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por las mercedes que nos hace, y esperar en él que así como nos ha dado tan buena ocasion de bajar el orgullo al comun enemigo con gran beneficio universal de la cristiandad y reputacion de los coligados, nos dará su favor para el efecto, si de nuestra parte gozamos della como debemos. De la mia haré lo que pudiere, y con los prudentes consejos y preceptos de Vm. creo que se ha de acertar en todo, á quien nuestro Señor traiga en salvamento y con salud. Yo quedo con ella á Dios gracias, que guarde la muy ilustre persona de Vm. como desea. De Mesina á 22 de diciembre de 1571-A servicio de Vm-D. Juan.

Copia de capítulo de carta que S. M. escribió al Serenísimo Señor D. Juan, y envió S. A. á D. García, acerca de las galeras que S. M. mandaba enviar á España para trasporte de tres mil infantes.

San Lorenzo 22 de diciembre de 1571.

Porque para enviar los tres mil infantes españoles, que como por otra se os escribe se han de levantar mas adelante para el cumplimiento de los cinco mil que se piensan enviar en naves este invierno lo mas presto que se pudiere; será bien que tengais cuenta con esto para que envieis la cantidad de galeras que os parecerá que serán necesarias para este efecto: advirtiendo que las cuatro de Negron que han venido á Génova y habian de llevar la muger y casa del Comendador mayor de Castilla, converná que esperen á las demas que habeis de enviar con estotras cosas, y que vengan juntas y lleven la dicha gente; que así se ordena con este á Génova que se haga y advierte al Comendador mayor de Castilla para que lo tenga entendido: y avisarmehéis á qué tiempo enviaréis

las galeras, que cuanto mas temprano será mejor, porque para entonces se hagan los tres mil hombres porque no se pierda tiempo.

Carta de D. García de Toledo á D. Juan de Austria.

Pisa 23 de diciembre de 1571.

Habla de su ida cerca de la persona de S. A. y demas que comprende la carta del dia 3 de este mismo mes con el dictámen que le acompañaba, relativo á la expedicion general y otras empresas que se intentaban para el año siguiente.

Serenísimo Señor-Todas las cartas que V. A. ha sido servido mandarme escribir desde que volvió de la jornada hasta los 3 de este que es la última que me hallo de V. A., he recibido juntamente con los treslados de las de V. A. para S. M. de 11 y 25 del pasado, y ansí mismo el parecer de V. A. y apuntamientos del Cardenal de Granvela y del Comendador mayor acerca lo que en nombre de S. M. se ha de proponer y tratar en Roma con su Santidad y venecianos tocante á las fuerzas que se hubieren de juntar para los efectos que V. A. ha de hacer, placiendo á nuestro Señor, con el armada de la liga el año que viene, que espero han de ser muy grandes. Beso infinitas veces las manos á V. A. por todo ello, y particularmente por el contentamiento que V. A. me dice le quedaba de lo que S. M. me tiene mandado sobre mi ida á esa ciudad á servir á V. A., que todas son tan señaladas mercedes y favores que solo con la voluntad y aficion que yo tengo al servicio de V. A., puedo por mi parte corresponder á ellas, ya que valgo tan poco para servillas con obras, mayormente acompañado de tantas enfermedades; y ansí no obstante que ninguna mer

ced pudo S. M. concederme mayor ni de mas satisfac— cion para mí que el mandarme ir á servir á V. A. como por otra mia lo escribí mas largo á V. A. en 24 de octubre, juntamente con el deseo con que estaria aguardando las galeras para ponello por obra; habiéndose tenido por acá dos ó tres dias despues desto, aviso de la victoria que nuestro Señor habia sido servido de dar á V. A., y en el mismo tiempo removídoseme tambien á mí mi mal de asma, teniendo por cierto que con este nuevo suceso haria S. M. fácilmente nuevas provisiones, y que de la misma manera conforme á ellas podria quizá cesar tambien mi ida, me pareció así por asegurarme de esto y saber de nuevo la voluntad de S. M. en este negocio, como porque entendiese S. M. mas particularmente mi poca salud, despachalle un correo dándole cuenta della, de lo que yo habia escrito á V. A acerca lo de las galeras que se me han mandado enviar, y de lo que yo pensaba que este viaje cesaba por la causa que digo y por mi enfermedad, para que entendido S. M. todo esto entretanto que llegasen las galeras pudiese de nuevo mandarme lo que mas fuese su servicio; y con haber ya cerca de mes y medio que mi correo llegó á la córte con este despacho, aun no he tenido respuesta, de que estoy muy maravillado, y me confirma esta tardanza mas en que S. M. por las causas que digo habrá mandado hacer mejor provision; pero de cualquiera manera me parece que de veinte ó veinte y cinco dias á esta parte pudiera haber tenido la respuesta, y el haberla estado aguardando todo este tiempo por horas, me ha hecho ir dilatando el hacer esto, para en conformidad della y del discurso que hiciese mi mal, que ha cerca de dos meses que me tiene trabajadísimo, poder escribir á V. A. con

resolucion en este particular; pero viendo que esta respuesta tarda ya demasiado, y que mi asma me tiene todavía asido, no me ha parescido alargallo mas el dar cuenta á V. A. de lo que en esto pasa para que teniéndolo V. A. entendido no se me mande dar mas culpa de la que se me habrá dado por el silencio causado de lo que digo.

El capitan Luis de Acosta como creo lo habrá V. A. entendido por sus mismas cartas, llegó en Liorna con las seis galeras que trae á cargo á los 9 deste: escribióme desde allí luego la órden que traia de V. A. para pasar á Génova á tomar el dinero y lo demas que se le habia mandado, y habiéndole yo respondido que aguardaba esta respuesta de S. M., le pareció que si entretanto que él se acabase de despachar de lo que tenia que hacer en Génova, yo no la tuviese y fuese necesario detenerse, era bien se entretuviese allí mismo con las galeras, siendo lugar mas proveido que Liorna de lo que podria ser necesario para la provision dellas; y así me lo pareció á mí tambien y le escrebí que en teniendo aviso de S. M. le despacharia luego un correo en diligencia como lo haré; y viendo que esto se dilata tanto, aunque tuve la semana pasada una carta suya en que me dice no estaba aun despachado de juntar cierta cantidad de marineros que V. A. le ha mandado lleve para esas galeras, todavía siento yo mucho esta tardanza, si bien no puedo persuadirme que dentro de seis ó ocho dias no haya de llegar esta respuesta; y el mismo capitan habrá avisado tambien á V. A. como no fué necesario hacerse en Liorna ninguna diligencia en la desembarcacion y aviamiento de los soldados italianos de la coronelía de Segismundo de Gonzaga como V. A. lo tenia mandado, que por el viaje me parece se fueron quedando todos.

Cuanto á lo que V. A. me manda que yo avise al Comendador mayor y al embajador D. Juan de Zúñiga mi parecer cerca lo que se ha de tratar en Roma, luego que yo recibí la primera carta de V. A. en que se me mandaba esto, respondiendo á otra del mismo embajador que me habia escripto sobre esta misma materia, dije en sustancia que yo tenia por cierto como arriba digo, que con tan gran victoria S. M. haria facilmente nuevos desiños, y que conforme á ellos daria nuevas órdenes, y que hasta saber la voluntad de S. M. en este particular, me parecia acertadísimo lo que V. A. mandaba por aquel mismo despacho, que se fuese alargando lo mas que se pudiese la plática en Roma, á donde llegó de alli á pocos dias el Comendador mayor y por sus cartas me ha pedido lo mismo, que yo le avisase lo que se me ofrescia, á quien respondí la semana pasada que hallándome tan fatigado, en ninguna manera pudiera hacello á mi satisfaccion, y que así por esto como por no saber muchas particularidades que hay entre los coligados y tener tambien por cierto que en Roma habrian tenido luz de la voluntad de S. M. con el correo de los 27 del pasado que iba despachado á V. A., lo dejaba de hacer reservándolo para luego que me sintiese mejor si para entonces fuese menester; pero habiendo visto despues los apuntamientos que el mismo y el Cardenal de Granvela hicieron en Nápoles, y particularmente las respuestas y parecer de V. A. que es la mejor cosa que haya visto en mi vida, parésceme que se ha abrazado y discurrido esta materia tan prudentemente y con tan particular consideracion en todo, que no sabria yo al presente qué podria por mi parte acordar ni añadir á ella, mayormente teniéndome este mi mal tan trabajado, aunque de cualquier manera no deja

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