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Santa Flor, Juan Andrea y los otros generales de las galeras, y Ascanio de la Corna, que en verdad, Señor, es una muy buena compañía y que V. E. debe tener en mucho que S. M. se la haya buscado tal que sabrán muy bien en cualquier ocurrencia dar muy buen parecer á V. E., á quien suplico yo los trate con grande amor y de manera que á ninguno haga V. E. llaga con el otro, porque tales son los soldados en esta parte que para su propio hermano y propio hijo no quieren dar de sí un dedo, antes aplicarse todo lo bueno; que como sea materia de honra la que se trata, puédese muy bien perdonar esta mala condicion.

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En las materias graves que se hobieren de tratar, pienso que se hallará V. E. muy bien si toma por estilo á estos hombres particulares ó á los mas particulares dellos, y aun á otros de menos calidad que V. E. tenga por soldados y hombres de discurso, antes de proponer la materia en consejo, familiarmente á cada uno dellos platicallo V. E. con él encomendándole el secreto, y saber del tal su opinion, porque desto se sacan muchos provechos que al que V. E. hablare en esta forma se tendrá por muy favorecido y agradescerá mucho á V. E. là confianza que dél hace: el tal dirá libremente á V. E. lo que entiende. Porque muchas veces acontece en el consejo querer los soldados ganar honra los unos sobre los otros, y habiéndose prendado ya á decir á V. E. su opinion, no caerán en este inconveniente ni en contradecir que no tuviere buena voluntad, no por otra cosa que por contradecirle, que es treta muy usada. Y habiéndolos oido V. E. á todos, habrá tenido tiempo para pensar sobre el pro y contra que cada uno le haurà discurrido; y cuando viniere al consejo de V. E., vendrá ya resuel

al

to, Pero en el preguntarles é oirles particularmente, V. E. no debe declarar con ninguno dellos su opinion, sino con aquel ó aquellos con quien S. M. hobiere ordenado á V. E. tome resolucion, ó V. E. se servirá de tomarla. En consejo no consienta V. E. que haya porfías: debatir las materias, muy bien; pero porfías particulares en ninguna manera V. E. las debe consentir, que será en gran desautoridad de su persona. Y V. E. no podrá escusar y será muy conveniente cosa de llamar algunas veces Consejo grande de maestres de campo y coroneles y algunos capitanes para darles pasto de cosas públicas y tales que se puedan poner en semejantes consejos, porque esto terná con mucho contentamiento á muchas personas un grado menos que los dichos.

A los soldados todos procurará V. E. mostrarles siemre el gesto alegre; que como es comunidad, pácense mucho desto y de algunas palabras que V. E. soltare un dia en favor de una nacion y otro dia de otra. Convendrá mucho que ellos entiendan que V. E. tiene gran cuidado de sus pagas, de hacérselas cuando se pueda, y cuando no, que V. E. mande que se tenga gran cuenta con darles sus raciones en la mar cumplidamente y las vituallas bien acondicionadas, y que entiendan que cuanto se hace es por orden y diligencias de V. E., y que cuando no, que le pesa, y que él lo manda castigar. Que entiendan que si se hubiesen por ventura de alojar en tierra en alguna parte, que V. E. les procura el buen alojamiento y acomodarlos.

A nuestra nacion V. E. aventaje los que lo merecieren poniendo en los cargos soldados; y si vacare la compañía y el alferez fuere hombre para tenerla, V. E. se la provea antes que á otro. A los soldados particulares

V. E. los aventaje por méritos y no por favor; y viendo ellos estas cosas todas en V. E., y junto con ello gran rigor en castigarlos, le amarán y respetarán. Y no digan á V. E. que el castigo le ha de hacer mal quisto; que el no hacerlo es mas camino de serlo.

Conviene mucho que los soldados tengan grandisimo respeto á sus oficiales, y que sobre esto cuando no se tuviera, no han de hallar en V. E. ninguna manera de blandura; y juntamente con esto que sepan ellos que los ha de defender V. E. para que los oficiales no les hagan sinrazon; y que osen venirse á quejar cuando se les hiciere, y haciéndoseles V. E. los castigue muy bien.

Los bandos debe mirar mucho V. E. los que manda echar; pero echados que se ejecuten con grandísimo rigor.

Mandará V. E. tener gran cuidado para que no haya cuestiones entre las naciones, que esto es grandísimo inconviniente; y esto ha de encomendar mucho V. E. á los cabos. Y el remedio que yo he visto en esto que mas haya aprovechado, ha sido hacer que los cabos de las naciones, unos con otros, se hagan amistades grandes y se conviden y se estrechen en todas las cosas que pudieren. No consentir que soldados de una nacion traten en el cuarto de la otra ni concurran en unos bodegones á comidas ni en otros lugares públicos donde no se debe consentir que vayan mezcladas las naciones, sino cada una en su cuarto.

Si la liga concluida este verano, V. E. haurà de contrastar con el enemigo ó socorriendo alguna plaza sobre que se haya puesto, ó poniéndose V. E. sobre otra, ahora sea para divertir ó por estar el enemigo tan flaco que V. E. se halle con fuerzas para emprender al

guna faccion, ó buscarse de armada á armada para combatirse segun los avisos que hasta agora por acá han llegado, parece mas verisimil que sea la faccion haber de socorrer plaza que los enemigos quieran ocupar por la ventaja que tienen en estar mas presto en órden y á la mar que V. E.; y si á V. E. le quisieren dar el juego en→ tablado de otra mano que en el estado que se le dieren le juzgue y le alabe (1), le harán agravio y sinrazon grande; que si á su padre que Dios tiene en el cielo, se lo dieran desta manera, se hallara en gran confusion, porque si los coligados quieren dejar de proveer sus plazas, las que puedan ser invadidas, y teniéndolas sin provision de lo que han menester para su defensa, dicen á V. E. socorra á tal plaza dentro de veinte dias porque no está para durar mas tiempo, no me parece á mí decir que la socorra, sino piérdese el armada que os está encomendada; porque obligar á V. E. á un juego tan forzoso como este, no le queda lugar en ninguna manera de eleccion, y muy pocas veces veemos juegos forzosos ganados. Por esto, Señor, V. E. siendo servi– do, debe avisar á los coligados que digan las plazas que pueden temer que el enemigo podia invadir, y las provisiones que en ellas tienen hechas y piensan hacer, porque V. E. quiere saber el tiempo que cada una dellas le puede dar, y aun aconsejarles y protestarles la provision que á cada una le debe hacer, porque para la salud del negocio es llano á todo el mundo de entender cuanto conviene al soldado de procurar de tener lugar de eleccion para lo que ha de hacer, y no estar sujeto á caminar forzosamente por un camino; que el que tie

(1) Es decir, con solo el objeto de juzgar y alabar el plan propuesto.

ne lugar para lo uno, teniendo buen seso, pocas veces deja de ganar, y el otro casi ninguna de perder. Lo que defiende las plazas no son las murallas sino la gente; que por flaca que sea una plaza, la gente que está en ella siendo mucha, entretiene y alarga el tiempo para recebir el socorro sin hacerlo precipitado á que se le haya de dar forzado como arriba tengo dicho; y el mismo tiempo gasta las fuerzas del poderoso y las iguala con el mas flaco; y por muchas y muy fuertes murallas que tenga, si no tiene la gente que ha menester, y aun de ventaja, viene el suceso al contrario de lo que se ha dicho. La gente toda que venecianos han de poner sobre su armada y meter á la defensa de las galeras, yo seria de opinion que dejando la ordinaria que haurian menester para guardia de las galeras, la pusiesen en aquellas plazas sobre las cuales podrian sospechar que el enemigo pudiese venir, porque viniendo sobre cualquiera de aquellas la hallasen llena de gente que no cupiesen de pies, y prendado que fuese el enemigo sobre alguna de ellas, darian mucho tiempo, estando (1) como digo á que V. E. con el armada pudiese ir recogiendo la que tuviesen. puesta por las otras plazas que quedasen libres, y en esto se ganaba que esta tal gente que V. E. tomaba seria fresca no habiendo estado sobre la mar tantos dias, donde con la incomodidad dello veemos tan brevemente amalarse y se va el tiempo; y aunque la gente que estuviese sobre el armada enemiga habiendo estado mucho tiempo, se hauria deshecho por las incomodidades dichas, V. E. lo podria hallar de manera que con gran facilidad hiciese lo que agora parece dificultoso.

(1) Tal vez: esperando.

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