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neficio comun de la cristiandad es muy conviniente que yo me junte con gran brevedad con Marco Antonio Colona, y que esto no se puede hacer sin muy grandes dificultades, llevando todos los navíos que aquí tengo, me he resuelto en poner treinta galeras muy bien en órden, con las cuales me partiré en este punto la vuelta de la isla del Cirigo, donde entiendo que se halla Marco Antonio. Espero en Dios (cuya es la causa que llevo) que se hayan de hacer efectos muy conformes á su santo servicio. De lo que adelante subcediere avisaré á Vm. cuya muy ilustre persona guarde nuestro Señor como desea. De la Galera Real en el puerto de Corfú á 19 de agosto de 1572. A servicio de Vm.-Don Juan.

Carta de D. Juan de Austria á D. García de Toledo.

Corfú 19 de agosto de 1572.

Da cuenta á D. García de la noticia que tuvo por D. Alvaro de Bazan de como Marco Antonio Colona quedaba en Zante con la armada de la liga, y que S. A. al día siguiente partiria para Chafalonia á juntarse con él. Avisa tambien que la armada del Turco se hallaba en la isla de los Ciervos.

Muy Ilustre Señor-Estando para partir á la isla del Zante con las treinta galeras que escribo en otra carta que va con esta, ha vuelto Don Alvaro de Bazan á quien habia enviado con dos galeras á llamar á Marco Antonio Colona, y avisádome como quedaba en el Zante con el armada de la liga, y que á la del Turco habia dejado cuando él partió del Cirigo, á la isla de los Ciervos que es allí cerca. Partirmehé con toda esta armada mañana á la Chafalonia á juntarme con el dicho Marco Antonio, y se tomará la resolucion en lo que se habrá de

hacer, que parescerá que mas convenga al beneficio comun. De lo que fuere le avisaré á Vm., cuya muy ilustre persona guarde nuestro Señor como desea. De la Galera Real en el puerto de Corfú á 19 de agosto de 1572. A servicio de Vm.-Don Juan.

Carta de D. Juan de Austria á D. García de Toledo.

Corfú 29 de agosto de 1572.

Participa á D. García su salida de Corfú con cincuenta y tres galeras y dos galeazas la vuelta de la Chafalonia para juntarse con la armada de la liga que estaba en este último puerto.

Muy Ilustre Señor-A los 20 del presente escribí á Vm. lo que hasta aquella hora habia que avisar. Lo que despues ha subcedido se entenderá por la relacion (*) que va con esta. Partiré esta noche con cincuenta y tres galeras y dos galeazas en que llevo trece mil infantes escogidos, la vuelta de la Chefalonia á juntarme con el armada de la liga que allí está, dejando las naves en este puerto. De lo que adelante subcediere avisaré á Vm., cuya muy ilustre persona nuestro Señor guarde como desea. De Galera en el puerto de Corfú á 29 de agosto de 1572. A servicio de Vm.-Don Juan.

Carta de D. Juan de Austria á D. García de Toledo.

Legumenizas 9 de setiembre de 1572.

Avisa su partida en seguimiento de la armada del Turco, que se entendia estaba en Modon.

Muy Ilustre Señor-A los 29 del pasado escribí últi

(*) No se ha hallado esta relacion.

mamente á Vm. y dí aviso de lo que en esta armada habia sucedido hasta entonces, como le doy tambien agora con la inclusa relacion (*) de lo que despues acá ha pasado. Pártome en esta hora la vuelta de la armada del Turco, la cual por los últimos avisos que se tienen se ha entendido que está en Modon. Plegue á Dios nuestro Señor darnos la victoria que la cristiandad ha menester y que guarde la muy ilustre persona de Vm. como desea. De Galera en el puerto de las Leguminizas á 9 de setiembre de 1572-A servicio de Vm.-Don Juan.

Carta de D. García de Toledo á D. Juan de Austria.

Génova 23 de diciembre de 1572.

Medios que propuso D. García de Toledo á D. Juan de Austria para el aumento de fuerzas marítimas y manera de acometer al Turco.

Serenísimo Señor-Si no fuese haberse pasado por servicio de V. A., yo diria haber tenido la peor noche y mas inquieta pensando en lo que ayer se trató, que cuantas he tenido en mi vida; y veniendo al hecho, pues no puedo alargarme en palabras como yo querria, digo que me parece que este verano se encamina y arma un juego en que va el bien de la cristiandad, los estados y reinos de su Majestad y honra particular de V. A.; y viendo el precio tan alto, menester es aventuralle y jugalle con buenas cartas por no tornar en los medios á turbar tan gran principio como el que se ha tenido. Y ansí diré que á mi juicio estamos en un paso harto trabajoso; porque andar cada año aventurando á una batalla todos los estados y

(*) No se ha hallado esta relacion.

reinos de S. M., y el último deservicio suyo si acaeciesé alguna desgracia, no lo tengo por cordura: si no se aventura, tenemos cierta la pérdida de venecianos, los cuales sin pelear con el enemigo no se pueden defender; que andar con nuestra armada á vista de la de los turcos, impediéndole lo que podria hacer, es cosa muy peligrosa, y mas en su propia tierra dellos, porque no habiendo montañas ó rios que os cerquen, ó trincheas que os defiendan, mal se puede andar á vista del enemigo sin pelear con él ó mostrar inferioridad; que estando en el término que estamos de reputacion y ganancia de ánimo de nuestra gente, no conviene perder lo uno ni lo otro. Y juro á V. A. que con haber sido cosa forzosa la batalla pasada y de que salió tan gran beneficio y reputacion, aun no se me ha quitado el miedo de lo que en ella se aventuró. Entre estas dificultades no veo mejor remedio que fortificar nuestra armada y hacella tan poderosa que se pueda, y deste modo con el ayuda de Dios y con poner de nuestra parte todas las fuerzas que se pueden poner y añadir á ella, estarán con mas quietud los que desean el bien de la cristiandad, el servicio de S. M. y de V. A. Y así cualquier cosa que me ocurriere por acrecentamiento della, que despues de Dios es la verdadera seguridad, diré que he pensado cuatro cosas para este efecto. La primera es decir que aunque la compañía de las naves es buena, yo la tengo por muy peligrosa, porque son piezas que suelen meter las armadas en embarazo cuando se quiere servir de ellas, y porque otras veces cuando las habeis menester os vienen á faltar ó por mancamiento de viento ó de tiempo; y los que ponen en ellas su esperanza como las veen quedar atrás, aunque sin ellas tengan fuerzas para combatir pierden el ánimo, habiéndole tomado en gran

parte sobre la esperanza de ellas. Yo querria navíos que en una necesidad los pudiese remolcar facilmente y llegarme con ellos al enemigo, y estos no veo yo ningunos mas aptos que caravelas de Portugal, porque de mas de ser ligeras son grandes veleras y muy aparejadas para meneaHlas de una parte á otra sin confusion ni embarazo, y llevándolas por popa despues de embestir pueden servir para tres cosas: la una que con sus propias barcas haciéndose remolcar dellas, se pueden poner ellas mismas en me→ dio de los enemigos; la segunda guardan la popa que los turcos no osen ni puedan venir á embestir por ella, porque hallarán quien los castigue: la tercera cuando para estas dos cosas no aprovechasen, puede meter siempre gente de refresco y socorrer á las galeras que las tuvieren de popa. Son navíos muy bien artillados, mas provechosos á mi juicio y mucho mas baratos: no digo que por esto se deje de llevar una cantidad de naves gruesas, aunque no hayan de servir sino para llevar vituallas y gente. Y esto se habria de escrebir luego á España con este correo que despacha V. A. para que S. M. se las haga dar del Rey de Portugal, pagando el Rey nuestro Señor su sueldo. La segunda es, que cuando yo pensé socorrer á Malta creyendo que la armada era menor de lo que despues se supo, hice hacer cien barcas para que las galeras en lugar de esquife, porque son un poco mayores, pudiesen llevallas. Hice hacer tambien ciento y cincuenta piezas de artillería que deben de estar en Mesina, que echan bala de piedra casi tan grande como un cañon. Estas pensaba llevar de media popa y hacelles su pavesada poniéndolas dos piezas de las que digo que despues de embestido saliesen por los lados á dar ruciadas á los enemigos, de doscientas pelotas cada una, y creo cierto que habiendo de ser en verano,

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