Carta de D. García de Toledo á D. Juan de Austria:

Nápoles 13 de setiembre de 1574.

Dice D. García que no aprueba que S. A. vaya en persona con las sesenta galeras que habia dispuesto fuesen al socorro de la Goleta.

Serenísimo Señor-Hoy he recibido la carta de V. A. de 7 de este, á quien suplico no me haga tanta merced con ellas por no me hacer perder el gran ánimo y pequeñas fuerzas que tengo para serville, porque son tales las que recibo, que aunque nunca me levantase de sus pies no podria servirlas, pues llegan ya á término que la mayor voluntad no puede corresponder á la menor merced; y si Dios fuese servido de darme fuerzas para ello, mostraria que no soy tan ruin pagador que lo quiera hacer con solas palabras, porque aunque sea poco lo que yo puedo dar, bastaríame dar todo lo que puedo.

La carta de S. M. que V. A. avisa en la suya, no he recibido, y ansí no tendré que responder en esta á lo que se me manda; y no escribiéndome V. A. quien vá con las sesenta galeras, me deja con trabajo de mente no quisiese ir V. A. con ellas porque no me parece viaje para tal· persona, pues para hacello bien se ha de llegar á parte do sea menester volver huyendo si el tiempo y el semblante dél dieren lugar á ello; y si los enemigos supiesen que V. A. viene en ellas, creerian con razon que este número es toda nuestra armada, y quedando V. A. creerán que queda con la mayor parte della, demas de lo que podria suceder siendo ya el tiempo tan adelante.

Son, mi Señor, estas jornadas para mandallas ejecutar, y no para pensar en ir á hacellas; y aunque conozco que es enfrenar V. A. su valor y ánimo, y quedar con mucha

inquietud; todavía á mi parecer conviene hacerlo ansí, tanto mas teniendo cabe si personas que sabrán bien ejecutar lo que les mandare. Guarde nuestro Señor etc. Nápoles 13 de setiembre de 1574-Don García de Toledo.

Carta de D. García de Toledo á D. Juan de Austria.

Chaya 6 de noviembre de 1574.

Reflexiones de D. García sobre la importancia de hacer un fuerte en Puerto Farina antes que el enemigo lo inten tase, suplicando á S. A. que lo ejecutase puntualmente conforme S. M. mandaba, sin atender á los obstáculos del invierno ni á otros que pudieran oponerse.

Serenísimo Señor-Yo he visto los despachos que V. A. me mandó enviar ayer, y paréceme que han mas menester ejecucion que consejo, y así soy de parecer se haga puntualmente lo que S. M. manda, por ser mandamiento tan conveniente al bien de la cristiandad que no sufre dilacion, y porque corre peligro que si la hay deste invierno, no podrémos el setiembre que viene, meter el pie en lo uno ni en lo otro, porque se anticiparán los enemigos á hacello, teniendo el tiempo que tendrán para ello; y si se me dijiese que es invierno y que faltan los cuatro elementos, á esto digo que nunca mucho se compró por poco, ni se hicieron grandes cosas sin grandes dificultades. Digo bien á V. A. que si vuelve las espaldas á este negocio, que las vuelve con gran daño de la cristiandad, esto es, en tanta manera que tengo por cierto ha querido Dios castigarnos con el azote de seda, con quitarnos de las manos lo que no importaba, para ponernos en ellas lo que tanto importa. Y porque sé que lo entiende V. A. mejor que yo, no le cansaré sobre esto, y diré solo que me parece que la mayor parte del trabajo del invierno

consiste en llegar á puerto Farina, pues estando en puerto, llegado que se haya, se asegura el mayor peligro; y si faltan municiones, que se tomen de las que hay, y se vayan haciendo las demas que fuere menester. En suma, Señor, mi opinion es que V. A. muestre aquí su valor hasta emprender de hacer de las piedras pan, y que vuelva por este invierno las espaldas á la ida de España, porque de otra manera es volvellas á nuestro bien, y al mal de los enemigos; y si falta dinero, que se venda en este reino y en el de Sicilia todo lo que queda, pues con vender parte se defiende el todo en entrambos reinos, ello si fuere menester las haciendas de cuantos somos, porque no se falte al remedio de gozar de infinito provecho, y de huir de otro tanto daño. Guarde nuestro Señor etc. De Chaya á 6 de noviembre de 1574-D. García de Toledo.

y tras

Carta de D. Juan de Austria á D. García de Toledo.

Cartajena 5 de mayo de 1575.

Participa el Señor D. Juan á D. García su próxima salida con treinta galeras la vuelta de Italia, debiéndole seguir con otras diez los marqueses de Mondejar y Santa Cruz; y le pide S. A. con todo encarecimiento que mientras llegaba el momento de verle, fuese discurriendo en lo que seria mejor emplease aquel año con la armada de

S. M.

Muy Ilustre Señor-Yo quedo en este lugar tan de camino para esas partes, que con el primer buen tiempo partiré. Irá comigo el señor D. Pedro, y yo muy contento de llevalle y pensar que he de ver muy presto á Vm. Daré principio á mi viaje con hasta treinta galeras, y con las que restan á cumplimiento de cuarenta, me seguirán los marqueses de Mondejar y Santa Cruz.

Tocaré en Mallorca por tomar victuallas y dejar algunas cosas que S. M. ha ordenado que se lleven para defensa de aquella isla, de la cual seguiré mi camino derecho á Génova, y de allí daré órden que se encaminen á Cerdeña la gente y el resto de las provisiones que S. M. ha mandado hacer para aquel reino. Procuraré usar de la mayor diligencia que pudiere en llegar ahí para pasar luego á Sicilia: entretanto pido á Vm. con todo el encarecimiento que puedo vaya pensando lo que le parecerá mas conveniente al servicio de S. M. que yo haga segun los avisos que se tuvieren del armada enemiga, agora baje ó no á nuestros mares, para advertirme dello cuando Dios sea servido que nos veamos, pues la expiriencia de lo pasado junto con la aficion que sé que Vm. me tiene, me aseguran que guiándome por su prudente consejo y parecer no podré errar; y aunque me llega al alma darle ningun trabajo en tiempo que tanto ha menester descansar; lo que Vm. desea servir á S. M. y darme satisfaccion, junto con la importancia del negocio, quieren que yo me valga de su buen entendimiento y larga experiencia en esta ocasion, como lo he de hacer en cuantas se ofrecieren. Yo he tenido cuidado de saber de su salud, y aunque he entendido que lo ha pasado con sus ordinarias indisposiciones, he holgado de entender que no hayan sido mayores. Dé Dios á. Vm. la salud que yo le deseo, y guarde por largos años su muy ilustre persona. De Cartagena á 5 de mayo 1575.

De puño propio.

A dó quiera que llegare, holgaré infinito tener nueva de la salud de Vm., y así quiero que Juan de Soto me la traiga á Génova, à do le mando acuda para lo que de allí habrá de provcerse. Procuraré ser en esa ciudad

cuanto antes pueda, y á esto me dará mayor priesa llevar á Vm. su hijo y hermano. A todos nos dé Dios buen viaje, y á V. la salud, vida y descanso que puede, á quien pido y acuerdo piense en lo que este año y en todos casos podrá ya hacerse-A servicio de Vm.—Don Juan.

Respuesta de D. Garcia á la carta anterior.

Nápoles 4 de junio de 1575.

Serenísimo Señor-Beso infinitas veces las manos á V. A. por la merced y favor que he rescibido con la carta que V. A. me mandó escribir de Cartagena en 5 del pasado, que ha sido para mí tan grande como lo son siempre todas las que V. A. me hace. Mias no las ha tenido V. A. hasta aquí, porque aun no habia llegado V. A. en córte cuando le esperábamos por acá de vuelta todos sus servidores, y yo con mas deseo que nadie como el mayor dellos; y ansí de la misma manera quedo aguardando este contentamiento con la llegada de V. A. solo, sin que Don Pedro ni mi hermano tengan alguna parte en ello; pero sóbrales para todo las mercedes y favores que V. A. les hace, que son de manera, que á ellos y á mí nos quitan las esperanzas de podellas servir á V. A., salvo que con la voluntad; y pues esta es la que V. A. sabe, no hay para que alargarme en este particular, ni tampoco entraré en otros, remitiéndome en todo al secretario Juan de Soto, de quien entenderá V. A. muy largamente cuanto por acá se ofrece. En lo que V. A. me manda iré pensando conforme á los avisos que yo supiere que habrá de levante, aunque no hay duda será siempre mas acertado y mejor aquello que en cualquiera cosa saliere