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En esto se presupone que S. M. las habrá de llevar todas por la falta que venecianos tienen de ellas, y porque S. M. con mas facilidad las podrá juntar.

GENTE DE GUERRA.

Su Santidad. Presupónese que su Santidad llevará en sus galeras hasta cuatro mil soldados.

Su Majestad. A S. M. le tocan por su mitad treinta mil hombres, y por las tres quintas partes de su Santidad, tres mil y seiscientos, que son por todos: treinta y tres mil y seiscientos soldados.

Venecianos. A venecianos les toca por sus dos sextas partes, veinte mil hombres, y por las dos quintas partes de lo que su Santidad deja de pagar, dos mil y cuatrocientos, que son por todos: veinte y dos mil y cuatrocientos soldados.

Esta relacion se ha hecho acá para ser conforme á esta cuenta lo que podrá tocar á S. M.; pero la resolucion dello depende de la que en Roma se tomare, y así servirá solo para su Alteza-Antonio Perez.

Carta de D. García de Toledo á D. Juan de Austria.

Nápoles 31 de diciembre de 1572.

Reflexiones de D. García enviadas á S. A. sobre acrecentar la armada de la liga hasta el número de galeras, galeazas, naves etc. que espresa la antecedente relacion.

Serenísimo Señor-He visto los despachos que V. A. ha mandado que vea, y por ellos los advertimientos, demandas y prevenciones que V. A. ha hecho sobre esta materia, que todos me han contentado en extremo, y tambien me contentarian las provisiones de S. M. si las tu

viese todas por seguras; pero dudo mucho que ha de ser mayor la voluntad de acrecentar su armada al número de trescientas galeras, que la ejecucion dello, porque Juan Andrea, aunque tuviese mas comodidad de la que tiene y se le puede dar, sé que en tan breve tiempo no hará tan largo esfuerzo como armar quince galeras, y que cuando él lo propuso debíale de tener mayor. De los particulares no tengo ninguna esperanza y muy poca de las de Barcelona, ni en Sicilia llegarán al número que se escribe; pero cuanto á esto no tengo que decir sino alabar la voluntad de S. M. y solicitud de V. A. y remitirme á las obras. Tendrélas por muy buenas si en galeras, naves, infantería y galeazas se hace lo que S. M. escribe; ni en esta ocasion dejaria yo galera alguna en España, sino ha— cer todo lo posible para que las de Portugal veniesen á la guarda della no pudiéndose hacer mas ; que pudiéndose no dejaria en poniente un remo porque mas importa asegu— rar lo de acá que el daño que allá puede suceder.

A lo que han de tratar el embajador, el cardenal Pacheco, y Granvela no tengo qué decir mas de parecerme todo bien.

A lo que se ha de hacer con el armada, como V. A. lo sabe mejor que yo, será atender principalmente á la ofensa de la de los enemigos, pues el ser grande ó pequeña ha de abrir camino para que V. A. con la suya tenga ó no tenga eleccion de hacer empresas en tierra con la que lleva á cargo; y propuesto que V. A. quedase con libertad ó poderío para ofender las cosas de tierra, es materia esta que siempre se toma mejor resolucion cuando se está en el hecho, y se vé el tiempo, lugar y fuerzas que hay para ello, que no tratarla tanto antes; pero siempre diré que pues la intencion de la liga y causa porque se

hizo, fué por la defension de venecianos, por esta y por otras muchas siempre concurriria con ellos en la empresa que quisieren hacer, sino hubiese causa evidente en contrario, porque ellos sabrán bien elegir la empresa que mas les cumple para su defensa, y defendiendo bien su estado que son murallas y bestiones del reino de Nápoles, Ꭹ Sicilia y de toda Italia, defendemos y amparamos bien lo nuestro. Cuando venecianos no tuviesen eleccion tendria yo por útil para todos la empresa de Negroponte, si está de manera proveido que se pueda salir con ello, y queda tiempo para fortificar y reparar lo que se tomare, ó para hacello de nuevo. Y así concluiré con decir solo que con trescientas galeras no tendria yo por muy bueno acometer á cuatrocientas; y aunque tambien yo no creo como S. M. dice que el Turco pueda armar tan gran número dellas, todavía es muy bien creerlo así, y que si el Emperador y los demas entrasen en la liga como se procura, seria de grandísima importancia. Guarde nuestro Señor etc. De Nápoles 31 de diciembre de 1572-Don García de Toledo.

Carta de D. García de Toledo á D. Juan de Austria.

Nápoles 5 de abril de 1573.

Parecer de D. García de Toledo sobre si convenia que las galeras invernasen en Brindez ó en Taranto.

Serenísimo Señor-Mandóme el secretario Soto de parte de V. A. que escribiese el pro y el contra que habia en invernar la armada de S. M. en Brindez ó Taranto. En el pro tendré poco trabajo porque no hallo razon por do convenga esta estancia. En contra podria decir muchas

tocantes á la descomodidad de la armada y daño de la hacienda; pero por no alargarme en los menores inconvenientes diré tres que me ocurren, que para mí son bastantes para no pensar en tal cosa. El primero es que estando la armada á donde la quieren enviar á invernar, serían este reino, el de Sicilia, y las marinas de la Iglesia y costa de Italia de acá del Faro, asoladas y destruidas de los cosarios de Gelves, de Tripol, de Bona, y de toda esta parte de Berbería. El segundo es que hariamos como la perdiz que con pensar de cubrir la cabeza deja descubierto y desamparado todo el cuerpo, porque tal quedaría Sicilia, Nápoles y Génova, y todo Piamonte y Estado de Milan.

Y de cualquier suceso que en el invierno fuese necesario acudir á alguna parte de las dichas y de las demas que hay, porque cualquier levantamiento ó caso que se ofreciese, para lo cual para quietalle fuese menester el socorro y ayuda del armada, está claro que estando mil millas lejos de la armada de S. M. y siendo la peor costa de navegar de cuantas yo sé, aun en el verano, cuanto mas en invierno, no habria órden de venir á socorrer ninguna parte de estas, y la armada que la emprendiese yo la tendría por perdida; y quien ha de acudir á tantas partes y tener miramiento á tantos casos como pueden suceder, no ha de tener su armada en lo último sino en el medio para socorrer á todo; y quien la sacare de Nápoles y Sicilia, á mi parecr la saca del lugar propio que ha de tener para todo. La tercera razon es que si el armada del Turco viese á la de S. M. sesenta millas de sus tierras, en un momento vendría á invernar ella á la Velona, y siendo nosotros por ordinario mas débiles de fuerzas marítimas no nos convendria esta ve

ciudad, ni á venecianos les estaria bien tener el armada á las puertas de Venecia, y á do seria señora de toda Esclavonia seria tener este reino en continuo desasosiego y perpetuo gasto si el armada como digo, lo que no dudo, viniese á la Velona, y teniendo S. M. en toda aquella costa tantas tierras que guardar seria necesario un ejército ordinario en el invierno para defendellas, y tambien se podrian añadir á esta vecindad otros muchos inconvenientes, que por encerrarse todos en este tercero no me alargaré mas en esta materia pareciéndome que esto solo bastaria para no pensar en ello. Guarde nuestro Señor etc. De Nápoles 5 de abril de 1573.-Don García de Toledo.

Advertencia que hizo D. García de Toledo (no se sabe ú quien) acerca de las prevenciones que eran necesarias para el aumento de la armada de galeras, y fortificacion de las costas y plazas marítimas, en ocasion que se habia deshecho la liga con venecianos, y se creia que el Turco bajaria con su armada á ofender los reinos de S. M.

Nápoles 8 de abril de 1573.

Pues Dios ha sido servido que la liga no dure, esto debe ser lo que mas conviene á su servicio, y por este camino nos debe querer dar mayores victorias que las pasadas contra sus enemigos; y habiendo sido el no durar cosa antevista, antes que se supiese, no hay para que espantarnos dello, con que quedemos amigos como antes; que esto á mi parecer conviene, y que cada uno atienda á atar su dedo. Queda lugar de pensar y tratar á donde podemos ser ofendidos, y remediar y proveer todo lo peligroso y mal reparado: queda tambien determinar qué lugar estará nuestra armada viendo los progresos de la del TOMO III.

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