Historia de la última época de la vida política y militar del Conde de España y de su asesinato

Portada
Impr. y Libr. de Pablo Riera, 1840 - 127 páginas
 

Páginas seleccionadas

Otras ediciones - Ver todo

Términos y frases comunes

Pasajes populares

Página 103 - ... abatido, mi corazón se oprime y gime. Reparar tantas desgracias, aliviar en lo posible vuestros males, reconciliar los ánimos que se hallan divididos, y abrir de nuevo las puertas de riqueza y prosperidad á vuestro ingenio, es todo mi anhelo. Para lograr cuanto antes tan apetecidos bienes, dos circunstancias son absolutamente indispensables, subordinación y disciplina en el ejército; docilidad y buena fe en los habitantes paciQcos.
Página 103 - G ), quisiera poderos anunciar el fin de vuestros sufrimientos, el término de esta guerra fratricida. Si en este momento me es imposible presentaros tan halagüeña perspectiva, no dudéis, catalanes, que el proporcionaros cuanto antes la suspirada paz será el objeto constante de mis desvelos si seguís la senda que la religión os manda, que el deber de fieles vasallos os prescribe.
Página 103 - ... vuestro ingenio, es todo mi anhelo. Para lograr cuanto antes tan apetecidos bienes, dos circunstancias son absolutamente indispensables: subordinación y disciplina en el Ejército; docilidad y buena fe en los habitantes pacíficos. La lealtad y el valor heroico del soldado me aseguran las primeras; vuestras virtudes y vuestro propio interés me garantizan las segundas. Bajo estas sólidas bases y con el auxilio del Cielo voy...
Página 104 - La constancia de los fieles, la vuelta á la razón de los seducidos y el sincero arrepentimiento de los obstinados, la han destruido para siempre. Catalanes: Séame permitido derramar con vosotros este bálsamo consolador en el alma del más virtuoso de los reyes, y acabaré con placer mi anciana carrera.— Bcrga 4 de Julio de 1838. —El conde de España. Voluntarios: La Divina Providencia, libertándome de mil peligros, y la real piedad del rey nuestro señor nombrándome vuestro comandante general,...
Página 122 - Excmo. Sr. Secretario de Estado y del despacho de la Guerra, en Real orden de 8 del actual me dice lo que sigue: «Excmo.
Página 126 - Sepa usted que me ha ganado por la mano, pues que a tardar una hora la oración se hubiera vuelto por pasiva y la escena hubiera sido muy diferente; mas ya que se nos ha descubierto el plan debo añadirle que en la conferencia que tuve con el inglés en la Sierra de Viure, se acordó y quedó corriente todo, de manera que dentro de poco ya se habría visto la mutación del teatro", y luego exclamando, dijo: "Ojalá tuviese usted los mismos sentimientos que yo. Cuánto daría por ello".
Página 126 - ... podía errar el paso, como así sucedió, estaba ya bien prevenido. Omito a SE una infinidad de expresiones indecorosas y perversas con que se produjo aquel monstruo de iniquidad; sólo diré a VE que dudo pueda haber otro hombre en este mundo de ideas tan depravadas y de principios tan anárquicos e irreligiosos, de manera que se me figura imposible pueda VE formarse una idea de la maldad de tal hombre, y confieso francamente que jamás he experimentado en mi alma un trastorno y...
Página 125 - Excelentísimo señor: Cumpliendo con la comisión que Su Excelencia se sirvió hacerme en 26 del mes próximo pasado, acompañé al conde de España hasta (lugar fuera del reino), en donde le dejé en 3 del actual como me lo había pedido. No puedo, excelentísimo señor, pasar en silencio la negra y degradante revelación que el referido conde de España me hizo en la tarde del día 2 de este mes sobre su infame y vil proceder, explicándose en estos términos: "Si usted me da palabra de honor...
Página 104 - ... de los seducidos y el sincero arrepentimiento de los obstinados, la han destruido para siempre. Catalanes: Séame permitido derramar con vosotros este bálsamo consolador en el alma del más virtuoso de los reyes, y acabaré con placer mi anciana carrera.— Bcrga 4 de Julio de 1838. —El conde de España. Voluntarios: La Divina Providencia, libertándome de mil peligros, y la real piedad del rey nuestro señor nombrándome vuestro comandante general, me proporcionan poder cumplir el más ardiente...
Página 104 - Vean los pueblos en cada uno de>osotros un libertador. Seamos Impertérritos en el combate, generosos en la victoria, y no dudéis nos granjearemos, observando esta conducta, el aprecio y admiración de nuestros amigos, mereceremos el respeto y gratitud de los incautos, seremos el terror y espanto de los perversos, y contribuiremos poderosamente a colocar en el trono del santo rey...

Información bibliográfica