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su mano no escribia á Vm., y le agradecia la relacion que en su carta le hace del estado en que estan las cosas del campo de S. M.

y

Con harta pena estamos todos y su Alteza mas de que nos hayan tomado estas carasas de franceses en este reino á donde es menester mirar tanto en la salida dél como se ha mirado en la entrada. Los negocios de aquí no están en términos para dejallos porque cada dia se descubren estropiezos que es menester no huillos el rostro. Y aunque ellos muestran gran contentamiento con el Rey, no dejan por eso de estar á la mira de como pone los pies de como harán sus negocios. Hay gran division entre los del Consejo, y entiendo que estan partidos; y si esto se dejase envejecer, creo que causaria un gran daño. S. A. va mirando por qué medio los podrá confederar y hacer amigos. Comenzará esta obra haciéndoles primero la merced de las pensiones que S. M. tiene señaladas que se den á las personas deste reino, y dando algunas joyas á las mugeres destos Señores que aquí se han hallado, y tomando algunos hijos destos en su servicio.

Ya escribí á Vm. en otra carta como se le habian señalado oficiales mayores y menores, los cuales nos estaban esperando en Antona y no nos quisieron dejar servir, y andaba una confusion muy grande. Todo se hizo como ellos quisieron. Y ellos mismos van entendiendo ya la cosa y se avienen muy bien con nosotros, de manera que me parece que con el buen medio que S. A. dará en todo, quedarán todos muy contentos.

Por cierto que en sus gestos de todos se conoce gran contentamiento y procuran de contentarnos mucho, de manera que si así va, todos nos aternémos muy bien. TOMO III.

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Hay grandes ladrones entre ellos y roban á ojos vistas. Esta ventaja hacen á los españoles, que nosotros lo hacemos con maña y ellos por fuerza.

La Reina tiene gran contentamiento del Rey, y el Rey está contentísimo della y trabaja de dallo á entender porque no se pierde nada de su parte de lo que se debe hacer.

Fué gran coyuntura la merced que S. M. hizo al Rey del reino de Nápoles, y ansí lo han tenido acá en mucho, y convino porque con la esperanza de recebir estos mas mercedes están mas contentos; y mia fé, aunque en todas partes sirve mucho el interés, en esta mas que en todas las del mundo, porque no se hace nada bien sino es con dinero en mano, y deste traemos todos tan poco, que no sé si nos vienen á caer en ello si escaparémos con vida, al menos sin honra podrá ser, porque nos darán mil palos.

La Princesa de Portugal envió un gran presente á la Reina, de vestidos y tocados, y la Reina les estuvo mirando y holgando con ellos de manera que agora (1) no ha acabado. Paréceme que si usase nuestros vestidos y tocados, que se le pareceria menos la vejez y la flaqueza.

Para hablar verdad con Vm., mucho Dios es menester para tragar este caliz, y así tengo hechas grandes 'preparaciones de mi parte; y lo mejor del negocio es que el Rey lo vee y entiende que no por la carne se hizo este casamiento, sino por el remedio deste reino y conservacion destos estados. De Vincestre á 29 de julio de 1554.

(1) Hasta ahora.

Capítulo de una carta de Rui Gomez de Silva á Don Francisco Eraso secretario de S. M. De Fixamo á 12 de

agosto de 1554.

(Original)

Archivo de Simancas-Estado-Correspondencia de Inglaterra--Legajo 808.

Conducta privada de Felipe II con la Reina-Comportamiento del mismo con los Grandes de Inglaterra.

lo

El Rey está bueno; y cierto romadizo de que habia estado mal dispuesto estos dias, se le va ya aflojando. Entretiene muy bien á la Reina y sabe muy bien pasar que no es bueno en ella para la sensibilidad de la carne, y tiénela tan contenta que cierto estando el otro dia ellos dos á solas, casi le decia ella amores, y él respondia por los consonantes.

Cuanto al trato que hace á estos Señores es tal, que ellos mismos dicen que nunca han tenido Rey en Inglaterra que tan presto les haya ganado los ánimos á todos; y aunque de lo que los he tratado me parece que tienen mangos y collar de lisongeros, todavía creo lo que dicen por lo que veo que S. A. hace con ellos.

S. M. no deje en todas las cartas que escribiere á su hijo de loalle de esto y persuadille que no se canse de hacello, porque si quiere, cierto sabe hacello maravillosamente. De Fixamo á 12 de agosto de 1554.

Capítulo de carta de Gonzalo Perez á Juan Vazquez de Molina. Fecha en Londres á 4 de noviembre de 1554.

Archivo de Simancas-Estado-Correspondencia de Inglaterra-Legajo 808.

Los deste reino estan ya tanto mas blandos que Vm. no lo podria creer, y el buen tratamiento que el Rey los hace y mercedes que dél han recibido y reciben cada dia, bastaria á ablandar las piedras. Lo de la religion tiene grandísima mejoría, y agora que está llamado Parlamento y con la venida del Legado que desean mucho que entre en este reino, creo que se asentará bien así lo de la religion como lo de la justicia. Hasta entonces no hay que decir sobrello. La Reina es una santa, y así tengo por cierto que Dios nos ha de ayudar por ella, aunque es gran lástima ver á padre é hijo ausentes por acá.

(Lo que sigue es de asuntos privados.)

Carta de D. Francisco Eraso secretario de S. M. á Rui Gomez de Silva. De Anvers 29 de noviembre de 1554.

Archivo de Simancas-Estado-Correspondencia de Inglaterra-Legajo 808.

Dice que habia dado cuenta á Cárlos V de las cartas de Rui Gomez de Silva, y de la opinion que con este motivo se habia formado de la conducta de Felipe II en Inglaterra y de las cosas de aquel

reino.

Muy Ilustre Señor-Con todos los que han ido he escripto á V. S. y dado la cuenta de mi camino. Yo llegué á Bruselas el domingo pasado de mañana, y en acabando de comer fuí á palacio é dí la carta de la Magestad del

Rey al Emperador, é le hice relacion de palabra de las cosas que me parecieron necesarias en loor de nuestro amo, tocando en lo bien que se gobierna y tracta todas las cosas é el cuidado y continuacion con que negocia, y las breves expediciones y resoluciones que toma, y sus buenos deseos y propósitos y la ejecucion dellos en todo lo que es en su mano, é la prudencia con que trata lo de la religion, aunque en este punto me han querido dar á entender que si no hubieran abierto el despacho que iba para D. Juan Manrique y escrito lo que de aquí se escribió, que no hubiera habido tan buen efecto de Roma; pero yo repliqué la determinacion de los frailes y los demas que se juntaron de manera que no habia peligro. He dicho así mismo la paz en que estaba lo de allá y cuan amado y querido es el Rey de los principales y el comun, y el buen tractamiento que á todos hace junto con tener mucha cuenta con lo de la justicia, é todas (1) he publicado entre los gobernadores de las tierras por donde he pasado, é algunos gentiles hombres é mercaderes; é V. S. sea cierto sobre mí sé que el Rey tiene acá tanta reputacion é buena opinion que no desean (2) otra cosa sino verle aquí é que les gobernase, é pienso que es menester. Todas estas cosas ha oido con gran atencion S. M. extraño contentamiento, y mucho mayor de que el Rey tenga tanta cuenta con la Reina é de que todos los conocen (3) así, é entre la gente anda muy público é se maravillan dello, é es una de las cosas por donde le estiman é tienen en mucho. Finalmente habiendo dado y tomado con S. M. en esto, me respondió que él daba muchas

(1) Quizá é todo.

(2) Tal vez que no deseaban. (3) Lo conocen.

y con

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