Coleccion de las obras suelas: assi en prosa, como en verso, Volumen 4

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A. de Sancha, 1776 - 21 páginas
 

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Página 415 - Los casos de la honra son mejores, porque mueven con fuerza a toda gente...
Página 252 - ... Desmayarse, atreverse, estar furioso, áspero, tierno, liberal, esquivo, alentado, mortal, difunto, vivo, leal, traidor, cobarde y animoso; no hallar fuera del bien centro y reposo, mostrarse alegre, triste, humilde, altivo, enojado, valiente, fugitivo, satisfecho, ofendido, receloso; huir el rostro al claro desengaño, beber veneno por licor suave, olvidar el provecho, amar el daño; creer que un cielo en un infierno cabe, dar la vida y el alma a un desengaño : esto es amor: quien lo probó...
Página 284 - SUELTA mi manso, mayoral extraño, pues otro tienes de tu igual decoro, deja la prenda que en el alma adoro perdida por tu bien y por mi daño. Ponle su esquila de labrado estaño y no le engañen tus collares de oro; toma en albricias este blanco toro que a las primeras hierbas cumple un año.
Página 256 - Ni más vida, Lucinda, que ofreceros La que me dais cuando merezco veros, Ni ver más luz que vuestros ojos claros. Para vivir me basta desearos; Para ser venturoso, conoceros; Para admirar el mundo, engrandeceros; Y para ser Eróstrato, abrasaros.
Página 407 - De donde se ha quedado la costumbre De llamar entremeses las comedias Antiguas, donde está en su fuerza el arte, Siendo una acción y entre plebeya gente, Porque entremés de rey jamás se ha visto.
Página 276 - ... un día Lucinda, y por los hierros del portillo fuésele de la jaula el pajarillo al libre viento en que vivir solía. Con un suspiro a la ocasión tardía tendió la mano y no pudiendo asillo, dijo (y de las mejillas amarillo volvió el clavel que entre su nieve ardía) : "¿Adónde vas, por despreciar el nido, al peligro de ligas y de balas, y el dueño huyes que tu pico adora?
Página 406 - Verdad es que yo he escrito algunas veces Siguiendo el arte que conocen pocos; Mas luego que salir por otra parte Veo los monstruos de apariencias llenos, Adonde acude el vulgo y las mujeres, Que este triste ejercicio canonizan, A aquel hábito bárbaro me vuelvo; Y cuando he de escribir una comedia, Encierro los preceptos con seis llaves...
Página 406 - Mas porque, en fin, hallé que las comedias Estaban en España en aquel tiempo, No como sus primeros inventores Pensaron que en el mundo se escribieran...
Página 415 - Acomode los versos con prudencia a los sujetos de que va tratando. Las décimas son buenas para quejas; el soneto está bien en los que aguardan; las relaciones piden los romances, aunque en octavas lucen por extremo. Son los tercetos para cosas graves, y para las de amor las redondillas.
Página 474 - Esto es, sin duda, infalible dilema, y que no ofende al divino ingenio deste caballero, sino a la opinión desta lengua que desea introducir. Mas, sea lo que fuere, yo le he de estimar y amar, tomando del lo que entendiere con humildad y admirando lo que no entendiere con veneración; pero a los demás que le imitan con alas de cera en plumas tan desiguales, jamás les seré afecto, porque comienzan ellos por donde él acaba...

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