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NUM. XL.

Representacion de todos los procuradores del reino al Emperador Carlos, para que no dejase salir de España al Principe D. Felipe: en las cortes de Valladolid á 25 de abril de 1548.

S. C. C. M.

Los procuradores de cortes de estos reinos que estamos

juntos en las que por mandado de V. M. y del Príncipe nuestro señor se celebran en esta villa de Valladolid, besamos los pies y manos de V. M. y en voz de todos estos reinos damos gracias a Dios por la salud y vida y prósperos sucesos de V. M. y conociendo los grandes trabajos que V. M. ha tomado y toma continuamente, en estas jornadas, aunque son por honra y gloria de nuestro Señor, ensalzamiento de su fe y bien universal de toda la república cristiana que conocemos lo mucho que todos deben á V. M. por ello, é no pueden dejar de declarar la gran tristeza y soledad que por la larga ausencia de V. M. han tenido y tienen, aunque con tener al Príncipe nuestro señor presente en estos reinos parecia que se conhortaban en gran manera por ser tan valeroso Príncipe y haber gobernado estos reinos en tanta paz y justicia como lo estan; mas ahora habiendo de ir dellos como se ha dicho y publicado, les parece que quedarán muy desconsolados y sin abrigo, porque es notorio que asi como la presencia de los Príncipes suele ser para mucho bien y provecho de los reinos, asi tambien la ausencia suele cabsar muchos males y daños, como se ven muchos egemplos de historias ansi antiguas como modernas y la esperiencia lo ha declarado, suplicamos á V. M. mire la grandeza destos reinos y lo mucho que le

han servido é sirven continuamente á los Reyes sus predecesores y á V. M. mas que á ninguno dellos con toda fidelidad y lealtad, con sus personas y haciendas, con derramamiento de su sangre y con aventura de sus vidas, y no permita que estos reinos queden tan huérfanos y desamparados, pues no lo merecen sus servicios: cuanto mas que los Reyes pasados aunque tenian otros reinos y provincias nunca acostumbraron residir fuera destos reinos, antes desde aqui gobernaban los otros con gran descanso y abtoridad y desde ellos no solo repugnaban las fuerzas de sus enemigos, mas aun conquistaban muchos reinos y señoríos por tener desde aqui mas aparejo para ello, asi por la fidelidad y lealtad de los naturales, como por las fuerzas que en ellos hay de gente belicosa y egercida en guerra y armas y caballos y todas las otras cosas necesarias para ella, como lo han esperimentado todos los Reyes pasados y V. M. mas que todos, y lo han así conocido todas aquellas naciones con quien V. M. ha tenido contienda en armas, que han venido á probar las fuerzas y valor desta nacion: debe tambien mirar V. M. cuan obligado es como Rey y señor nuestro de la administracion de la justicia y conservacion é bien é sosiego destos reinos tan naturales y leales á V. M. que aunque en ellos se tenga el contentamiento que es razon y el que se desea tener del presidente y los de vuestro Real consejo y de los otros ministros de justicia que han de gobernar, que con la abtoridad que V. M. les dará desde allá y su prudencia y saber y bondad harán bien sus oficios: mucho les desmayarán faltar la presencia de su Príncipe que es la luz de la república y de quien reciben calor y fuerza los ministros que por ellos lo gobiernan, pues el gran daño y pérdida que estos reinos han recebido y reciben por la ausencia de V. M. es tan notorio que no hay para decillo, pues dello ha resultado que vengan en la pobreza en que estan por el mucho dinero que dellos se ha sacado y saca, por la cual causa falta ya el oro del todo

que

do y hay muy poco dinero de plata, y tienen por cierto que si las ausencias de sus Príncipes van adelante, estos reinos quedarán mucho mas pobres y perdidos que lo estan, el cual daño se doblaria con la ausencia del Príncipe nuestro señor y llegaria á tal estremo que aunque la voluntad y deseo de servir á V. M. sea como siempre, no ternan posibilidad para hacerlo como desean no habiendo de qué: tambien acordamos á V. M. que estos reinos tienen necesidad y falta de muchas provisiones por mar y por tierra para su guarda y defension, lo cual con la presencia de su Príncipe no se siente ni tiene recelo alguno y con la ausencia por fuerza se ha de sentir, é aunque V. M. de donde quiera que está dé calor á sus súbditos y ponga temor á todos los enemigos, todavia la presencia del Rey y señor natural es de tanta importancia que todas las fuerzas juntas no son de tanto peso como ella sola: asi que humildemente suplicamos á V. M. con toda la humildad y con la grande afliccion y cuidado en que el celo del bien de estos reinos nos tiene puestos, que ya que V. M. por algunos fines generales y que han respeto al bien de la cristiandad no pueda venir tan presto en estos reinos como todos lo desean, no permita que el Príncipe nuestro señor se ausente dellos por las razones que se han dicho y por otras muchas que callamos por no dar pesadumbre á V. M., que V. M. las sabe y entiende mejor, y sea servido de mandarnos responder con brevedad y consolar estos reinos con la buena nueva de la quedada del Príncipe nuestro señor, que á la verdad estan muy desconsolados con el pensamiento y nueva de su partida: y siendo todavia V. M. servido que pase á visitar los estados y señoríos que V. M. tiene en esas partes, suplicamos á V. M. sea despues de su bienaventurada venida en estos reinos pues la edad de S. A. puede sufrir esta dilacion; y en este medio V. M. sea servido de mandar entender con toda brevedad en el casamiento de S. A. que es cosa de que estos reinos tienen gran necesidad y de que recibirán grand merced y contentamiento, y muy

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mayor casándose S. A. en estas partes de España por conformidad de las costumbres y otras cabsas que V. M. puede considerar, como lo dirá mas particularmente Juan Perez de Cabrera uno de los procuradores destas cortes que á este efecto enviamos, al cual será V. M. servido oir y dar fe y creencia en esto, cuya S. C. C. M. nuestro señor guarde y prospere con acrecentamiento de muchos mas reinos y señoríos. De Valladolid á 25 de abril de 1548 años.

S. C. C. M.

De V. M. sus muy humildes y leales vasallos que sus imperiales pies y manos besan. Luis Sarmiento de Mendoza, Juan Perez de Cartagena, D. Francisco Osorio, Pedro de Villafaña, Ponce Porcel de Peralta, Diego de Mendoza, D. Rodrigo de Saavedra, D. Diego de Córdova, Luis de Vañuelos, Pero Riquelme, D. Nufre Riquelme, Cristóbal de Berrio, Melchor Megía de la Cerda, Baltasar de Bracamonte, el doctor Castillo, Gil de Villalba, Juan de Murio Hierro, Pedro de Zapata de Cárdenas, D. Bernardino de Mendoza, Francisco de Arteaga, Diego Gimenez, Juan Perez de Cabrera, D. Pedro de Mendoza y Bobadilla, D. Diego de Zúñiga, Gonzalo Flores, Diego Lopez de Silva, Pero Diaz de Alarcon y de Sotomayor, Cristóbal de Lasarte, Iñigo de Santacruz, Juan de Barrionuevo, Pedro de Miranda, Pedro de Ribadeneira, por Toledo Gaspar Rótulo, Hernan de Alvarez de Mesa.

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Carta del Principe acompañando la antecedente de los procuradores del reino.

Los procuradores destos reinos que en nombre dellos han venido á estas cortes habiendo entendido lo que V. M. ha determinado de mi ida á esas partes, con el amor que me tienen todos en general y en particular han mostrado de ello mucho sentimiento é tan gran deseo que no salga dellos, que han acordado de enviar á Juan Perez de Cabrera procurador de Cuenca á suplicar á V. M. que entenderá por la carta que lleva y por su relacion. A V. M. suplico le mande recebir bien y responder agradeciéndoles la buena voluntad que á esto les ha movido que es el aficion que me tienen, satisfaciéndoles en lo demas como viere que conviene, pues la lealtad y servicio destos reinos merecen tambien toda demostracion que V. M. con ellos hiciere.

lo

Hallanse copias en el archivo de la ciudad de Toledo. C. 8. L. 1. N. 56, y en la Bibloteca Real Dd. 137 fol. 95

NUM. XLI.

Carta del Principe D. Felipe á la ciudad de Toledo para que consienta en la concesion de ciento y cincuenta cuentos extraordinarios sobre los tres cuentos ya concedi dos. Valladolid 5 de mayo 1548 años.

EL PRINCIPE.

Ayuntamiento, corregidor de la muy noble é leak cíu

dad de Toledo, como quiera que los procuradores que esa ciudad nombró para las cortes que de presente se celebraron en esta villa de Valladolid trugieron el poder que les distes tan bastante como se acostumbra dar, y luego que fueron llegados los otros del reino yo les hablé y se les hizo la proposicion que vereis por la copia que les

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