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»tos indios que yo traigo muchas veces le entiendo una » cosa por otra al contrario, ni fio mucho dellos porque » muchas veces han probado á fugir. Mas agora placien» do á nuestro Señor veré lo mas que yo pudiere, y po» co á poco andaré entendiendo y conosciendo, y faré » enseñar esta lengua á personas de mi casa, porque veo »ques toda la lengua una fasta aquí; y despues se sabrán » los beneficios, y se trabajará de hacer todos estos pueblos cristianos porque de ligero se hará, porque ellos »no tienen secta ninguna ni son idólatras, y vuestras Al»tezas mandarán hacer en estas partes ciudad é fortale»za, y se convertirán estas tierras. Y certifico á vuestras » Altezas que debajo del sol no me parece que las pue» de haber mejores en fertilidad, en temperancia de frio » y calor, en abundancia de aguas buenas y sanas, y no » como los rios de Guinea que son todos pestilencia, por» que, loado nuestro Señor, hasta hoy de toda mi gente no "ha habido persona que le haya mal la cabeza ni estado » en cama por dolencia, salvo un viejo de dolor de pie» dra, de que él estaba toda su vida apasionado, y lue"go sanó al cabo de dos dias. Esto que digo es en todos » tres navíos. Así que placerá á Dios que vuestras Altezas enviarán acá ó vernán hombres doctos, y verán "despues la verdad de todo. Y porque atrás tengo ha

blado del sitio de villa é fortaleza en el rio de Mares "por el buen puerto y por la comarca; es cierto que » todo es verdad lo que yo dije, mas no ha ninguna com» paracion de allá aquí, ni de la mar de nuestra Señora; "porque aquí debe haber infra la tierra grandes pobla»ciones y gente innumerable y cosas de grande prove» cho, porque aquí y en todo lo otro descubierto, y ten"go esperanza de descubrir antes que yo vaya á Casti» lla, digo que terná la cristiandad negociacion en ellas, » cuanto mas la España á quien debe estar sujeto todo. » Y digo que vuestras Altezas no deben consentir que

1 De esta mala ó equivocada inteligencia resultan en esta relacion muchos nombres mal expresados.

2 El puerto de las Nuevitas.

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2

I

aquí trate ni faga pie ningun extrangero, salvo cató», licos cristianos, pues esto fue el fin y el comienzo del » propósito que fuese por acrecentamiento y gloria de la Religion cristiana, ni venir á estas partes ninguno que » no sea buen cristiano." Todas son sus palabras. Subió allí por el rio arriba y halló unos brazos del rio, y rodeando el puerto halló á la boca del rio estaban unas arboledas muy graciosas como una muy deleitable huerta, y allí halló una almadia ó canoa hecha de un madero tan grande como una fusta de doce bancos, muy hermosa, varada debajo de una atarazana ó ramada hecha de madera y cubierta de grandes hojas de palma, por manera que ni el sol ni el agua le podian hacer daño; y dice que allí era el propio lugar para hacer una villa ó ciudad y fortaleza por el buen puerto, buenas aguas, buenas tierras, buenas comarcas y mucha leña.

Miercoles 28 de Noviembre.

Estúvose en aquel puerto aquel dia porque llovia y hacia gran cerrazon, aunque podia correr toda la costa con el viento que era Sudueste y fuera á popa, pero porque no pudiera ver bien la tierra, y no sabiéndola es peligroso á los navíos, no se partió. Salieron á tierra la gente de los navíos á lavar su ropa, entraron algunos de ellos un rato por la tierra adentro, hallaron grandes poblaciones y las casas vacías, porque se habian huido todos. Tornáronse por otro rio abajo, mayor que aquel donde estaban en el puerto.

Jueves 29 de Noviembre.

Porque llovia y el cielo estaba de la manera cerrado no se partió. Llegaron algunos de los cristianos á otra poblacion cerca de la parte de Norueste, y hallaron

I Véase con cuanto fundamento apoyaron nuestras leyes de Indias este consejo de Colon, tanto mas imparcial cuanto era dado por un extrangero, aunque ya naturalizado en España.

2 El de Baracoa.

en las casas á nadie ni nada; y en el camino toparon con un viejo que no les pudo huir: tomáronle y dijéronle que no le querian hacer mal, y diéronle algunas cosillas del resgate y dejaronlo. El Almirante quisiera vello para vestillo y tomar lengua dél, porque le contentaba mucho la felicidad de aquella tierra y disposicion que para poblar en ella habia, y juzgaba que debia de haber grandes poblaciones. Hallaron en una casa un pan de cera, que trujo á los Reyes, y dice que donde cera hay tambien debe haber otras mil cosas buenas. Hallaron tambien los marineros en una casa una cabeza de hombre dentro en un cestillo, cubierto con otro cestillo, y colgado de un poste de la casa, y de la misma manera hallaron otra en otra poblacion. Creyó el Almirante que debia ser de algunos principales del linage, porque aquellas casas eran de manera que se acogen en ellas mucha gente en una sola, deben ser parientes descendientes de uno solo.

Viernes 30 de Noviembre.

y

No se pudo partir por quel viento era levante muy contrario á su camino, Envió ocho hombres bien armados

y con ellos dos indios de los que traía para que viesen aquellos pueblos de la tierra dentro, y por haber lengua. Llegaron á muchas casas y no hallaron á nadie ni nada, que todos se habian huido. Vieron cuatro mancebos questaban cavando en sus heredades, así como vieron los cristianos dieron á huir, no los pudieron alcanzar. Anduvieron diz que mucho camino. Vieron muchas poblaciones y tierra fertilísima, y toda labrada y grandes riberas de agua, y cerca de una vieron una almadia ó canoa de noventa y cinco palmos de longura de un solo madero, muy hermosa, y que en ella cabrian y navegarian ciento y cincuenta personas.

I Esta cera vino allí de Yucatan, y por esto creo que esta tierra es Cuba. Casas.

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Sabado 10 de Diciembre.

No se partió por la misma causa del viento contrario, y porque llovia mucho. Asentó una cruz grande á la entrada de aquel puerto que creo llamó el Puerto Santo, sobre unas peñas vivas. La punta es aquella questá á la parte del Sueste, á la entrada del puerto, y quien hobiere de entrar en este puerto se debe llegar mas sobre la parte del Norueste á aquella punta que sobre la otra del Sueste; puesto que al pie de ambas, junto con la peña, hay doce brazas de hondo y muy limpio: mas á la entrada del puerto, sobre la punta del Sueste, hay una baja que sobreagua, la cual dista de la punta tanto que se podria pasar entre medias, habiendo necesidad, porque al pie de la baja y del cabo todo es fondo de doce y de quince brazas, y á la entrada se ha de poner la proa al Sudueste.

Domingo 2 de Diciembre.

Todavía fue contrario el viento y no pudo partir; dice que todas las noches del mundo vienta terral, y que todas las naos que allì estuvieren no hayan miedo de toda la tormenta de mundo, porque no puede recalar dentro por una baja que está al principio del puerto &c. En la boca de aquel rio diz que halló un grumete ciertas piedras que parecen tener oro, trújolas para mostrar á los Reyes. Dice que hay por allí á tiro de lombarda grandes

rios.

Lunes de Diciembre.
3

Por causa de que hacia siempre tiempo contrario no partia de aquel puerto, y acordó de ir á ver un cabo muy hermoso un cuarto de legua del puerto de la parte del Sueste fue con las barcas y alguna gente armada: al pie

:

I Es el de Baracoa.

2 Hay en efecto este bajo en la punta S. E. de la entrada de este puerto, que está descrita con mucha exact.tud.

del cabo habia una boca de un buen rio, puesta la proa al Sueste para entrar, y tenia cien pasos de anchura: tenia una braza de fondo á la entrada ó en la boca; pero dentro habia doce brazas, ó cinco, y cuatro, y dos, y cabrian en él cuantos navíos hay en España. Dejando un brazo de aquel rio fue al Sueste y halló una caleta en que vido cinco muy grandes almadias que los indios llaman Canoas, como fustas muy hermosas y labradas que diz era placer vellas, y al pie del monte vido todo labrado. Estaban debajo de árboles muy espesos, y yendo por un camino que salia á ellas, fueron á dar á una atarazana muy bien ordenada y cubierta que ni sol ni agua no les podia hacer daño, y debajo della habia otra canoa hecha de un madero como las otras, como una fusta de diez y siete bancos: era placer ver las labores que tenia y su hermosura. Subió una montaña arriba, y despues hallóla toda llana y sembrada de muchas cosas de la tierra, y calabazas, que era gloria vella; y en medio della estaba una gran poblacion: dió de súbito sobre la gente del pueblo, y como los vieron hombres y mugeres dan de huir. Aseguróles el indio que llevaba consigo de los que traía diciendo, que no hobiesen miedo que gente buena era. Hízolos dar el Almirante cascabeles y sortijas de laton y contezuelas de vidrio verdes y amarillas, con que con que fueron muy contentos. Visto que no tenian oro ni otra cosa preciosa, y que bastaba dejallos seguros y que toda la comarca era poblada y huidos los demas de miedo; y certifica el Almirante á los Reyes que diez hombres hagan huir á diez mil : tan cobardes y medrosos son que ni traen armas salvo unas varas, y en el cabo dellas un palillo agudo tostado; acordó volverse. Dice que las varas se las quitó todas con buena maña, resgatándoselas de manera que todas las dieron, Tornados adonde habian dejado las barcas envió ciertos cristianos al lugar por donde subieron, porque le habia parecido que habia visto un gran colmenar; antes que viniesen los que habia enviado ayuntáronse muchos in

Rio Boma.

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