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mendro, y entonces bástale abrir un oyo en la superficie, poner el árbol, cubrirle, y cátale asegurado.

Si en lo demás, que dejo antes observado, cabe mucho de ilusion, por lo menos no cabe alguna en esto último, porque debe saber usted que todo el terreno de que hablo, no solo está cultivado y produciendo anualmente habas, trigo y cebada, sino lleno de olivos, algarrobos, almendros é higueras, que dan copiosos frutos sin perjuicio de los sembrados, y esto sin que tenga otra gota de agua que las que le caen del cielo. Sin reprobar, pues, el estudio de su historia y naturaleza, admiremos cómo nuestro buen Dios, de las revoluciones mismas que parecen mas destructivas y horrendas sabe sacar nuevas ventajas en beneficio del género humano.

(11) Pan caritat. Como este nombre es tan ageno de su significado, puso alerta mi curiosidad, siempre propensa á subir por el origen de las palabras al conocimiento de las cosas. Meditando, pues, sobre él, sospeché que la costumbre á que se refiere podia ser un resto de aquellos convites religiosos que los antiguos cristianos, para estrechar su mútua caridad, celebraban con el nombre de agapes despues de recibido el pan eucarístico, pareciéndome muy verosímil que en esta ocasion se ejercitase mas particularmente la caridad, distribuyendo pan á los amigos ó menesterosos.

Pero habiendo oido despues que el caballero Fournas, capitan del regimiento infantería de Borbon, opinaba que esta costumbre podia venir de las charistías de que habla Valerio Máximo (lib. II, cap. 1), examiné con mayor cuidado las materias y me persuadí que la opinion de este erudito era mas acertada y digna de adoptarse por las siguientes razones:

1.a El texto de Valerio dice: «Instituyeron tambien los antiguos un convite solemne, con nombre de charistía, al cual solo asistian los parientes y allegados, para que si entre ellos se hubiesen suscitado algunos resentimientos, se concordasen en medio de las piadosas ceremonias de la mesa y con la mediacion de tan buenos conciliadores.» Hasta aquí va conforme con la romana la costumbre mallorquina, pues que el pan caritat es un convite de familia, á que no asisten sino los que pertenezcan á ella por parentesco ó por muy estrecha amistad.

2.a

Pero un pasaje de Ovidio (lib. 11 de los Fastos) confirma tambien esta idea. Dice así:

Proxima cognati dixere charistia cari
Et venit ad socias turba propinqua dapes.

Se ve por él que el nombre de charistía ó caristía (pues de uno y otro modo se halla escrito en antiguos manuscritos) significaba caridad solo en el sentido de aficion ó cariño, y aun la palabra griega charistos, de donde se derivó, significa obsequio, agasajo, generosidad, nacidos del mismo principio; y este es precisamente el sentido que tiene esta palabra en pan caritat, esto es, pan ó convite de cariño.

3.a Estos convites se celebraban el 8 de las kalendas de marzo (6 25 de abril), segun el calendario de Constantino, que por lo mismo llama á este dia dies epularum. Y aunque los de Mallorca no convienen en el dia, convienen á lo menos en la estacion, pues se celebran por Pascua de Resurreccion. Y el no tener dia señalado paréceme á mí que nace de la interposicion de la Cuaresma, que es tiempo poco á propósito para tales fiestas.

a

4.2 Paréceme tambien que se puede aplicar al pan caritat una reflexion de

Ovidio sobre las caristías, y es, que las hacia mas agradables en Roma la circunstancia de suceder á ciertas ceremonias funerales:

Scilicet à tumulis, et qui periere propinquis,
Protinus ad vivos ora referre juvat.

¿No se podrá decir tambien que el salir de un tiempo de tristeza y penitencia, cual es la Cuaresma, realza considerablemente la alegría del pan caritat en Mallorca? El hecho responde.

5.a Es preciso ocurrir al reparo que alguno tendrá en que esta costumbre venga de tan alto orígen, y que desde la dominacion romana haya podido pasar hasta nosotros por medio de la de los godos y árabes, y á pesar de tanta diferencia de genios, usos y ritos. A ésto diré que ya se suponga el Cristianismo introducido en Mallorca bajo la dominacion romana, como es muy probable, ó que le introdujesen los godos, no repugna que esta costumbre, así como otras muchas, modificada, y por decirlo así, cristianizada, se hubiese conservado aquí. Y diré tambien que de ningun modo repugna que la adoptasen los árabes, porque la historia acredita que todo pueblo vencedor, establecido en sus conquistas, adopta fácilmente las costumbres del pueblo vencido cuando no son contrarias á su carácter. Y por ventura ¿hay carácter á quien repugnen las fiestas en que solo se trata de comer, beber y divertirse?

Los que opinen que el estudio de la etimología es muy importante para averiguar los orígenes de los usos y aun de las opiniones de los pueblos, no me culparán de que me haya detenido en describir el de pan caritat.

(12) Sa, Son, Can. Este modo de intitular los prédios ó quintas de Mallorca debe parecer á usted tan extraño como á mí, y por lo mismo le comunicaré las conjeturas que he formado acerca de él.

Tres palabras preceden á estos títulos: primero, sa á los que se toman del lugar en que está situado el prédio, siendo de género femenino, como sa Taulera, sa Cova; segundo, son, y tercero, can á los que se tomaron del apellido de sus primeros ó antiguos dueños, como son Dureta, son Armadans, ó como can Virella, can Deyá.

En cuanto al primero no cabe duda en que es un artículo femenino, equivalente al la castellano, y que sa taulera, sa cova, vale tanto como la tejera, la cueva. Tampoco hay duda en que es de orígen latino, y que así como el artículo la viene del pronombre illa, el mallorquin sa se formó del pronombre ipsa, corrompiéndose la pronunciacion de uno y otro, al mismo tiempo que se convertian de pronombres demostrativos que eran, en simples articulos. La prueba de esto es que para indicar títulos de género masculino se emplea en vez del el castellano, el artículo es mallorquin, diciendo es terren, es paredó, por el terreno, el paredon, así como se dice en el dialecto de la isla sa ma, sa cama, por la mano, la pierna, y es bras, es peu, por el brazo, el pié.

De aquí he colegido yo que son es un artículo de la misma significacion y orígen, con la diferencia de haberse formado sobre la terminacion neutra ipsum; y esta diferencia pudo venir de que el título á que precede es un apellido, á que le dió la terminacion neutra, como propia de los adjetivos sustantivos. Pudo venir tambien de la misma terminacion en acusativo, en el que es comun al masculino y al neutro, y que lo que hoy se dice son Dureta, son veri, antes se dijese ad ipsum Dureta, ad ipsum veri ó verinum.

No se puede atribuir igual orígen á la partícula can, aunque derivada tambien del latin; pues que á mi ver no es otra cosa que un síncope de la palabra

casam. He observado que esta partícula precede mas bien al título de pequeños que de grandes prédios, é inferido que en lo antiguo se aplicó solo á una pequeña casa rústica. Puede probar esto el que en algunos no se dice can, sino cas, como cas gayans, cas canonge, y en el plural se usa frecuentemente de la palabra latina entera, como sas casas de Génova, sus casas de can Trau. Ni se extrañe la terminacion de acusativo casam, porque en el latin de la media edad era muy frecuente decir ad casam, vel ad casas de N.

Como quiera que sea, en el dia, así esta como las otras partículas se usan ya en calidad de simples artículos.

MEMORIA

PARA EL ARREGLO DE LA POLICÍA DE LOS ESPECTÁCULOS Y DIVERSIONES PÚBLICAS, Y SOBRE SU ORÍGEN EN ESPAÑA

ADVERTENCIA DEL AUTOR

Deseoso el supremo consejo de Castilla de arreglar la policía de los espectáculos, mandó á la real academia de la Historia, por órden de 1.o de junio de 1786, le informase lo que la constase acerca de los juegos, espectáculos y diversiones públicas usados en lo antiguo en las respectivas provincias de España; y la Academia, para desempeñar este trabajo, cometió á mi cuidado su preparacion. Desde entonces me dediqué á recoger con la posible diligencia los hechos y noticias que acerca de la materia encargada andan dispersos en varias crónicas, historias particulares y otras obras de erudicion, y esperaba una temporada libre de ocupaciones para reunirlos y ordenarlos cual convenia. Pero las funciones ordinarias de mi empleo, y algunas extraordinarias tareas derivadas de ellas, prolongaron esta esperanza de un dia en otro, hasta que en 1789 las ví desaparecer casi del todo.

En junio y noviembre de dicho año se dignó su majestad confiarme dos comisiones fuera de Madrid: primera, visitar el colegio militar de Calatrava, en Salamanca, y formar el plan de sus estudios y segunda, promover el cultivo y comercio del carbon de piedra en Astúrias. Desempeñé la primera desde abril hasta agosto de 1790, y dado que hube cuenta de ella en el real consejo de las Ordenes, volví á partir para este principado, y emprendí desde luego la visita de sus ricas y numerosas carboneras. En esta ocupacion me halló el oficio de la Academia, que dió la última ocasion á esta Memoria.

Este oficio fué causado por otra órden del real Consejo, que con fecha de 13 de octubre de dicho año, y á instancia del señor Fiscal, encargaba á la Academia el breve despacho del informe que le tenia pedido desde 1786.

Ya se ve que la Academia, que habia descuidado este trabajo en fe de que yo le promovia, tenia derecho á culpar mi tardanza. Pero haciendo justicia á mi diligencia, y persuadida á que algun inevitable embarazo fuese la causa de tan larga demora, se contentó con preguntarme, por oficio de 14 de noviembre siguiente, en qué estado tenia habia dejado su encargo.

Tan generosa atencion movió fuertemente mi ánimo, y por lo mismo, aunque envuelto en tan nuevos cuidados, ausente de mi casa y mis libros, sin el auxilio de muchos curiosos apuntamientos que tenia entre ellos, y lo que es mas, sin el que pudiera hallar en la direccion y las luces de la Academia, me

arrojé á extender la presente Memoria, que dirigí á sus manos en 29 de diciembre de 1790.

La favorable acogida que mereció entonces de la real Academia recompensó superabundantemente mi trabajo; pero la distincion con que la honró despues, leyéndola en la primera junta pública de 11 de julio de 1796, y destinándola á la prensa, fụé muy superior á mis esperanzas y aun á mis deseos.

Sin duda que para aparecer mas dignamente ante el público necesitaba de mucha correccion y mucha lima, y fuera yo el primero á dárselas, como lo soy á echárselas de menos, si no durase todavía aquella falta de proporcion y auxilios, que fué causa y debe ser disculpa de su imperfeccion. El lector imparcial sabrá ser indulgente con un trabajo preparativo, emprendido con el celo mas puro en obsequio del público, y á su solo bien consagrado.

INTRODUCCION

Siendo todos y tan variados los objetos de la policía pública, ni es de extrañar que algunos, por escondidos ó pequeños, se escapen de su vigilancia, ni tampoco que ocupada en los medios, pierda alguna vez de vista los fines que debe proponerse en la direccion de los mas importantes. Algo de uno y otro se ha verificado entre nosotros respecto de las diversiones públicas, en unas partes abandonadas á la casualidad ó al capricho de los particulares, como si no tuviesen la menor relación con el bien general, y en otras, ó vedadas ó perseguidas con arbitrarios é importunos reglamentos, como si nada interesase en ellos la felicidad individual.

Para ocurrir á entrambos inconvenientes, el primer tribunal de la nacion trata de arreglar este importante ramo de policía, y conociendo cuánta luz puede recibir de los ejemplos de la antigüedad, convida á la real Academia para que teja su historia. El desempeño de tan estimable confianza requeria alguna preparacion, y la real Academia, honrándome con la suya, me encarga que reuna los hechos y noticias antiguas que dicen relacion con las diversiones públicas. Tales son el impulso y el objeto de esta Memoria.

No me toca á mí recomendar mi trabajo, ponderando la exten. sion y dificultad de la materia, y la falta de auxilios con que le he emprendido, tócame sí adelantar dos advertencias, que creo convenientes para instruccion de mis lectores: primera, que no he puesto grande empeño en fijar la introduccion de los espectáculos en cada una de nuestras provincias; porque habiéndose adoptado todos en casi todas, no me ha parecido ni necesaria ni provechosa esta prolija indagacion; segunda, que he puesto mas intenso cuidado en descubrir las relaciones políticas del objeto de esta Memoria, porque destinada á la instruccion de un expediente gubernativo, debí creer que la parte de erudicion seria en ella la menos importante.

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