Imágenes de página
PDF
ePub

de su regla, y los cargos que desempeñó no fueron obstáculo para que siguiese siempre la vida comun, sin excederse de lo permitido á todos los religiosos en general. Aunque en sus escritos descubre un carácter fogoso y enérgico, era sin embargo, muy sufrido, silencioso y reportado, haciendo que su compañía fuese agradable á todos. Amaba á los indios y los defendia en cuantas ocasiones se presentaban, como á cada paso se echa de ver en su Historia. Era muy devoto de la Virgen, y para extender su devocion hacia pintar en tablas los misterios del rosario, como tambien los principales misterios de la fe y algunas historias de ambos Testamentos, á fin de que todo se grabase mas fácilmente en la memoria de los naturales. De estos cuadros dejó varios en los conventos donde moró. Aborrecia la ociosidad, diciendo con razon que era la puerta por donde entraban todos los vicios; y por huir de ella, se ocupaba en rotular los libros del convento, cuando le sobraba tiempo despues de cumplidas sus obligaciones. Uno de sus biógrafos nos cuenta, que siendo nuestro P. Mendieta guardian en Tlaxcala, y estando alli el V. Fr. Sebastian de Aparicio, oyó este una música celestial, y buscando dónde se hallaria, encontró que era en la celda del guardian. Dése á esto el crédito que se quiera, prueba por lo menos el alto concepto que se tenia de sus virtudes.

(6)

(5)

En santas y útiles ocupaciones llegó nuestro autor al término de su larga carrera. Habia pedido á Dios que su última enfermedad fuese penosa, y tal que le sirviese de expiacion á sus culpas: su peticion fué escuchada, porque sufrió largo tiempo de una diarrea ó disenteria, sin que se agotase nunca su paciencia, hasta que llegó la última hora el dia 9 de Mayo de 1604. Tenia próximamente ochenta años. (7) Fué sepultado en el convento de México, y sus cenizas, como las de tantos otros insignes varones, han sido dispersadas por el huracan revolucionario que arrasó el venerable edificio donde reposaban.

Entre las innumerables cartas que escribió el P. Mendieta al rey, al consejo de Indias, á los vireyes, á los prelados de la órden, y á individuos particulares, siendo muchas de ellas en favor de los in

(5) « Fué guardian de Tlaxcala, donde el V. P. Fr. Sebastian de Aparicio acre» ditó su virtud, porque oyendo cantar á los ángeles, fué buscando dónde, y viendo » que era en la celda del V. P. Fr. Gerónimo, preguntó á los religiosos, cuya era la » celda, y diciéndole que del guardian, dijo: A quien los zagalejos cantan, buena » alma tiene.» (BETANCURT, Menologio franciscano, pág. 46.) La noticia original es de Fr. Juan Bautista. (Ubi supra.)

(6) (( Fué la enfermedad un desbarato del estómago que rompió en sangre, la cual >>le duró mucho tiempo, y le obligó á irse á la enfermería, donde estuvo muchos me»ses, padeciendo de ella mucho. » TORQUEMADA, lib. XX, cap. 73.

(7) Beristain (Biblioteca Hispano-Americana Septentrional, México, 1816-21, tom. II, pág. 289), dice que setenta, y de ser cierto resultaria que vino de veinte años, ordenado ya de misa, lo que no es creible. Segun Fr. Juan Bautista, el P. Mendieta murió el 10 de Mayo; pero prefiero la fecha que señala Betancurt, quien para escribir su Menologio consultó los registros de la órden, y está conforme con Torquemada.

dios, solo dos han llegado hasta ahora á mi noticia. Una es la mencionada arriba, que dirigió al general Gonzaga: tráela Torquemada, segun tambien queda dicho. La otra es la que publiqué en el tomo II de la Coleccion de Documentos para la Historia de México, donde puede verla el lector. Tiene la fecha de 1562: va dirigida al padre comisario general Fr. Francisco de Bustamante, y es tan extensa como importante. Su contenido puede resumirse en lo que dije acerca de ella en la introduccion de aquel volúmen: «Es una vigo>>rosa apología de los frailes, una defensa de la autoridad del virey, »una terrible acusacion contra la audiencia, y de paso contra los »>empleados del gobierno en general, y hasta contra todos los espa»ñoles que no eran frailes. El estilo es vehemente, y con frecuen>>cia cáustico. » Si se conservaran los escritos sueltos de nuestro Fr. Gerónimo, formarian una coleccion inestimable para el futuro historiador de aquella época. (8)

Pero la principal memoria que el P. Mendieta dejó á la posteridad, es su Historia Eclesiástica Indiana, que ahora ve por primera vez la luz pública, despues de haber permanecido doscientos setenta y cuatro años en la oscuridad. Acabóla en 1596, segun en varios lugares de ella misma se expresa, é inmediatamente la envió á España, como se le tenia mandado, para que allá se imprimiese, lo cual no tuvo efecto, ni volvió á hablarse mas de la obra. Ningun autor, posterior á Torquemada, la cita: el diligente Barcia no pudo hallarla; y como nadie habia logrado descubrir el menor rastro de ella, se consideraba generalmente como perdida sin remedio. Mas el año de 1860 recibí de Madrid un aviso de que entre los papeles que dejó á su fallecimiento el célebre D. Bartolomé José Gallardo, se encontraba el MS. de la Historia Eclesiástica Indiana de Fr. Gerónimo de Mendieta. Tal noticia, de cuya exactitud no podia yo dudar un momento, por dármela quien me la daba, despertó en alto grado mi deseo de adquirir aquel manuscrito, no para esconderle en mis estantes, sino para hacer partícipes á todos de mi buena fortuna, y salvar del olvido una obra tan celebrada, dándola inmediatamente á la prensa. Y como ocurriese que pocos meses despues hiciera viaje a Europa mi antiguo y excelente amigo el Sr. D. José María Andrade, le di el encargo de arreglar el negocio. En efecto, el Sr. Andrade hizo aun mas de lo que yo le habia encargado, pues adquirió el manuscrito á su propia costa, y el mismo dia de su llegada á México, le puso en mis manos, dejándole enteramente á mi disposicion. La primera dificultad, que era la adquisicion del manuscrito, estaba ya vencida: la segunda, que era la impresion de él, queda hoy superada á expensas mias.

(8) Betancurt (Teatro, 4a parte, pág. 127), y el P. Florencia (La Estrella del Norte de México, México, 1688, en 4o, cap. 13, § 8, fol. 77), manifiestan intenciones de atribuir á nuestro Mendieta una Relacion de la Aparicion de Nuestra Señora de Guadalupe; pero la especie está tan destituida de fundamento, que los mismos que la indican no se atreven á sostenerla.

d

El precioso manuscrito es un tomo de á folio, encuadernado en pergamino. Tiene el título en una portada historiada, hecha de pluma. En la parte superior se ven, dentro de un medio punto, las armas de Austria, con las dos columnas y el lema PLVS VLTRA: en las dos esquinas hay dos ángeles. Los costados del cuadro son dos macetones de capricho, terminados con pájaros. En la parte inferior está el escudo de las llagas, rodeado de un laurel y sostenido por dos leones: al lado de cada uno de estos se ve otro animal fantástico y harto extravagante. Dentro del cuadro formado por estos dibujos se halla el título que el lector puede ver en la 1.a página de esta edicion, notándose que el espacio blanco del interior del cuadro fué recortado, y el título está en otro papel pegado por detras. Á esta portada sigue una hoja con la Obediencia del general de la órden, y tiene cortado el márgen inferior: luego vienen dos hojas con la Dedicatoria en tres páginas: otra hoja con el Prólogo, y otra con las Advertencias preámbulas. Las firmas del P. Domayquía son originales, y todos estos principios están escritos con un carácter de letra grueso imitando el de imprenta.

Inmediatamente despues se encuentra una hoja ocupada toda con un dibujo de pluma que representa á un fraile en el púlpito, con una vara en la mano, y explicando la doctrina á un gran concurso de indios. Tiene grande analogía este dibujo con el de las portadas de la Monarquía Indiana del P. Torquemada. En la parte inferior se lee este texto: «Spus Dñi fup me: Euangelizare paupib mifit me Efa. 61. En la foja siguiente, marcada con el número I, comienza el libro primero: no tiene prólogo, aunque se hace referencia á él en el del libro segundo, y es casi seguro que existió, porque todos los otros libros le tienen, y porque entre la hoja del dibujo y esta primera, hay señal evidente de faltar nada menos que cinco hojas, que han sido cortadas, y de cuyo márgen interior aun quedan pequeñas tiras: acaso aquí tambien se encontraba el prólogo general de la obra. Pérdida sensible, que nos priva probablemente de algunas noticias curiosas é interesantes.

El libro primero termina en la foja 36. El título del segundo se halla dentro del mismo marco de la portada principal, con solo algunas diferencias en los macetones de los costados. Sigue á esta hoja otra llena de dibujos: arriba dice: «Tipus sacrificioru, quæ in templis Demonum Indi imaniter faciebant; » y abajo: «Immolauerunt Dæmonijs, et non Deo: Dijs, quos ignorabant. Deutero. XXXII. En el centro del dibujo está un gran templo de los indios en que se ofrece un solemne sacrificio, y delante una danza, con el letrero << Saltatio Indorum.» La parte superior la ocupa un pueblo: se ven casas, árboles y algunos indios en diversas ocupaciones: en lo mas alto hay un pedazo de laguna en que navegan canoas: sin duda quisieron representar la ciudad de México. En la parte inferior del dibujo está una fuente, y alrededor unas casitas y muchas plantas con sus nombres, como «Maguei, Liquidanber, Plantano,

Cacao, Pina, Tuna, » &c. El libro segundo acaba en la foja 78. La portada del tercero está dentro del mismo cuadro historiado que ya conocemos. Sigue la estampa, harto dificil de describir. En los cuatro ángulos hay cuatro capillitas redondas, unidas las de arriba con las de abajo, por una calle de árboles á cada lado, las de la parte inferior por un portal, y las de arriba por una tapia con árboles, y su puerta en el centro. Sobre esta tapia hay un tablero en el que se lee: «Tipus eorũ quæ Fratres faciunt in Novo Indiaru Orbe.» Debajo de las capillas dice respectivamente: «Puelle. Pueri. Mulieres. Viri.» El centro del dibujo le ocupa una enorme iglesia llevada á cuestas por muchos frailes: el último tiene el nombre de «F. Martin Valetin,» y el que va por delante «S. D. Franc.9»: al pié de la iglesia dice: «Spus Sanctus habitat in ea,» y debajo de la hilera de frailes: « Primi Săctæ Romanæ Ecclefiæ in Novũ Indiaru Orbě Portatores. » Arriba, á la izquierda (del lector), está un fraile llamado « F. Petrus de Gante,» señalando con una vara las figuras de un cuadro á muchos indios, debajo de los cuales se lee la palabra «Præcepta»: en el medio hay un entierro: á la derecha un grupo de indios « Cantores »; y poco mas afuera, al mismo lado, otro fraile enseñando, con estas palabras debajo: «Articuli Fidei.» Á cada lado de la iglesia están dos frailes con sus respectivos oyentes: los dos de la izquierda tienen estos letreros: «Difcut Doctrină »> «Difcut Penitêtia»; los de la derecha: «Examě Matrimo.» «Scribūt Nomina.» Abajo de la procesion de frailes cargando la iglesia hay todavía tres grupos: el uno se intitula « Difcunt confiteri»: el del centro «Baptismus,» y el de la derecha «Matrimonium.» En el portal con que se cierra la parte inferior del cuadro hay siete arcos: los tres de la izquierda tienen figuras iguales, y para todos sirve esta sola palabra «Confefsiones»: en el del centro, mucho mayor y mas adornado que los demas, se ve una figura sentada en uno como trono, con otras á los lados, y el título «Difficilium Excufsio»: los últimos tres arcos de la derecha tienen por lema «Comunio.» «Missa.» « Extrema, » y los dibujos representan lo que corresponde á estas palabras. El conjunto de la estampa no carece de gracia, aunque el dibujo es bien tosco. Este libro tercero va á terminar á la foja 151.

Volvemos á encontrar por última vez el cuadro historiado en la portada del cuarto libro. La estampa que le sigue es un horrendo Calvario, que no emprendo describir: lo mas notable que tiene es que entre los espectadores figura un fraile que con la vara acostumbrada llama hácia el Salvador crucificado la atencion de un numeroso grupo de indios. La estampa tiene al pié este texto: «Non iudicaui me fcire aliquid inter vos niti Iefum Chriftum, & hunc crucifixum. I cor. 2.» Concluye este libro en el folio 234 bis.

La parte primera del libro quinto carece de portada, y la hoja en que debia hallarse está enteramente en blanco; el título que aparece en esta edicion le tomé de las últimas palabras del prólogo.

Tiene estampa, que representa en el centro á S. Francisco: arriba una gloria con la Sma. Trinidad, y á los dos lados de S. Francisco dos grandes grupos de frailes, algunos de ellos con sus nombres, á saber: á la izquierda «< F. min de Val., F. Fr." de Toral, F. Joan de Çumarraga, Toribio, Soto, Suarez, Ribas, Ciudad Rodrigo »: á la derecha, «F. min de Hojacaftro, F. Diego de Landa, F. Pedro de Ayala, Coruña, Cifneros, Ximenez, Fuenfalida, de Aura, de Tecto, Gate.» El texto del pié es: « Ecce, ego et pueri mei quos dedit mihi Dominus in fignum, et in portentum Ifrael a Dño exercituũ: qui habitat in monte Sion. Efa. 8.» En el fol. 302 da fin esta primera parte del libro quinto.

La segunda tiene asimismo en blanco la hoja que debia llevar el título, y el que le he puesto fué tambien tomado de las últimas palabras del prólogo de la primera parte. La estampa representa el martirio de varios religiosos, á quienes flechan unos indios. No tiene texto. Termina la obra en el folio 322. Sigue la tabla de los capítulos hasta el folio 328, y una diminuta «Tabla Abecedaria >> que completa el número de 336 fojas.

Toda la letra del volúmen es muy clara y pequeña, aunque de diversas manos: se conoce que fué copiado con esmero, y corregido despues. Excusado es decir que para la impresion le he seguido con toda escrupulosidad, sin añadir ni quitar cosa alguna, y solo he mudado la ortografía, arreglándola á la que hoy se usa, excepto en aquellas palabras en que el cambio importaria mudanza notable en la pronunciacion. Pero en los nombres mexicanos he seguido enteramente la ortografía del manuscrito, aunque vária y por lo comun errónea, y lo he hecho así por dos razones: la una, por no exponerme á cometer errores en materia tan delicada como la correccion de nombres indígenas, y la otra porque el P. Domayquía, en sus Advertencias preámbulas anuncia y aprueba tal incorreccion y variedad.

He economizado todo lo posible las notas: libros de esta clase no son para principiantes á quienes sea necesario explicar las alusiones, interpretar las voces anticuadas y señalar las omisiones ó errores del texto. El trabajo que habria yo gastado en ellas, y el lugar que hubieran ocupado, los juzgué mejor empleados en una Tabla alfabética de materias, sin la cual son casi inútiles los libros de estudio. Procuré guardar en ella un medio prudente, no haciendo una nueva edicion de la obra á fuerza de multiplicar y alargar los artículos, ni omitiendo tampoco cosa que los lectores pudieran necesitar. He asentado todos los nombres propios, excepto aquellos que solo vienen como citas, y son enteramente ajenos al asunto de la obra: nadie vendrá á buscar en ella noticias concernientes á David ó á Carlomagno, y era inútil poner tales nombres en la tabla. Lo propio he hecho con los de lugares: constan todos los del pais (excepto Nueva España y México, por la frecuencia misma con que se repiten), y algunos otros que me parecieron necesarios, anotando

« AnteriorContinuar »