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ga carrera de infortunios, habia llegado ya para Пlenar de luto á todos los amantes de las glorias de la pátria. Llega la noticia de que los franceses se acercan; todos huyen, embárcase Jovellanos, y despues de una espantosa borrasca llega al puerto de Vega en Asturias, donde le acomete una pulmonia y fallece cristianamente el 27 de noviembre de 1814, á la edad de 66 años, diez meses, y 22 dias, dedicados á la ciencia y al bien de la humanidad, que las córtes de Cádiz premiaron declarándole al saber la noticia de su muerte, benemérito de la patria en grado eminente y heróico y encargando á la comision de agricultura que tubiese presente su informe sobre Ley agraria.

Sus obras hablan por él y el voto general le pone por dechado de saber, de buen gusto, de elocuencia, de integridad, y de pundonor caballeroso. Sus estensos conocimientos y su erudicion inmensa escitaron la admiracion de sus contemporáneos, à quienes dirigió por la senda de los adelantos sociales, y de hoy mas será pronunciado su nombre con veneracion y acatamiento por todos cuantos estimen en algo el título de españoles.

INFORME

SOBRE LA LEY AGRARIA. (1)!

Aque pauperibus prodest, locupletibus æque:
Eque neglestum pueris, senibusque nocebit.
HORAT. Epis. 4. lib. I.

Señor: la Sociedad patriótica de Madrid, despues de haber reconocido el espediente de Ley Agraria, que V. A. se dignó remitir á su exámen y dedicado la mas madura y diligente meditacion al desempeño de esta honrosa confianza, tiene el honor de elevar su dictámen á la suprema atencion de V. A.

Desde su fundacion habia consagrado la Sociedad sus tareas al estudio de la agricultura que es el primero de los objetos de su instituto; pero coasiderandola solamente como el arte de cultivar la tierra, hubiera tardado mucho tiempo en subir á la indagacion de sus relaciones políticas, si V. A. no llamase hacia ellas toda su atencion. Convertida despues á tan nuevo y difícil estudio, hubo

Este informe dirigido por la Sociedad Económica de Madrid al real y supremo consejo de Castilla, fué redactado por Jovellanos á nombre de la junta encargada de su formacion.

de proceder en él con gran detenimiento y circunspeccion, para no aventurar el descubrimiento de la verdad en una materia, en que los errores son de tan general y perniciosa influencia. Tal fué la causa de la lentitud con que ha procedido al establecimiento del dictámen que hoy somete á la suprema censura de V. A. bien segura de que en negocio tan grave, será mas aceptable á sus ojos el acierto que la brevedad.

Este dictámen, señor, aparecerá ante V. A. con aquel carácter de sencillez y unidad que distingue la verdad de las opiniones; porque se apoya en un solo principio, sacado de las leyes primitivas de la naturaleza y de la sociedad, tan general y fecundo, que envuelve en sí todas las consecuencias aplicables á su objeto; y al mismo tiempo tan constante, que si por una parte conviene y se confirma con todos los hechos consignados en el espediente de Ley Agraria, por otra concluye contra todas las falsas inducciones que se han sacado de ellos.

Tales estravíos de la razon, y el celo como presentan los informes y dictámenes que reune este espediente, no han podido provenir sino de supuestos falsos, que dieron lugar á falsas inducciones, ó de hechos ciertos y constantes á la verdad pero juzgadossiniestra y equivocadamente. De unos y otros se citarian muchos ejemplos si la Sociedad no estuviese tan distante de censurarlos como de seguirlos, y sino creyese, que no se esconderán á la penetracion de V. A. cuando se digne de aplicar á su exámen los principios de este informe,

Uno de ellos ha llamado mas particularmente

la atencion de la Sociedad, porque le miró como fuente de otros muchos errores, y es el suponer, como generalmente se supone, que nuestra agricultura se halla en una estraordinaria decadencia. El mismo celo de V. A. y sus paternales desvelos por su mayor prosperidad se han convertido en prueba de tan falsa suposicion; y aunque sea una verdad notoria, que en el presente siglo ha recibido el aumento mas considerable, no por eso se deja de clamar y ponderar esta decadencia ni de fundar en ella tantos soñados sistemas de restablecimiento.

La sociedad, señor, mas convencida que nadie de lo mucho que falta á la agricultura española para llegar al grado de prosperidad á que puede ser levantada, y que es objeto de la solicitud de V. A., lo está tambien de la notoria equivocacion con que se asiente a una decadencia que á ser cierta supondria la caida de nuestro cultivo desde un estado próspero y floreciente á otro de atraso y desaliento. Poco despues de haber recorrido la historia nacional, y buscado en ella el estado progresivo de nuestra agricultura en sus diferentes épocas, puede asegurar á V. A. que en ninguna la ha encontrado tan estendida, ni tan animada como la presente.

ESTADO PROGRESIVO DE LA AGRIGULTURA.

Su primera epoca debe referirse al tiempo de la dominacion romana, que reuniendo los diferentes pueblos de España bajo de una legislacion y un gobierno, y acelerando los progresos de su ci

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