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águila imperial con una corona en los piés; bordura de azur y ocho flores de lis de oro, que es de Monsalve 1.

1466. Vizcondes de Gracia-Real. Entre las mas antiguas y calificadas casas de España, se distingue la de la Serna, de la cual hacen honorífica mencion los mas acreditados nobiliarios. El cronista y rey de armas Don Juan Baños de Velasco en su nobiliario, intitulado Nobleza Universal y Sumario de las casas ilustres de España, hace memoria de tres solares antiquísimos del esclarecido apellido de la Serna: el primero en las montañas de Burgos, lugar de Guarnizo del valle de Camargo, que linda con el mar; el segundo en el valle de Trasmiera, montañas de Santander, y el tercero, con mayorazgo, en el lugar de Mazintos, en la ribera de Carrion de los Condes, reino de Leon. Don Juan Francisco de Hita, rey de armas, en sus obras manuscritas originales, asegura que hubo un solar de esta familia en el valle de Iguña, á siete leguas de Santander, de donde pasaron sus descendientes al lugar de la Serna, á una legua de aquella ciudad, y fundaron allí otro solar muy ilustre. Corroboran y confirman estas noticias los reyes de armas Diego de Soto, Don Francisco Gomez Arévalo, caballero de la órden de Santiago, y Don Miguel de Salazar, capellan de honor y coronista de S. M. el rey Don Felipe IV, deduciéndose de todo lo ilustre de este linage y apellido, del cual desde la mas remota antigüedad han salido varones eminentes en armas y letras.

En los tiempos del rey Don Juan II ya se menciona á Don Fernando Alvarez de la Serna, enlazado por matrimonio con Doña Mencía de la Vega, hija de Gonzalo Ruiz de la Vega, 8.° señor de Castrillo y de otros lugares. Posteriormente suena en las historias Don Alvar Gomez de la Serna, que floreció por los años de 1380, mencionado por Don Luis de Salazar en su historia de la casa de Lara, el cual fué señor de la villa de Rivas. Tambien allí se hace mérito de Agustin y Juan de la Serna, caballeros de notable valentía, que sirvieron al emperador Carlos V en el reino del Perú contra Don Gonzalo Pizarro, en las rebeliones y trastornos que ocurrieron á poco de la conquista. Don Miguel y Don Gerónimo de la Serna fueron capitanes en el mismo reinado; Don Juan de la Serna, caballero del hábito de Calatrava, del consejo de S. M. en el de Hacienda; Don Juan Franco de la Serna fué uno de los caballeros que juraron al príncipe de Asturias en el año 1646, y por último, Don Vicente Roca de la Serna y Don Miguel de la Serna, obispos que fueron por

Falta la corona en los piés del águila, y se ha pintado la bordura de gules en vez de azur. La espresada casa de los marqueses de Tous añade á sus armas: sobre el todo, escuson partido; el primero de Hinestrosa, y el segundo de Ribera.

T. Ill.

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aquella época, el primero de Albarracin, y el segundo de las Islas Canarias. Difusa tarea seria la de citar uno por uno los ilustres hijos de este linage que han brillado en los mas importantes cargos y dignidades del Estado, y la de referir sus egregias alianzas con la primera nobleza de España, pareciéndonos suficientes los ya mencionados para que se pueda formar concepto del esplendor de la casa de la Serna, de la cual descienden los actuales vizcondes de Gracia-Real, cuya historia, aunque sucinta, nos proponemos escribir.

Los ascendientes del que hoy obtiene este título, desde muy antiguo se establecieron en la villa de Chiclana, donde trataron de obtener su ejecutoria de sangre y solar conocido.

Don Luis de la Serna Abiancos, Vazquez de Laguna, Gomez Olivares, alcaide de la villa de Chiclana de la Frontera, obtuvo esta ejecutoria ante la cancillería de Granada, en 3 de setiembre de 1557, por probar bien su hidalguía y procedencia del arriba mencionado solar de Carrion de los Condes, los goces como tal hidalgo de su abuelo en la ciudad de Zamora, con uso de sus armas en los reposteros y fachadas de sus casas propias y sepulturas en la iglesia de PP. Franciscos y capilla de Santa Catalina, en la santa iglesia catedral de aquella ciudad.

Por despacho de 22 de junio de 1579, se cometió por el Excmo. Sr. duque de Medina Sidonia, señor feudal de Chiclana, al Don Luis de la Serna facultad para alistar y poner bajo sus órdenes, en atencion á su realzada nobleza, á todos los caballeros hijos-dalgo, formar mesnada y hacer alarde, niarchando contra la rebelion morisca de Granada y Alpujarras.

Su hijo el coronel Don Juan de la Serna, en 30 de octubre de 1572, atendida la ancianidad de su padre y sus relevantes méritos en vida de este, fué continuado en la alcaidía de Chiclana.

Hermano del Don Luis fué Don Juan de la Serna Abiancos, comendador de Rodas en la órden de San Juan de Jerusalen, y para entrar en ella probó la nobleza de sus cuatro costados, en el año 1537, en el capítulo que se celebró por el teniente general del gran maestre, comendadores y caballeros.

Don Pedro de la Serna, hermano del espresado coronel Don Juan de la Serna, poseyó tierras y ricos heredamientos en el lugar de Dilar, jurisdiccion de la ciudad de Granada, y fué recibido por hijo-dalgo y eximidos sus bienes de pechos y tributos. Este mismo Pedro de la Serna, siendo vecino de Caravaca, fué votado para alcalde de dicha villa por el estado noble, en 7 de octubre del año de 1576, y en 5 del mismo del 1578 para alcaide de la Santa Hermandad por el estado noble igualmente, con lo cual queda suficientemente probada su nobleza, la cual siguió no menos esclarecida en sus descendientes.

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Al coronel Don Pedro de la Serna, hijo del Don Luis, que hemos tomado por cabeza de esta sucesion, siguieron luego sus hijos y nietos por línea recta, continuadores del linage: Don Sebastian, Don Pedro, otro Don Pedro, Don Juan, otro Don Juan, Don Agustin y Don Ginés de la Serna, padre de Don Agustin, actual vizconde de Gracia-Real.

Hermano de la abuela del Don Agustin fué Don Pedro de la Serna, coronel efectivo, capitan de la 5.a y 6.a compañía de carabineros reales.

El enunciado Don Ginés de la Serna casó con Doña María de la Fuente, señora de ilustre linage, é hija que fué de Don Pedro Antonio de la Fuente Belmudez, Cárdenas, Perafan de Ribera, caballero de Santiago, coronel gra. duado de ejército y teniente coronel efectivo de milicias de Baza, el cual prestó eminentes servicios en la campaña de Italia de 1740, hasta la paz de Aix-laChapelle (Aquisgran), á las órdenes del Sermo. Sr. infante Don Felipe, singu larmente por haber tomado á la cabeza de las compañías de granaderos provinciales el fuerte de Herdupan en la plaza de Oneglio, en el Piamonte. Primo hermano del abuelo de la espresada señora fué Don Diego Cárdenas y Reinoso, comandante general interino que fué de los reinos de Valencia y Murcia en el siglo último pasado, con el grado de teniente general.

Sucedió en la casa y linage como hijo único Don Agustin de la Serna y Lafuente, el cual se halla casado con la señora Doña Rita Pelejero y Deza Mezquita Gutierrez de la Peña y San Martin, hija de Don Gaspar Pelejero, baron del Sacro Lirio, y de Doña Francisca Deza, hija de Don Francisco Deza, coronel que fué del regimiento de infantería de Murcia, y hermana del brigadier Don Antonio Deza, coronel de Ordenes militares. Hermano de la ya citada Doña Rita fué Don Vicente Pelejero y Deza, baron del Sacro Lirio por fallecimiento de su padre Don Gaspar.

Tios de la misma señora Doña Rita han sido igualmente Don Francisco Javier Adell, á quien S. M., por real cédula de 17 de octubre de 1803, hizo merced de caballero de la órden de Montesa; y Don Frey Alberto Adell, natural de Valencia, recibido como caballero de justicia en la órden de San Juan, en Aragon, y gran castellanía de Amposta, en 8 de julio de 1779.

Por todos estos nobles ascendientes paternos y maternos, antigüedad, ejecutorias y notoriedad del linage, y servicios particulares del señor Don Agus. tin de la Serna y Lafuente, S. M. el difunto rey tuvo á bien concederle por real cédula de privilegio, espedida en San Ildefonso á 22 de agosto de 1826, la gracia del título de Castilla para sí y sus sucesores perpétuamente, con la denominacion de vizconde de Gracia-Real, para lo cual precedió una informacion con testigos de alta categoría, de mandato judicial, en la que resultó comprobada su ilustre sangre y la de su muger, y sus entronques con familias

principales, así como la renta líquida suficiente para mantener el decoro de tan elevada clase 1.

Las armas de esta ilustrísima casa son: Escudo cuartelado; el 1.° contracuartelado; 1.o de sinople y banda de plata; 2.° de oro y cinco flores de sinople; 3.o de sable y cinco padillas de azur; 4.° de plata y tres fajas de sable; bordura del mismo color y nueve ruedas de carro de oro, que es de la Serna; el 2.o tambien de sinople y leon de oro; bordura ondeada de plata y azur, que es de Vazquez Laguna; el 3.o de plata y dos llaves bajas de azur, atadas con cintas de oro; partido de gules y leon de oro, que es de Abiancos; el 4.° de oro y un castillo, naciente de su homenage un olivo, que es de Olivares. 1467. Teijeiros. Considéranse como un mismo apellido en su principio y formacion los nombres Tejeira, Teijeira, Tejeiro, Teijeiro, Tejeiros y Teijeiros; y las nobles familias que con ellos se distinguen son originarias de Galicia, y reconocen por tronco y principal ascendiente á Hermigo Mendez de Teijeira, llamado así por ser señor del concejo de Teijeira, cerca de Villa-Real, el cual asistió y se distinguió como esforzado capitan en la

Dicho primer vizconde fué capitan de voluntarios urbanos de Murcia con fuero y reales despachos, bajo cuyo concepto y el de cadete de dragones de Granada, prestó servicios ejecutados con actividad y celo en los años de la guerra de la Independencia. Es además actualmente individuo de la real maestranza de Ronda, siendo uno de los veinte y uno de número que en 1833 asistieron á la jura de S. M., y socio de la de Amigos del Pais de Murcia.

De su matrimonio con la citada señora Doña Rita ha tenido cuatro hijos: Don Ginés María de la Serna y Pelejero, primogénito é inmediato sucesor en la casa, teniente coronel de caballería y comandante militar del canton de Velez-Rubio; Don Gaspar, juez de primera instancia en categoría de término de la villa y partido de Hellin, secretario honorario de S. M. y maestrante de Ronda; Don Agustin, licenciado en jurisprudencia, ha sido corregidor de Chiclana, reemplazando en ese cargo á su octavo abuelo Luis de la Serna despues de doscientos setenta y dos años; y Don Pedro, cadete que fué del real cuerpo de artillería, y empleado actualmente en el ramo de la Hacienda. Tambien fué primo inmediato del vizconde de Gracia-Real el coronel Don Pedro Ruiz de la Serna, muerto el 5 de febrero de 1855 en la accion de Ciga, en el Baztan, y el coronel retirado Don Angel Lopez de la Serna, consuegro además del mismo.

Para concluir todo lc relativo á este linage de los Sernas, solo nos resta decir que la familia de este apellido establecida en Medina-Sidonia, á la que perteneció el teniente general Don José de la Serna, conde de los Andes, es vástago de esta misma casa del alcaide Luis de la Serna, y tambien la que lleva las vinculaciones en segundo y tercer apellido de la Serna en la villa de Caravaca en las casas de Quesada y Salazar, caballeros maestrantes de la real de Granada.

Otro vástago existe en esplendor y goce de hidalguía en la villa de Mula, provincia de Murcia, que alcanza y es propia tambien del actual y 1.er vizconde de Gracia-Real, y que se entiende hoy con los apellidos de la Serna Párraga.

Creemos baste lo dicho para dar una idea, aunque sucinta, de la historia de este título y linage, que esperamos no desmerecerá en sus subsiguientes poseedores del lustre á que se hicieron acreedores sus antiguos y á cual mas nobles ascendientes.

conquista de Sevilla. Sus descendientes, dignos émulos de su ilustre progenitor, no solo correspondieron á su nombre, mas aun añadieron nuevos quilates á su gloria y al esplendor de su casa, de modo que llegó á ser una de las principales y mas opulentas de Galicia, siendo muchas las casas solares que fundaron en aquel reino y en Asturias, y los señoríos y mayorazgos que en dichas comarcas poseyeron 1. Estendiéronse tambien los hijos de esta ilustre casa en el reino de Portugal, donde prestaron señalados servicios, por los cuales merecieron de sus reyes premios y honoríficos títulos y distinciones.

Don Rodrigo Teijeiro Becerra de Miranda ganó ejecutoria de hidalguía en la real cancillería de Granada en el año 1641; y en la certificacion de blasones que con este motivo espidió el rey de armas, se lee lo que sigue:

«Los de este apellido y linage de Teijeiros son muy ilustres, buenos y antiguos hidalgos, descendientes de la villa de Cacabelos, en el Vierzo, donde tienen su casa solariega é infanzona, de donde han salido á diferentes partes de estos reinos de España y sus Indias hombres muy señalados en el servicio de sus reyes, tanto en empleos militares como en los de otras clases, y tienen por armas:

>>Un castillo almenado con troneras, plateado, y en campo azul orlado con franja dorada, y en el centro de ella distribuidos diez leones rapantes rojos, y encima de la dicha orla y castillo un morrion con gola, visera y plumas

Conforme á una tradicion, muy acreditada en Galicia, un valiente guerrero de la casa de Teijeiros pasó al servicio del emperador de Alemania; y sucedió que un caballero de la corte imperial, que aspiraba á la mano de una princesa, hija del emperador, la acusó de estar en ilícitas relaciones con otro; crímen que segun las leyes severas de aquel tiempo y pais, implicaba en una princesa pena de muerte, á menos que saliese alguno á probar su inocencia batiéndose victoriosamente con el delator. El reprobado objeto de este en su ruin delacion, no era otro sino el de obtener la mano de la princesa, pensando que no atreviéndose ninguno á salir por su inocencia, el emperador antes que permitir la muerte de su hija, consentiria á borrar ó atenuar su falta casándola con él. Pero sus esperanzas salieron fallidas en todos conceptos, pues no solo la princesa hubiera preferido morir mil veces antes que dar su mano á quien así la ultrajaba, sino que además se ofreció á sostener su inocencia el bizarro guerrero español Teijeiros, quien hizo morder el polvo al osado calumniador, dándole merecida muerte. Probada pues la inocencia de la princesa, y libre ya de tan cruel compromiso el emperador; con tanta sobra de soberbia y vanidad como falta de razon y ju tieia, negó á nuestro Teijeiros la mano de aquella misma, cuya vida y honor tan valerosa y caballerosamente habia salvado. Resentido de tan grave desafuero, enar decido por los obstáculos mismos que á sus justos deseos se oponian, y seguro del afectuoso agradecimiento de la princesa; despues de haber espuesto su vida para salvarla, resolvió esponerla de nuevo para alcanzarla. Participando, pues, sus proyectos á la princesa, pusiéronse de acuerdo; y uniendo á su esfuerzo é intrepidez todos los recursos estratégicos sugeridos por su amor, logró sacarla del palacio imperial y embarcaronse para Galicia, donde se celebraron sus bodas con fiestas y regocijos y con el aparato y ostentacion que correspondian á tan esclarecida y brillante alianza.

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