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Estos son los Capitanes de la infantería.

D. Juan de la Cueva.

Juan de Benavides.

Melchor de Villaroel.

Hernan Perez del Pulgar.

Sancho Martinez.

Alonso de Ochoa.

Francisco de Carranza.

Luis de Medina.

Luis Aluarez, el mozo.
Luis Aluarez, el viejo.
Francisco Cabrera.
Pedro de Vilches.

Juan Martinez.

Juan de Torres.

Francisco de Acosta.

Juan de la Cerda.

Pedro de Aranda.

Diego de Vera.

Luis de Sotomayor.
Ruidiaz de la Tovilla.

Cristóbal de Morales.
Diego de Leon.

Pedro de Castro.

Martin de Angulo.

Cristóbal de Covaleda.
Diego de Sotomayor.
Juan Carrillo.

Antonio de Aguilar.

Pedro de Aguilar.

Pero Sanchez Pericon.

Rodrigo Hernandez.

Francisco Sanchez.

Juan Martinez Cabeza de Vaca.

Juan de San Martin.

Francisco de Arroyo.

Juan Perez de Mescua.

Francisco de Rojas.

Martin Diaz de Almendares.

Juan Daça.

Clavijo.

Verdugo.

Mena.

Vazquez.

Caro.

Herrera.

Cárdenas, Capitan de los gastadores.

CAPÍTULO VI.

Del cómo el Conde envió á sus dos hijos D. Francisco y D. Martin de Córdoba, á los dos puertos de Málaga y Cartagena á proveer lo necesario para el armada.

Despues de así concertados sus Capitanes y dadas sus conductas, y la órden

que en esto se habia de tener para que con mucha brevedad hiciesen la gente, llamó el muy ilustre señor conde de Alcaudete, Capitan general de Africa, á sus muy amados hijos, D. Francisco Hernandez de Córdoua y á D. Martin de Córdoua, á los cuales da todo su poder cumplido y bastante, como de S. M. lo tiene; y á Don Francisco envió á la cibdad de Málaga, y á D. Martin á la cibdad de Cartagena, para que allí en entrambòs puertos se proveyese lo necesario. D. Francisco de Córdoua se fué luégo á la cibdad de Málaga, y se dió tan buen recaudo, que ha sido de notar la órden que tuvo en el proveer de los bastimentos, municiones y artillería, porque proveyó y recogió diez naos grandes, en las cuales mandó embarcar mucho bizcocho, vino y carne salada, aceite, vinagre, habas, garbanzos y otras legumbres, y todo esto con grande abundancia; y así, como testigo de vista, digo que todos los del armada venian muy contentos. Acabóse de embarcar la gente en la cibdad de Málaga á veintidos dias de Diciembre de dicho año. Embarcóse en las naos las gentes de Sevilla, Jeréz, Córdoua, Alcaudete, Écija, la de Cabra y Lucena, Aguilar y Montilla y Baena, Rambla, Santaella, Archidona y Antequera,

en que serian hasta 4.500 hombres. Partió esta dicha armada con D. Francisco de Córdoua por Capitan general, en lugar de su padre, viérnes, á las tres horas despues de medio dia, á 22 de Diciembre del dicho año, y salió del puerto muy triunfante, sin contraste de mar ninguno que daño le hiciese, salvo algunas calmas que fueron ocasion que la dicha armada se detuviese seis dias. Iba este caballero en una nave vizcaina, á la cual todos llamaban Capitana, y por tal era obedecida, por ir él dentro en ella. Entramos en el puerto de Cartagena, miércoles, dia de Sant Juan Evangelista, á 27 de dicho mes de Diciembre, donde fué muy bien rescibido por D. Martin, su hermano, que esperándole estaba.

CAPÍTULO VII.

De cómo llegó el armada al puerto de ` Cartagena, y de las alegrías que se hicieron.

Llegando que llegó la dicha armada al puerto de Cartagena, salió D. Martin de Córdoua, hijo del muy ilustre señor conde

de Alcaudete, con algunos caballeros, Gentiles-hombres, mancebos, en una barca á rescibir la nao Capitana que delante venia; y así ella como las otras naos hicieron gran salva á la cibdad, y respondió la fortaleza con sus tiros de artillería, y las otras partes de la cibdad donde la habia, y las naos que en el puerto estaban, que serian hasta doce, gruesas, fué tanta la humareda, que no se parecia la cibdad por espacio de media hora; y fue muy grande la alegría de la gente de la cibdad con la venida del armada; y en presencia mia, D. Martin de Córdoua dió de albricias á un mozo que se puso en una atalaya, un sayo; y luego, D. Francisco, su hermano, se desembarcó con muchos caballeros y Capitanes que consigo traia, y yo con ellos, y fueron á la cibdad, en la cual estuvimos esperando al muy ilustre señor conde de Alcaudete, donde tomamos muchos refrescos de pan y vituallas.

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