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subí á la torre de la mezquita mayor, la cual es muy alta y extremada, toda de ladrillo labrado, que parece á la torre de la iglesia de Sevilla; tiene 166 escalones, sin la torre que está encima á manera de chapitel, que será de cinco estados, desde la cual se parece la cibdad, de donde se ven muy lindas y muy hermosas casas, y muy solemnes edificios. Quiere esta cibdad parecer mucho á Ecija; es la mezquita mayor muy linda, grande y muy esterada, con muchas lámparas, entre las cuales está una de metal que pesará más de once quintales, colgada con unas gruesas cadenas, labrada á maravilla, y está en medio la mezquita, donde ponen las lámparas ó velas, que serán en número infinito. No es justo que quede sin que haya memoria de cosa tan señalada y tan antigua, que se halló en la mezquita mayor una campana, que en el talle della paresció ser muy antigua, y, por razon, es del tiempo que Tremecen era de cristianos, y se perdió cuando fué destruida España, en tiempo del Rey D. Rodrigo, por aquel maldito Conde D. Julian. ¡Juicio grande de Dios! que por Conde fué perdida esta cibdad de Tremecen, que Conde la ganase. Estaba esta campana por lámpara en la mezquita mayor, colgada de

las asas con una cadena de muy gruesos eslabones, y toda cubierta de una hoja de hierro con muchas puntas afuera, en las cuales puntas ponian las velas de manera que della no se parescia otra cosa sino es sólo el rostro.

Certificado al Conde desto, teniéndolo por cosa dudosa, mandó á mí, el autor, que fuese á reconoscer si era así. Yo fuí á la mezquita mayor, y hallé ser campana, é luego me mandó su Señoría que se quitase de allí, lo cual hicimos el capitan Juan Martinez é yo. É su Señoría la mandó traer á la cibdad de Orán, donde al presente queda. Un claustro muy rico, todo lleno de puertas, de manera que cuando quieren queda todo el patio del claustro cerrado. Tiene esta mezquita 118 postes una fuente de alabastro grande y larga, donde se lavan.

Hay en esta cibdad, en la calle principal, junto á el especiería, el enterramiento de los Reyes. Es una capilla ochavada, muy rica á maravilla. Tienen sobre las sepulturas tumbas doradas, aunque no como las de acá: un claustro grande enladrillado, con muchos parrales y vergeles de una parte y de otra; un aposento rico, con una torre muy fuerte y una puerta como de fortaleza, en la cual está una

fuente caudalosa, de donde bebe la cibdad, el cual aposento y enterramiento fuera bien empleado en monesterio de Sant Francisco.

Tiene esta cibdad el Mexuar, que es la casa Real, tal y tan grande y hermosa y extrañamente labrada, que no lo sé decir, salvo que en muchas cosas excede á la casa Real de Granada, porque en todas las oficinas de la casa hay fuentes de alabastro, muy ricas, y en todos los cuartos lo mesmo. Naranjos, letras y enmaderamientos dorados. No hay nada en la casa que no esté de azulejos hasta la mitad de las paredes; muchos mármoles gruesos de alabastros, estanques de agua muy poderosos, entre los cuales está uno, en el huerto de los naranjos, que tiene 350 piés en largo y 60 en ancho, y tiene dentro un barco, en que el Rey se paseaba. Muchas puertas doradas con cerrojos y aldabas doradas; una huerta real dentro, donde hay todo género de árboles, muchos y muy ricos aposentos. Está este Mexuar ó alcázar murado, y hánse de entrar nueve puertas ántes que entren en él. Es tal, que el Rey que de tal casa huyó y no murió, asido á las aldabas merecia ser quemado vivo; pero permitiólo Dios por muchos pecados suyos, entre los cuales me paresce

que sólo uno què este enemigo usó, fué justo juicio de Dios que todo lo perdiese, y es tener por manceba la mujer de su padre, teniendo licencia, segun su secta, de tener cuantas quisiese, como las tenia; sin otro pecado que cometió de levantarse contra su padre, procurando de echalle del reino; y así, con justo título, meresció ser desheredado. Tiene esta cibdad de Tremecen una alcaycería grande, y, al parecer, rica, con un grueso muro y puertas herradas, con muy lindas tiendas y muchas. Es á la manera de la de Granada, aunque ésta tiene las calles más anchas, y de la mesma manera de la de Granada, cubiertas.

Hay en esta cibdad muchas plazas, aunque no muy grandes. Es cibdad de mucho trato, porque todos los moros del reino venian aquí una vez en la semana con sus mercadurías y negocios. Tiene la platería por sí, en que hay bien 150 tiendas. Hay dos barrios de especiería, en que habrá más de 250 tiendas; y otras muchas, y estas son sin número, donde venden las cosas de bastimentos; pues las tiendas de los zapateros, borceguineros, silleros y boticarios, por cierto que yo las quise contar y no pude.

Tiene esta cibdad dos rios muy cerca

nos, en los cuales me dijeron algunos moros que llegaban á 60 molinos de pan. Es cercano á la mar, seis leguas, el puerto de Risgol, que es un rio más ancho que Guadalquivir. Es tierra fria, y es la causa que á una legua tiene otra Sierra Nevada como la de Granada. Es tierra muy abundante de pan, porque hallamos tanto en ella, que aunque el ejército estuviera dentro dos años no les faltara de comer, y así de todo lo demas. Es blanca esta cibdad como una paloma. Tiene un barrio por sí de judería, donde hay 1.000 vecinos. ¿Qué diré desta cibdad? No la falta, en verdad, nada para ser una de las del mundo, sino ser poblada de cristianos, porque si así fuese, diria yo aquello de David: Hec requies mea in seculum seculi: hic habitabo.

AUCTOR.

Muy Ilustre Señor: Bien podemos aquí decir el verso que vuestra Señoría iba muchas veces diciendo, que es de David, el cual dice: Unus dominus Deus meus, qui docet manus meas ad prelium, et digitos meos ad bellum. Bien se lo cumplió Dios todo; porque sepa vuestra Señoría que el rey de Fez, con toda su potestad

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