Apuntes y documentos para la historia del tradicionalismo español: 1939-1966, Volúmenes 1-3

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La Editorial Católica, 1979
 

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Página 57 - Pero faltaba otra unidad más profunda : la unidad de la creencia. Sólo por ella adquiere un pueblo vida propia y conciencia de su fuerza unánime; sólo en ella se legitiman y arraigan sus instituciones; sólo por ella corre la savia de la vida hasta las últimas ramas del tronco social.
Página 94 - Las elecciones celebradas el domingo me revelan claramente que no tengo hoy el amor de mi pueblo. Mi conciencia me dice que ese desvío no será definitivo, porque procuré siempre servir a España, puesto el único afán en el interés público, hasta en las más críticas coyunturas. «Un Rey puede equivocarse y, sin duda, erré yo alguna vez; pero sé bien que nuestra Patria se mostró en todo momento generosa ante las culpas sin malicia.
Página 94 - Soy el Rey de todos los españoles, y también un español. Hallaría medios sobrados para mantener mis regias prerrogativas, en eficaz forcejeo con quienes las combaten.. Pero, resueltamente, quiero apartarme de cuanto sea lanzar a un compatriota contra otro en fratricida guerra civil.
Página 17 - V, los principios y espíritu y en cuanto sea prácticamente posible, el mismo estado de derecho y legislativo anterior al mal llamado derecho nuevo. Cuarta: Ordeno a todos la unidad más desinteresada y patriótica en la gloriosa e insobornable Comunión Católico-Monárquico-Legitimista, por difíciles que sean las circunstancias futuras, para mejor vencerlas y alcanzar la salud de la Patria por el único camino cierto, que es el triunfo de la Causa inmortal, a la que tantos sacrificios ha ofrecido...
Página 94 - Espero conocer la auténtica y adecuada expresión de la conciencia colectiva, y mientras habla la nación, suspendo deliberadamente el ejercicio del Poder Real y me aparto de España, reconociéndola así como única Señora de sus destinos. También ahora creo cumplir el deber que me dicta mi amor a la Patria. Pido a Dios, que tan hondo como yo lo sientan y lo cumplan los demás españoles"».
Página 145 - Al Jefe del Estado, que asumió todos los Poderes por virtud del Decreto de la Junta de Defensa Nacional de 29 de septiembre de 1936, corresponde la suprema potestad de dictar normas jurídicas de carácter general.
Página 145 - Terminada la guerra y comenzadas las tareas de la reconstrucción y resurgimiento de España, es necesaria la adaptación de los órganos de gobierno del Estado a las nuevas exigencias de la situación presente, que permita de una manera rápida y eficaz se realice la Revolución nacional y el engrandecimiento de España.
Página 13 - Monarquía tradicional, renovando el aliento cordial y generoso que le dio la vida y que sobre nuestra fe católica y sobre la conciencia de nuestra unidad de destino cimentó la unidad política y la grandeza de España. Con este objetivo fundamental, cuando llegue la hora de cumplir mi deber y mi deseo de servir a nuestra Patria, me esforzaré en asegurar su unidad moral y su continuidad histórica, mitigar, con afecto y autoridad de padre, recientes dolores y satisfacer eficazmente los anhelos...
Página 94 - No renuncio a ninguno de mis derechos, porque más que míos son depósito acumulado por la Historia, de cuya custodia ha de pedirme un día cuenta rigurosa. Espero a conocer la auténtica y adecuada expresión de la conciencia colectiva, y mientras habla la Nación suspendo deliberadamente el ejercicio del Poder Real y me aparto de España, reconociéndola asi como única señora de sus destinos.
Página 23 - Ese periódico publicará en los próximos quince días nueve artículos firmados por sus mejores colaboradores, en la primera plana, comentando el discurso pronunciado por SE el Jefe del Estado el día 1.° de octubre ante el Consejo Nacional.

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