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velase una noche en Santa Clara de Moguer, é hiciese decir una misa, para lo cual se tornaron á echar los garbanzos con el de la cruz, y cayó la suerte al mismo Almirante. Despues desto el Almirante y toda la gente hicieron voto de en llegando á la primera tierra ir todos en camisa en procesion á hacer oracion en una iglesia que fuese de la invocacion de nuestra Señora.

Allende los votos generales ó comunes cada uno hacia en especial su voto, porque ninguno pensaba escapar, teniéndose todos por perdidos, segun la terrible tormenta que padecian. Ayudaba á acrecentar el peligro que venia el navío con falta de lastre, por haberse alivianado la carga, siendo ya comidos los bastimentos, y el agua y vino bebido, lo cual por cudicia del próspero tiempo que entre las islas tuvieron, no proveyó el Almirante, teniendo propósito de lo mandar lastrar en la Isla de las Mugeres, á donde lleva propósito de ir. El remedio que para esta necesidad tuvo fue, cuando hacerlo pudieron, henchir las pipas que tenian vacias de agua y vino, de agua de la mar, y con esto en ella se remediaron.

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Escribe aquí el Almirante las causas que le ponian temor de que allí nuestro Señor no quisiese que pereciese y otras que le daban esperanza de que Dios lo habia de llevar en salvamento, para que tales nuevas como llevaba á los Reyes no pereciesen. Pareciale quel deseo grande que tenia de llevar estas nuevas tan grandes, y mostrar que habia salido verdadero en lo que habia dicho y proferidóse á descubrir, le ponia grandísimo miedo de no lo conseguir, y que cada mosquito, diz, que le podia perturbar é impedir. Atribúyelo esto á su poca fe y desfallecimiento de confianza de la Providencia Divina, Confortábale por otra parte las mercedes que Dios le habia hecho en dalle tanta victoria, descubriendo lo que descubierto habia, y complídole Dios todos sus deseos, habiendo pasado en Castilla en sus deseos, habiendo pasado en Castilla en sus despachos muchas adversidades y

I Debe ser llevaba ó llevó.

contrariedades. Y que como antes hobiese puesto su fin y enderezado todo su negocio á Dios, y le habia oido y dado todo lo que le habia pedido, debia creer que le daria cumplimiento de lo comenzado y le llevaria en salvamento. Mayormente que pues le habia librado á la ida cuando tenia mayor razon de temer de los trabajos que con los marineros y gente que llevaba, los cuales todos á una voz estaban determinados de se volver y alzarse contra él haciendo protestaciones, y el eterno Dios le dió esfuerzo y valor contra todos, y otras cosas de mucha maravilla que Dios habia mostrado en él y por él en aquel viage, allende aquellas que sus Altezas sabian de las personas de su casa. Así que (dice) que no debiera temer la dicha tormenta. Mas su flaqueza y congoja (dice él) no me dejaba asentar la anima. Dice mas, que tambien le daba gran pena dos hijos que tenia en Córdoba al estudio, que los dejaba huérfanos de padre y madre en tierra estraña, y los Reyes no sabian los servicios que les habia en aquel viage hecho, y nuevas tan prósperas que les llevaba para que se moviesen á los remediar. Por esto, y porque supiesen sus Altezas como nuestro Señor le habia dado victoria de todo lo que deseaba de las Indias, y supiesen que ninguna tormenta habia en aquellas partes, lo cual dice que se puede cognoscer por la yerba y árboles questan nacidos y crecidos hasta dentro en la mar, y porque si se perdiese con aquella tormenta los Reyes hobiesen noticia de su viage, tomó un pergamino y escribió en él todo lo que pudo de todo lo que habia hallado, rogando mucho á quien lo hallase que lo llevase á los Reyes. Este pergamino envolvió en un paño encerado, atado muy bien, y mandó traer un gran barril de madera, y púsolo en él sin que ninguna persona supiese que era, sino que pensaron todos que era alguna devocion, y así lo mandó echar en la mar. Despues con los aguaceros y turbionadas se mudó el viento al Oueste,

I El original dice asensar. Parece debe ser asentar o asosegar. 2 D. Diego y D. Hernando Colon, á quienes cuando el padre emprendió el segundo viage dejó ya de pages del Príncipe D. Juan.

yandaria así á popa'solo con el trinquete cinco horas con la mar muy desconcertada y andaria dos leguas y inedia al Nordeste. Habia quitado el papahigo de la vela: mayor por miedo que alguna onda de la mar no se lo lle vase del todo el si obilior yum ad Loup y ridob bela og Kiernes 15 de Hebreros la hech o quash obil & loa Id.R

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Ayer despues del sol puesto comenzó á mostrarse claro el cielo de la banda del Oueste, y mostraba que queria de hácia allíventar: dió la boneta á la vela mayor: todavía era la mar altísima, aunque iba algo bajándose: anduvolal Lesnordeste cuatro millas por hora y en trece horas del noche fueron trece leguas. Despues deb sol salido vieron tierra: pareciales por proa al Lesnordeste, algunos decian que era la Isla de la Madera, otros que era la Roca de Cintra en Portugal, junto á Lisboa. Saltó luego el viento por proa Lesnordeste, y la mar venia muy alta del Oueste, habria de la carabelacál la tierra cinco leguas. El Almirante por su navegación se hallaba estar con las islas de los Azores, y creia que aquella era una dellas: los pilotos y marineros se hallaban ya con tierra de Castilla.nidatorp af om 0 cm GLIT chaqman laudded onos re'slikunum se sap v, zobu ng dans 201

Sabado 16 de Hebrero.

Toda esta noche anduvo dando bordos por encavalgar la tierra que ya se cognoscia ser isla, á veces iba al Nordeste, otras lal Nornordeste, hasta que salió el sob que tomó la vuelta del Sur por llegar á la isla que ya no vian por la gran cerrazon,dy vido por popa otra isla que distaria ocho leguas. Despues del sol salido hasta la noche anduvo dando vueltas por llegarse á la tierra com el mucho viento y mar que llevaba. Al decir la salve, ques á boca de noche, algunos vieron lumbre de sotavento, y parecia que debia ser la isla que vieron ayer

Boneta. El pedazo de vela ó vela pequeña que ordinariamente se cortaba la del trinquete al tercio y la de la mayor al cuartó, y se unia por los ollaos al papahigo para andar mas.

TOMO I.

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primero; y toda la noche anduvo barloyenteando y alle gándose lo mas que podia para ver si al salir del sol via alguna de las islas. Esta noche reposó el Almirante algo porque desde el Miercoles no habia dormido ni podido: dormir, y quedaba muy tollido de las piernas por estar siempre desabrigado al frio y al agua, y por el poco comer. El sol salido navegó al Sursudueste, y á la noche llegó á la isla, y por la gran cerrazón no pudo cognoscer qué isla era.

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Lunes 18 de Hebrero...

Ayer despues del sol puesto anduvo rodeando la isla para ver donde habia de surgir y tomar lengua: surgió con una ancla que luego perdió: tornó á dar la vela y barloventeó toda la noche. Despues del sol salido llegó otra vez de la parte del norte de la isla, y donde le pa reció surgió con un ancla, y envió la barca en tierra, y hobieron habla con la gente de la isla, y supieron como era la Isla de Santa Maria, una de las de los Azores, y enseñáronles el puerto donde habian de poner la carabelay y dijo la gente de la isla que jamás habian visto tanta tormenta como la que habia hecho los quince dias pasados, y que se maravillaban como habian escapado; los cuales (diz que) dieron muchas gracias a Dios, y hicieron muchas alegrías por las nuevas que sabian de haber et Almirante descubierto las Indias. Dice el Almirante que aquella su navegacion habia sido muy cierta, y que habia carteado bien, que fuesen dadas muchas gra cias á nuestro Señor, aunque se hacia algo delantero; pero tenia por cierto questaba en la comarca de las islas de los Azores, y que aquella era una dellas. Y diz que fingió haber andado mas camino por desatinar á los pi Lotos y marineros que carteaban, por quedar el Señor de aquella derrota de las Indias, como de hecho queda, por que ninguno de todos ellos traía su camino cierto, por lo

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Esto fue el Domingo 17 de Febrero 11 in sqring 1 h

El Puerto de San Lorenzo uban say thongay l

cual ninguno puede estar seguro de su derrota para las Indias.

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Martes 19 de Hebrero.

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Despues del sol puesto vinieron á la ribera tres hombres de la isla y llamaron: envióles la barca, en la cual vinieron y trujeron gallinas y pan fresco, y era dia de Carnestolendas, y trujeron otras cosas que enviaba el capitan de la isla, que se llamaba Juan de Castañeda, diciendo que lo conocia muy bien, y que por ser noche no venia á vello; pero que en amaneciendo vendria y traeria mas refresco, y traeria consigo tres hombres que allá quedaban de la carabela, y que no los enviaba por el gran placer que con ellos tenia oyendo las cosas de su viage. El Almirante mandó hacer mucha honra á los mensageros, y mandóles dar camas en que durmiesen aquella noche, porque era tarde y estaba la poblacion lejos. Y porque el Jueves pasado, cuando se vido en la angustia de la tormenta, hicieron el voto y votos susodichos, y el de que en la primera tierra donde hobiese casa de nuestra Señora saliesen en camisa &c. acordó la mitad de la gente fuese á complillo á una casita questaba junto con la mar como ermita, y él íria despues con la otra mitad. Viendo que era tierra segura, y confiando en las ofertas del Capitan y en la paz que tenia Portugal con Castilla, rogó á los tres hombres que se fuesen á la poblacion y hiciesen venir un clérigo para que les dijese una misa. Los cuales idos en camisa en cumplimiento de su romería, y estando en su oracion, saltó con ellos todo el pueblo á caballo y á pie con el Capitan -y prendiéronlos á todos. Despues estando el Almirante sin sospecha esperando la barca para salin él á cumplir su romería con la otra gente hasta las once del dia, viendo que no venian sospechó que los detenian ó que la barca se había quebrado, porque toda la isla está cercada de peñás muy altas. Esto no podia ver el Almirante porque la er mita estaba detras de una punta, Levantó el ancla y dió la vela hasta en derecho de la ermita, y vido muchos

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