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ria quitar lo que sus Altezas les daban, y trabajó de me los echar acuestas, y lo hizo, y que escribiesen á sus Altezas que no me enviasen mas al cargo, y así se lo suplico yo por mí y por toda cosa mia, en cuanto no haya otro pueblo, y me ordenó él con ellos pesquisas de maldades que al infierno nunca se supo de las semejantes. Allí está nuestro Señor que escapó á Daniel y á los tres muchachos con tanto saber y fuerza como tenia, y con tanto aparejo si le pluguiere como con su gana. Supiera yo remediar todo esto y lo otro que está dicho y ha pa sado despues que estoy en las Indias, si me consintiera la voluntad á procurar por mi bien propio y me fuera honesto. Mas el sostener de la justicia y acrecentar el seño-. río de sus Altezas fasta agora, me, tiene al fondo. Hoy en dia que se falla tanto oro hay division en que haya mas ganancia, ir robando ó ir á las minas. Por una muger tambien se fallan cien castellanos como por una labranza, y es mucho en uso, y ha ya fartos mercaderes que andan buscando muchachas: de nueve á diez son agora en precio: de todas edades ha de tener un bueno. Digo que en decir yo que el Comendador no podia dar franquezas que hice yo lo que él deseaba; bien que yo á él dijese que era para dilatar fasta que sus Altezas toviesen el aviso de la tierra y tornasen á ver y mandar lo que fuese su servicio, Digo que la fuerza del maldecir de des-. concertados me ha hecho mas daño que mis servicios fecho provecho: mal ejemplo es por lo presente y por lo futuro. Fago juramento que cantidad de hombres han ido á las Indias que no merescian el agua para con Dios y con el mundo, y agora vuelven allá. Enemistólos á ellos todos, conmigo, y él parece, segun se hobo y segun sus formas, que ya lo venia y bien encendido, bien encendido, ó es que se dice que ha gastado mucho por venir á este negocio; no se dello mas de lo que oyo. Yo nunca oí que el pesquisidor allegase los rebeldes y los tomase por testigos contra aquel que gobierna á ellos y á otros sin fe, ni dignos della. Si sus Altezas mandasen hacer una pesquisa general allí vos digo yo que verian por gran maravilla como la isla

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no sé funde. - Yo creo que se acordará vuestra merced cuando la tormenta sin velas me echó en Lisbona, que fuí acusado falsamente habia ido que allá al Rey para darle las Indias. Despues supieron sus Altezas al contrario, y que todo fue con malicia. Bien que yo sepa poco: no sé quien me tenga por tan torpe que yo no conozca que aunque las Indias fuesen mias, que yo no me pudiera sostener sin ayuda de Príncipe. Si esto es así ¿ adónde puર diera yo tener mejor arrimo y seguridad de no ser echado dellas del todo que en el Rey é Reina nuestros Señores, que de nada me han puesto en tanta honra y son los mas altos Príncipes por la mar y por la tierra del mundo? los cuales tienen que yo les haya servido, é me guardan mis privilegios y mercedes, y si alguien me los quebranta sus Altezas me los acrescientan con aventaja, coino se vido en lo de Juan Aguado, y me mandar hacer mucha honra, y como dije ya sus Altezas rescibieron de mí servicios y tienen mis hijos sus criados, lo que en ninguna manera pudiera esto llegar con otro Príncipe, porque adonde no hay amor todo lo otro cesa. → Dije yo agora ansi contra un maldecir con malicia y contra mi voluntad, porque es cosa que ni en sueños debiera allegar á memoria, porque las formas y fechos del Comendador Bobadilla, con malicia las quiere alumbrar en esto: mas yo le faré ver con el brazo izquierdo que su poco saber y gran cobardía con desordenada cudicia le ha fecho caer en ello. Ya dije como yo le escrebí y á los frailes, y luego partí así como le dije muy solo, porque toda la gente estaba con el Adelantado, y tambien por le quitar de sospecha: él cuando lo supo echó á D. Diego preso en una carabela cargado de fierros, y á mi en llegando fizo otro tanto, y despues al Adelantado cuando vino. Ni le fablé mas á él ni consintió que hasta hoy nadie me haya fablado, y fago juramento que no puedo pensar por qué sea yo La primera diligencia que fizo fue á tomar el oro, el cual hobo sin medida ni peso, yo absente dijo

preso.

I

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El 4 de Marzo de 1493 de vuelta del primer viage.

que queria él pagar dello á la gente, y segun oí para sí fizo la primera parte, y envia por resgate resgatadores nuevos. Deste oro tenia yo apartado ciertas muestras, granos muy gruesos como huevos como de ánsar, de ga. Ilina y de pollas, y de otras muchas fechuras, que algunas personas tenian cogido en breve espacio, con que se alegrasen sus Altezas, y por ello comprendiesen el negocio con una cantidad de piedras grandes llenas de oro. Este fue el primero á se dar con malicia, porque sus Altezas no tuviesen este negocio en algo fasta quel tenga fecho el nido de que se dá buena priesa. El oro que está por fundir mengua al fuego: una cadena que pe saria fasta veinte marcos nunca se ha visto. Yo he sido muy agraviado en esto del oro mas aun que de las perlas, porque no las he traido á sus Altezas. El Comendador en todo lo que le pareció que me dañaria luego fue puesto en obra. Ya dije, con seiscientos mil maravedises pagara á todos sin robar á nadie y habia mas de cuatro cuentos de diezmos y alguacilazgo sin tocar en el oro. Hizo unas larguezas que son de risa, bien que creo que encomenzó en sí la primera parte: allá lo sabran sus Altezas cuando le mandaren tomar cuenta, en especial si yo estuviese á ella. El no face sino decir que se debe gran suma, y es la que yo dije y no tanto. Yo he' sido muy mucho agraviado en que se haya enviado pesquisidor sobre mí, que sepa que sepa que si la pesquisa que él enviare fuere muy grave que él quedará en el gobierno. Pluguiera á nuestro Señor que sus Altezas le enviaran á él ó á otro dos años há, porque sé que yo fuera ya libre de escándalo y de infamia, y no se me quitara mi honra ni la perdiera: Dios es justo, y ha de hacer que se sepa por qué y cómo. Allí me juzgan como Gobernador que' fue á Cecilia ó ciudad ó villa puesta en regimiento y adonde las leyes se pueden guardar por entero sin temor de que se pierda todo, y rescibo grande agravio. - Yo debo ser juzgado como Capitan que fue de España á conquistar fasta las Indias á gente belicosa y mucha, y de costumbres y seta á nos muy contraria: los cuales viven

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por sierras y montes, sin pueblo asentado ni nosotros; y adonde por voluntad Divina he puesto só el señorío del Rey é de la Reina nuestros Señores otro mundo; y por donde la España, que era dicha pobre, es la mas rica.Yo debo ser juzgado como Capitan que de tanto tiempo fasta hoy trae las armas á cuestas sin las dejar una hora, y de Caballeros de conquistas y del uso, y no de letras, salvo si fuesen de Griegos ó de Romanos, ó de otros modernos de que hay tantos y tan nobles en España, ca de otra guisa rescibo grande agravio porque en las Indias. no hay pueblo ni asiento. -Del oro y perlas ya está abierta la puerta y cantidad de todo, piedras preciosas y especería, y de otras mil cosas se pueden esperar firmemente; y nunca mas mal me viniese como con el nombre de Nuestro Señor le daria el primer viage, así como diera la negociacion del Arabia feliz fasta la Meca, como yo escribí á sus Altezas con Antonio de Torres en la respues ta de la reparticion del mar é tierra con los Portogueses: y despues viniera á lo de polo artíco, así como lo dije y dí por escripto en el monesterio de la Mejorada, vas del oro que yo dije que daria son que dia de Navividad, estando yo muy afligido guerreado de los malos Cristianos y de Indios, en términos de dejar todo y escapar si pudiese la vida; me consoló nuestro Señor milagrosamente y dijo: esfuerza, no desmayes ni temas: yo proveeré en todos los siete años del término del oro no son pasados, y en ello y en lo otro te daré remedio * Ese dia supe que habia ochenta leguas de tierra, y en todo cabo dellas minas; el parecer agora es que sea toda una. Algunos han cogido ciento y veinte castellanos en un dia, otros noventa, y se ha llegado fasta docientos y cincuenta. De cincuenta fasta setenta, y otros muchos de veinte fasta cincuenta, es tenido por buen jornal y muchos lo continuaban: el comun es seis fasta doce, y quien de aquí abaja no es contento. Parece tambien que estas minas son como las otras que responden en los dias no

Véase la Hist. del Almirante por Hern. Colon, cap. 84.

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igualmente; las minas son nuevas y los cogedores. El parecer de todos es que aunque vaya allá toda Castilla, que por torpe que sea la persona, que no abajará de un castellano ó dos cada dia, y agora es esto así en fresco. Es verdad que el que tiene algun indio coge esto, mas el negocio consiste en el Cristiano. Ved que discrecion fue de Bobadilla dar todo por ninguno y cuatro cuentos de diezmos sin causa ni ser requerido, sin primero lo notificar á sus Altezas; y el daño no es este solo. Yo sé que mis yerros no han sido con fin de facer mal, y creo que sus Áltezas lo creen así como yo lo digo; y sé y veo que usan de misericordia con quien maliciosamente los desirve. Yo creo y tengo por muy cierto que muy mejor y mas piedad harán conmigo que caí en ello con inocencia y forzosamente, como sabran despues por entero, y el cual soy su fechura, y mirarán á mis servicios y cognoscerán de cada dia que son muy aventajados. Todo pornan en una balanza, así como nos cuenta la Santa Escriptura que será el bien con el mal en el dia del juicio. Si todavía mandan que otro me juzgue, lo cual no espero, y que sea por pesquisa de las Indias, humilmente les suplico que envien allá dos personas de consciencia y honrados á mi costa, los cuales fallaran de ligero agora que se halla el oro cinco marcos en cuatro horas, con esto é sin ello es muy necesario que lo provean.-El Comendador en llegando á Santo Domingo se aposentó en mi casa; así como la falló así dió todo por suyo : vaya en buena hora, quizá lo habia menester: cosario nunca tal usó con mercader. De mis escripturas tengo yo mayor queja que así me las haya tomado, que jamas se le pudo sacar una, y aquellas que mas me habian de aprovechar en mi disculpa esas tenia mas ocultas. Ved que justo y honesto pesquisidor. Cosa de cuantas él haya hecho me dicen que haya seido con término de justicia, salvo absolutamente. Dios

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Así dice tambien D. H. Colon en el cap. 85 de la historia del

Almirante.

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