en las cuales cada libra de pólvora salia á 14 reales de nuestra moneda actual: valor excesivo para aquel tiempo; y por lo mismo se gastaba en tan cortas cantidades, que solo se compraron entonces setenta y cinco arrobas y ocho libras (pág. 216.)

Generalmente los nuevos descubrimientos no llegan á recibirse ó adoptarse en la práctica sino con suma lentitud, teniendo antes que vencer la inercia, la rutina y aun la oposicion que siempre producen el amor propio ó las preocupaciones. Siglos enteros fueron necesarios para conocer todas las alteraciones de la aguja náutica, y para que los navegantes, fiándose de ella, se alejasen de la vista de las costas. La artillería, pesada é informe, sin regla para las punterías, ignorándose la aplicacion

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de las matemáticas á este objeto, el alcance de las balas, la fuerza ó poder de los mixtos, y los elementos ó partes de su mezcla y elaboracion, escasa en fin y de mucho valor la pólvora: todas estas causas debieron forzosamente retardar ó hacer menos comun el uso de la artillería, hasta que en el siglo xvi los progresos de los conocimientos científicos y sus aplicaciones á las artes facilitaron su práctica y manejo en tierra y mar, y dieron orígen á una nueva ciencia, que creada por el español Diego de Alava ', ha llegado á un alto grado de perfeccion, haciendo de esta arma de fuego el instrumento mas poderoso y necesario en las guerras modernas.

ILUSTRACION IV, § 29, PÁG. XLVI.

Para dar una muestra de la señalada proteccion que dispensaban los Reyes-Católicos á las personas aplicadas y á los inventos útiles, citarémos el siguiente documento.-Con fecha en Trujillo á 18 de Febrero de 1479 expidieron una provision á Juan Sanchez de Peñafiel, clérigo presbítero, vecino de Sevilla, que á gran costa de espíritu, cuerpo y hacienda inventó un arteficio para sacar agua, con el que sacará una bestia agua al doble que sacaria en anoria, y á mucho menos costa, sin arcaduces é otros aparejos: é entiende facer otro arteficio para sacar agua sin bestia é sin movimiento alguno de home, el que sacará agua mas que 12 é aun 15 bestias de anoria. En remuneracion se le hace merced de que nadie pueda fabricar dichos artificios, salvo él ó quien su licencia hubiere (parece que es por diez años), por la que pueda llevar derecho de 5 rs. de plata por el primer artificio, y medio excelente de oro por el segundo, acatando el provecho que dello se sigue, é asimesmo porque sea ejemplo a otros de buscar nuevas industrias é se ejercitar en ellas á bien é pro comun

Despues que descubierto el Nuevo-Mundo se creó en Sevilla la casa y tribunal de la contratacion de las Indias, se la encargó entre otros negocios el de mantener cátedras de matemáticas, cosmografia y náutica, y la fábrica de cartas é instrumentos, para facilitar y promover los progresos de la navegacion. Asi es que intervino en varias invenciones útiles, como en los forros de metal de los buques, en los métodos de desalar el agua del mar, y en las mejoras de las bombas para extraer, la que

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Rios, Disc. sobre los ilustres autores é inventores de artillería, Part. 2.2, art. 1.—Memorias de la Real Acad. de la Hist., tom. IV. 2 Arch. de la ciudad de Sevilla, lib. 1 de cédulas Reales, fol. 382, segun los extractos de Muñoz.

se introduce abordo, como se verá en el siguiente extracto de un expediente que se conserva en el archivo general de Indias '.

Bombas de achicar, de Diego Ribero.

Diego Ribero, cosmógrafo y maestro de instrumentos náuticos 2, propuso al emperador una nueva invencion suya de bombas de metal para achicar el agua de las naos. Admitida la propuesta con todas sus varias condiciones, se le expidió la correspondiente Real cédula con fecha en Granada á 9 de Noviembre de 1526, y por ella se le hizo merced de 600 mrs. de pension segun pedia sobre su sueldo de 300, siempre que por el experimento que se hicfese en la Coruña ó Sevilla acreditase las ventajas de su invento; concediéndole ademas, bajo este mismo supuesto, el privilegio exclusivo por doce años de surtir de dichas bombas á los buques de guerra y mercantes españoles. Confirmóse esta Real cédula por otra de la reina dada en Ocaña á 11 de Marzo de 1531; y por otras, tambien de la reina, expedidas en Medina del Campo á 13 de Octubre y 4 de Noviembre, se mandó á los jueces de la casa de contratacion de Indias en Sevilla que hiciesen examinar las nuevas bombas, y del resultado diesen cuenta al consejo. Hízose la prueba con dos de ellas, de distinta dimension, el dia 25 del propio Noviembre en la nao Santa María del Espinar, á presencia del factor, contador y escribano de aquel juzgado, por cinco peritos (cómitre, maestres é marineros, y personas sabias y aspertas en el arte del marear), quienes declararon, bajo juramento, las excelencias y la superioridad que tenian estas bombas sobre las que se usaban de madera, por la mucho mayor cantidad de agua que aquellas extraian, por su forma y materia, y por su mas fácil acomodo, manejo y conservacion, afir

mando que la nao que las llevase iria mas segura de mar é de artillería; cuyo dictámen apoyaron los jueces presenciales, añadiendo que á su entender echaban mas agua de lo que decian los peritos, porque sale con gran furia é violencia, é asi es mas cantidad el agua que sale de la que paresce. Visto este informe por el consejo de las Indias, se mandó al expresado tribunal por otra Real cédula de la reina, dada en Medi

1 Legajo 4.° de pleitos de fiscales, pieza rotulada: Consejo: año de 1533: Diego de Oliver, por sí y en nombre de los hijos y herederos de Diego Ribero, con el Sr. Fiscal, sobre el cumplimiento de cierto asiento.

2 Por Real cédula dada en Valladolid á ́10 de Junio de 1523 fué nombrado cosmógrafo de S. M. y maestro de hacer cartas, astrolabios y otros instrumentos de navegacion, con 309 mrs, de sueldo anual.

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