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antes de vísperas del mismo dia se dijo una vigilia cantada de tres liciones, y el dia siguiente que fueron 40 del dicho mes, se dijo la misa mayor de requiem cantada con ministros, por todos los cristianos que murieron en aquella guerra, lo cual todo mandó S. M. compadeciéndose de ellos.

Otra relacion de la batalla naval de Lepanto.

Esta relacion, aunque mas corta, es la misma en el fondo y casi en las palabras que la anterior de la Biblioteca del Escorial. Pónese sin embargo aquí por las pequeñas diferencias que contiene. Es al parecer original, de letra del tiempo en que sucedió el combate de Lepanto, con el papel ya estropeado, y creemos haber estado en algun códice del cual formaba las páginas 51, 52, 53 y 54. Se halla suelta en dos pliegos é inclusa en un legajo de varios papeles tambien sueltos, en folio, rotulado: Felipe II. Papeles históricos y políticos que forma el número 3 del estante H de la sala de manuscritos de la Biblioteca Real de Madrid. No se expresa ni el autor ni la fecha: ni existen allí las noticias sucesivas que se prometen. Saqué copia en 28 de julio de 1791(M. F. N.)

Relacion de lo sucedido en el armada de la Santa Liga desde 30 de setiembre deste año de 1571, hasta los diez de octubre.

A los 30 dias del dicho mes de setiembre partió la armada de los Molinos junto á Corfú, y llegó á dar fondo á Leguminiza, que es en Albania, un puerto muy capaz y abundante de agua y leña.

Vino una fragata de las que habia llevado el comendador Gil de Andrade á tomar lengua, con cartas suyas en que avisaba que la armada del Turco estaba metida en

el puerto de Lepanto, y que habia inviado sesenta navíos de remo y dos naves grandes á Corfú con enfermos para dejarlos allí y tomar gente fresca en su lugar.

El Señor D. Juan invió luego á Marco Antonio Colona que aun quedaba en el puerto de Corfú, con este aviso para que le mostrase al General y Proveedor de Venecianos, solicitándolos que se diesen priesa á salir del dicho puerto, y procurasen poner en sus galeras alguna gente de aquella fuerza porque iban muy mal en órden, significándoles cuanto montaba un poco de tiempo en aquella coyuntura.

En Leguminiza estuvo el armada por el mal tiempo hasta el miércoles al amanecer, que fueron los 3 de octubre.

El lunes primero del mesmo, mandóles D. Juan poner la armada á punto de combatir, y que se señalase á cada uno el lugar que habia de tener para pelear.

Hízose así, y escaramuzó la arcabuzería un gran rato, y S. A. fué á visitar todas las mas galeras que pudo.

Dos dias antes volvió Gil de Andrada, y no trajo mas lengua de la armada del Turco de la que habia inviado antes.

A las dos horas del dicho dia, mandó el Señor Don Juan visitar toda la armada, y tomar muestra á todas las galeras.

Miércoles al amanecer á los 3 de octubre, salió el armada del puerto de Leguminiza, y llegó á las 9 á Cabo Blanco cerca de Chafalonia, y mandó el Señor D. Juan poner en batalla toda la armada, y él andaba en persona por una parte y el Comendador mayor por otra, dando órden como se habia de poner.

Navegóse toda aquella noche, é á las cuatro por la

mañana fué á dar fondo á Puerto (1) Fescardo en el canal de la Chafalonia.

tin

Este dia en la tarde trajeron las guardas un bergan

que venia de Candía, con aviso de como Famegusa se habia partido al Turco á los 20 de agosto, habiendo fallecido el capitan Hetor Valleon que la tenia á cargo, y que en lugar de complir lo concertado con los de dentro los habia degollado á todos.

Este dia á la primera guardia trugeron una galeota de griegos de 18 bancos, que dijeron que iban á robar ciertos casares del Turco.

A esta hora se acordó que rendida (2) la segunda guardia se partiese de allí el armada la vuelta de las islas de las Escorchacaras, camino de Lepanto, y así se hizo, y á la mañana llegó á una parte del dicho canal en la misma isla de la Chafalonia á hacer aguada donde llaman Vale de Alejandre: estuvo allí por mal tiempo hasta los 6 en la noche que salió, y navegó aquella noche; y otro dia domingo, que fueron los 7 de octubre por la mañana llegó á las Escorchacaras y entró por una canal prosiguiendo el viaje de Lepanto para el puerto de Jasecal.

En llegando á las dichas islas, invió el Señor D. Juan personas de recaudo en fragatas á hacer la guardia en parte donde se pudiesen descubrir los bajeles de enemigos: al salir de una canal que hace una de las dichas islas caminando la vía del Puerto de Jasela, la guardia que estaba en el calces de la galera Real, dió voces que descubria una vela latina, y dende á un poco volvió á decir que descubria toda el armada enemiga, y que era en gran número de bajeles.

(1) El ms. dice Fuente. (2) Quizá: venida.

En el mesmo punto mandó el Señor D. Juan que subiesen al calces personas de recaudo que viesen el armada y la contasen si pudiesen, mirando qué camino hacia.

En la misma sazon vinieron las guardias que estaban en tierra, y se conformaron en que habian descubierto toda la dicha armada.

Luego mandó el Señor D. Juan disparar una pieza de artillería, y hacer las otras señales que estaban ordenadas para la batalla, á efecto de que se pusiesen en órden de pelear, y S. A. se embarcó en una fragata con solo Don Luis de Córdova, su caballerizo mayor, y el Señor Juan de Soto, y fué reconociendo el armada dando priesa para que las galeras caminasen, y animando á los soldados á la batalla: "Gentiles hombres, ya no da el tiempo lugar ni es menester que yo ponga ánimo á vosotros, porque veo que vosotros me le dais á mí; pero solo os quiero traer á la memoria el dichoso estado en que Dios y vuestras buenas suertes os han traido, pues en vuestras manos está puesta la religion cristiana y la honra de vuestros Reyes y de vuestras naciones, para que haciendo lo que debeis y lo que espero que será, la fe cristiana sea ensalzada, y vosotros, cuanto à vuestras honras, seais los mas acrecentados soldados que en nuestros tiempos ha habido; y cuanto á las haciendas, los mas gratificados y acrecentados de cuantos han peleado: y así no os quiero decir mas, pues no lo permite el tiempo, sino que cada uno considere que en su brazo derecho tiene puesta la honra de su Dios y de su vicario, y de toda la religion cristiana, llevando certidumbre que el que muriere como varon va á gozar otro reino mayor y mejor que cuantos en la tierra quedan."

Y porque segun el apuntamiento y órden que se ha

bia tomado para pelear, las seis galeazas venecianas se habian de poner delante de las escuadras de la batalla, y del cuerno derecho y siniestro, dos galeazas por escuadra, á fin que con la furia de la mucha artillería que las dichas galeazas tienen, pudiesen romper el órden de las galeazas de los enemigos; el Señor D. Juan en persona fué á hacer venir las dichas galeazas que tocaban á su escuadra, y dió mucha priesa en que se pusiesen en su lugar, como se pusieron con muy gran presteza, inviando hombres de recaudo en fragatas á solecitar á Juan Andrea de Oria, que traia el cuerno siniestro, que sacase cada uno sus galeazas fuera de la ordenanza y caminase muy poco a poco estrechando la órden, recogiendo las galeotas juntas todo lo que fuese posible.

Y dada esta órden se volvió S. A. á la galera Real

pasando por las popas de todas las galeras que encontraba, y ordenando á los capitanes dellas que caminasen con órden, y animando los soldados para el combate, los cuales todos le respondian con grandísima demostracion de contento y alegría.

Llegado el Señor Don Juan á la Real, pareciéndole que los otros dos cuernos de la armada no caminaban en órden invió al Comendador mayor de Castilla con la fragata, que mandase á las galeras de los dichos cuernos lo que habian de hacer, y lo mismo mandó á Marco Antonio Colona que procurase que la banda de galeras que caian cerca de la capitana de la armada, en que S. A. iba, y las otras que le pareciesen, se ordenasen y caminasen poco á poco muy unidas. En esto el armada del Turco caminaba en la mesma órden en que iba la nuestra, que no vino á la batalla en forma de media luna como es su costumbre, sino que repartieron sus galeras en tres escua

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