Diccionario de galicismos: ó sea de las voces, locuciones y frases de la lengua francesa que se han introducido en el habla castellana moderna, con el juicio critico de las que deben adoptarse, y la equivalencia castiza de las que no se hallen en este caso

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Imprenta nacional, 1855 - 709 páginas
 

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Página 558 - ¿qué podía engendrar el estéril y mal cultivado ingenio mío sino la historia de un hijo seco, avellanado, antojadizo, y lleno de pensamientos varios y nunca imaginados de otro alguno, bien como quien se engendró en una cárcel, donde toda incomodidad tiene su asiento y donde todo triste ruido hace su habitación?
Página 189 - Haz gala, Sancho, de la humildad de tu linaje, y no te desprecies de decir que vienes de labradores...
Página 181 - ... •Siendo esto así, como lo es, si acaso viniere a verte, cuando estés en tu ínsula, alguno de tus parientes, no le deseches ni le afrentes; antes le has de acoger, agasajar y regalar; que con esto satisfarás al cielo, que gusta que nadie se desprecie de lo que él hizo, y corresponderás a lo que debes a la naturaleza bien concertada.
Página 245 - El sosiego, el lugar apacible, la amenidad de los campos, la serenidad de los cielos, el murmurar de las fuentes, la quietud del espíritu, son grande parte para que las musas más estériles se muestren fecundas, y ofrezcan partos al mundo que le colmen de maravilla y de contento.
Página 270 - ... ninguna comparación hay que más al vivo nos represente lo que somos y lo que habemos de ser como la comedia y los comediantes.
Página 104 - ¡Entonces sí que andaban las simples y hermosas zagalejas de valle en valle y de otero en otero, en trenza y en cabello, sin más vestidos de aquellos que eran menester para cubrir honestamente lo que la honestidad quiere y ha querido siempre que se cubra!
Página 284 - Mancha; su calidad por lo menos ha de ser de princesa, pues es reina y señora mía; su hermosura sobrehumana, pues en ella se vienen a hacer verdaderos todos los imposibles y quiméricos atributos de belleza que los poetas dan a sus damas: que sus cabellos son oro, su frente campos elíseos, sus cejas arcos del cielo, sus ojos soles, sus mejillas rosas, sus labios corales, perlas sus dientes, alabastro su cuello, mármol su pecho, marfil sus manos, su blancura nieve...
Página 176 - Quisieras tú que lo diera del asno, del mentecato y del atrevido; pero no me pasa por el pensamiento; castigúele su pecado, con su pan se lo coma y allá se lo haya.
Página 534 - La razón de la sinrazón que a mi razón se hace, de tal manera mi razón enflaquece, que con razón me quejo de la vuestra fermosura". Y también cuando leía: "los altos cielos que de vuestra divinidad divinamente con las estrellas os fortifican, y os hacen merecedora del merecimiento que merece la vuestra grandeza".
Página 241 - Pasaron ya los tiempos cuando lamiendo rosas el céfiro bullía y suspiraba aromas. Ya fieros huracanes tan arrogantes soplan, que salpicando estrellas, del sol la frente mojan. Ya los valientes rayos de la vulcana forja en vez de torres altas abrasan pobres chozas.

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